Los títeres pueden mejorar la interacción social de niños con autismo

Una de las características de las personas con algún trastorno del espectro autista (TEA) es la dificultad que tienen para interactuar socialmente, pero los títeres podrían convertirse en una nueva vía de comunicación con los niños con autismo que permitiera enseñarles estrategias para evitar el aislamiento social y facilitar su relación con otras personas, ya que un nuevo estudio ha comprobado que las marionetas pueden captar y mantener la atención de estos pequeños.

La investigación ha probado por primera vez que los niños con TEA, como ocurre con la mayoría de sus coetáneos sin el trastorno, prestan atención a los títeres. Para llegar a esta conclusión, sus autores –investigadores del Centro de Estudios Infantiles de Yale– llevaron a cabo diversos experimentos para examinar los patrones de atención visual de un grupo de niños pequeños con TEA y de otro grupo con un desarrollo típico, para observar su respuesta a un vídeo en el que se mostraba una interacción animada entre Violet, una marioneta de brillantes colores, y su compañero humano.

Cuando Violet –una colorida marioneta– hablaba, los patrones de atención de los niños con TEA eran similares a los de los niños con un desarrollo típico

Todos los participantes se sentaron en una habitación insonorizada y a oscuras frente a un monitor LED de pantalla ancha donde se les mostró un vídeo de 86 segundos de duración que había sido creado por los investigadores en colaboración con la Fundación Jim Henson (el prestigioso titiritero), y se empleó un software de seguimiento ocular para monitorear la atención visual de los pequeños mientras veían el vídeo en el que Violet mantenía una animada conversación con una mujer llamada ‘Z’.

Marionetas como alternativa terapéutica para el autismo

La marioneta movía las manos, la cabeza y la boca mientras su voz era interpretada por un titiritero profesional. Durante el vídeo, el títere y la persona alternaban los turnos para hablar y jugaban con una pelota. Los investigadores comprobaron que cuando Violet hablaba los patrones de atención de los niños con TEA eran similares a los de los niños del grupo de control, y que todos ellos pasaban una proporción de tiempo parecida mirando el rostro de la marioneta y mostraban una significativa preferencia por el muñeco parlante en detrimento de Z.

Los hallazgos sugieren que las marionetas podrían utilizarse para aumentar el potencial de desarrollar terapias más atractivas que ayuden a los niños con TEA a integrarse socialmente y faciliten su aprendizaje. Katarzyna Chawarska, coautora del trabajo ha señalado que son necesarias nuevas investigaciones que deberían examinar directamente la eficacia y viabilidad de introducir marionetas para mejorar las opciones terapéuticas disponibles.

Original.

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