Mikel, síndrome de Down y campeón del mundo, pero vetado en las Paralimpiadas: «Es una cosa ridícula»

Con sólo 25 años, Mikel García puede presumir de haber sido campeón del mundo en 400, 800 y 1.500 metros. Y no sólo una, sino dos veces: en 2019 y hace sólo un par de meses en los mundiales de Bydgoszcz (Polonia), de los que también regresó con una medalla de plata en lanzamiento de peso. Pero este palmarés tan ansiado por muchos atletas no es suficiente para que este bilbaíno consiga su sueño de participar en unos Juegos Paralímpicos. Publicidad

Porque Mikel, al igual que unos ocho millones de personas en el mundo, tiene síndrome de Down y su categoría funcional en atletismo, T21, no tiene cabida en las Paralimpiadas. «No hay explicación razonable, es una cosa ridícula», se lamenta Gotzon García, padre del joven. «Si comparas la cantidad de pruebas que hay para algunos tipos de discapacidades con las que hay para otras no se entiende muy bien cuáles son los criterios que han seguido históricamente el Comité Paralímpico».

Hace un año esta familia comenzó a recoger firmas a través de la plataforma Change.org para denunciar la discriminación que sufren los deportistas con síndrome de Down y para pedir al Gobierno que interceda y en un futuro estos atletas puedan participar en unos Juegos Paralímpicos. «Veíamos que Mikel estaba preguntándose porque no podía competir en las Paralimpiadas y dijimos no nos vamos a quedar parados«.

A día de hoy más de 98.000 personas de todo el mundo se han unido a su causa. Además, en diciembre del año pasado unas senadoras del PNV se hicieron eco de su historia y llevaron a la Cámara Alta una propuesta para pedir que los deportistas con trisomía 21 puedan participar en las Paralimpiadas, algo que el Senado aprobó por unanimidad. Un apoyo y una repercusión que en ningún momento se imaginaron que recibirían. «Hay apoyos, hay buenas palabras, pero la cosa no es fácil». Publicidad

«No quito la buena voluntad del Comité Paralímpico Español»

Desde el Comité Paralímpico Español ya ha contactado varias veces con esta familia para asegurarles que estaban «moviendo» su petición. «Queremos seguir haciendo fuerza porque eso es como no decir nada», comenta Gotzon. «No quito la buena voluntad, pero les cuesta mucho moverse».

Y es que los padres de Mikel son realistas, saben que las cosas de palacio van despacio y que de aprobarse su petición para los Juegos de París 2024, su hijo tendría que superar las marcas mínimas para poder clasificarse. «Le ponemos a él como imagen porque es nuestro hijo y podemos tirar de ahí, pero es por todos los demás«, comenta Gotzon. «Es una cosa de justicia».

Por el momento se quedan con el esfuerzo y las buenas marcas de Mikel y con la campaña que están haciendo por su causa sus amigos y demás miembros del club de atletismo adaptado de Javi Conde. Ese último, exatleta paralímpico, «se ha empeñado en que esto salga adelante» realizando actividades para dar a conocer esta historia.

Ahora esta familia espera con ansias el fin de los juegos de Tokio 2020, momento en el que se reúnen los comités internacionales y deciden con respecto a las próximas: «Vamos a ver si entre unos y otros conseguimos hacer un poco más de ruido». Aunque los ánimos de Mikel no han decaído, sigue preguntándose porqué no puede participar en las Paralimpiadas. «Él no es muy de enfadarse, pero el otro día decía esto me da rabia», cuenta al padre del joven. «Si a nosotros nos cuesta entenderlo, a él le cuesta más».

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