Glaucoma: la mitad los que lo tienen, no lo saben

El glaucoma corresponde a un grupo de enfermedades caracterizada como una neuropatía óptica, producida por el deterioro de fibras nerviosas del nervio óptico, que lleva a la pérdida de campo visual, debido principalmente a una presión intraocular (PIO) demasiado elevada en comparación a los valores de referencia.

La PIO se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), variando normalmente entre 12 y 22 mm Hg. En caso de ser mayor a los 22 mm Hg se considera superior a la normal. Cuando la PIO es más elevada con respecto a los valores normales, pero la persona no muestra signos de glaucoma, se denomina hipertensión ocular.

Al sufrir glaucoma, la visión periférica (lateral) es lo primero que se ve afectado, pero puede ser tan gradualmente que no se advierte hasta que la pérdida es importante. Con el transcurso del tiempo y de no mediar tratamiento, la visión central también disminuirá y luego se perderá, afectando de forma varaiada a ambos ojos.

Si bien no existe una cura para el glaucoma, su detección temprana y tratamiento oportuno frena su progresión, evitando que el paciente llegue a la pérdida de la visión.

Sin embargo, existen casos en que los pacientes pese a ser tratados por el aumento de la presión intraocular (PIO) y lograr normalizar sus valores, la pérdida de la visión aún ocurre. Además, existen muchos pacientes diagnosticados con glaucoma pero con PIO normal.

Epidemiología

El glaucoma es la segunda causa de ceguera en los países occidentales después de la catarata- y la primera causa de ceguera irreversible en el mundo desarrollado.

En la actualidad se calcula unos 66,8 millones de personas en el mundo tienen glaucoma y según datos aportados por  la OMS, 9 millones de personas se encuentran ciegas debido al glaucoma, de los cuales 6,7 millones tienen ceguera bilateral.

Esta enfermedad, en general, no presenta síntomas y la mitad de las personas que la tiene, no lo sabe, por lo que se busca que la población tome conciencia sobre la importancia de los chequeos oftalmológicos periódicos, pues solo el 50% de quienes la padecen, conocen su situación.

Causas y factores de riesgo

En el ojo existe un pequeño espacio en la parte frontal llamado cámara anterior, donde fluye un líquido claro dentro y fuera de esta estructura (humor acuoso), encargado de nutrir y bañar los tejidos cercanos. Si un paciente tiene glaucoma, este líquido drena muy lentamente fuera del ojo, lo que conduce a su acumulación y a un aumento de la presión dentro del ojo.

En cuanto al nervio óptico, posee las células ganglionares de la retina, que son un tipo de neurona que recibe impulsos visuales de los fotorreceptores- encargadas de transmitir esta información al cerebro para ser decodificado en forma de visión- por lo que si la PIO se eleva y/o permanece elevada, el nervio óptico y otras partes del ojo pueden dañarse, lo que lleva a la pérdida irreversible de visión.

Si bien muchos son los factores de riesgo que se plantean en la actualidad, pero de momento, el más importante y el único sobre el cual se puede actuar es la PIO.

Además están:

  • Vejez: a medida que aumenta la edad, mayor riesgo de padecer glaucoma.
  • Etnia: los asiáticos orientales, los afroamericanos y los hispanos presentan un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad, en relación con los caucásicos.
  • Algunas enfermedades y afecciones, como diabetes o hipotiroidismo.
  • Lesiones o afecciones oculares.
  • Cirugía ocular.
  • Miopía.
  • Uso prolongado de corticosteroides, incluidos los colirios oftálmicos.
  • Vasoespasmos.
  • Cefalea migrañosa.
  • Más recientemente se habla del espesor corneal central (ECC).
  • Causas inmunitarias debido al ataque de células T funcionales, que señala que el aumento de la PIO estimula la expresión de un tipo de proteína conocida como ” proteínas de choque térmico ” o “proteínas del estrés”, cuya liberación hace que las células T respondan rápidamente y ataquen al nervio óptico, con lo cual se daña y conduce a la pérdida de visión.

Tipos de glaucoma y cuadro clínico

Los casos se clasifican en dos categorías según su etología:

  • Glaucoma primario: cuya causa es desconocida.
  • Glaucoma secundario: su causa es conocida, puede ser secundario a un tumor , diabetes , cataratas avanzadas o alguna inflamación.

Glaucoma primario de ángulo abierto (glaucoma crónico)

  • Es el tipo de glaucoma más frecuente en la población.
  • Avanza muy lentamente, por lo que el paciente experimenta una leve pérdida de la visión periférica que puede pasar inadvertida.
  • Casi siempre afecta a ambos ojos.
  • En estadios avanzados, el paciente tiene visión de túnel.
  • En este tipo de glaucoma, muchas personas no reciben asistencia médica hasta que ya se ha producido un daño permanente.

Glaucoma pigmentario

  • Este es un tipo de glaucoma de ángulo abierto.
  •  Generalmente se desarrolla durante la edad adulta temprana o media.
  • Las células pigmentadas del iris se dispersan dentro del ojo. Si estas células se acumulan en los canales que drenan el líquido del ojo, pueden alterar el flujo normal de líquidos ocular, lo que lleva a un aumento de la PIO.

Glaucoma de ángulo cerrado (glaucoma agudo de ángulo cerrado)

  • Se trata como una emergencia médica.
  • Dolor en los ojos, generalmente severo.
  • Ojos enrojecidos.
  • De aparición repentina, especialmente con iluminación deficiente.
  • Visión borrosa.
  • El dolor ocular suele ir acompañado de náuseas e incluso vómitos.
  • Las luces se perciben con un brillo de halo adicional a su alrededor.
  • La intensidad de los síntomas hacen que el paciente busque ayuda médica, que generalmente evita que ocurra un daño permanente.

Glaucoma de baja tensión

  • Esta es una forma más rara de glaucoma que los expertos no comprenden completamente.
  • A pesar de que la presión ocular es normal, el daño del nervio óptico todavía ocurre.
  • Podría ser debido a la reducción del suministro de sangre al nervio óptico.

Tratamiento y prevención

Los tratamientos mejoran el flujo de líquido del ojo, reducen su producción o logran ambos efectos. Encontramos:

·         Gotas oculares

Consisten en un tratamiento común y eficaz para el glaucoma, aunque no exentos de reacciones adversas.

·         Cirugía para el glaucoma.

En caso que los medicamentos no funcionen o resultan intolerables para el paciente, la intervención quirúrgica puede ser una opción.

Prevención

Para prevenir el glaucoma, los especialistas recomiendan la frecuencia de chequeos oculares, según:

  • Menores de 40 años deben chequearse cada dos o cuatro años.
  • Entre 40 a 54 años, controles cada tres años.
  • Entre 55 a 64 años, deben chequearse cada uno o dos años. 
  • Después de los 65, los controles deben ser cada seis meses o una vez al año.
  • Mayores de 40, pero con antecedentes familiares de glaucoma -y en especial si sufren diabetes, hipertensión o miopía-, se deberían chequear anualmente para descartar la enfermedad. 

 

Original.

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