5 nutrientes importantes para las personas con esclerosis múltiple

a deficiencia de ciertos nutrientes esenciales podría empeorar el cuadro clínico de los pacientes con esclerosis múltiple e incluso contribuir al desarrollo de la enfermedad. En la esclerosis múltiple (EM), el sistema inmunitario ataca las propias células del cuerpo.

El daño de la EM sobre el cerebro y el sistema nervioso puede ser severo y la medicina convencional solo puede tratarla de forma limitada. Algunos fármacos y tratamientos pueden retrasar el avance de la enfermedad, pero es importante asegurarse que se consiguen determinados nutrientes, que además podrían prevenir la enfermedad.

ANTIOXIDANTES CONTRA LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune inflamatoria crónica. El sistema inmunitario identifica erróneamente las propias células nerviosas del cuerpo como patógenos y las ataca.
De esta manera, se pueden producir diversos daños, que siempre van acompañados de inflamación crónica. La EM puede conllevar problemas de visión, dificultades para tragar, problemas musculoesqueléticos y muchos otros síntomas no específicos.

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La enfermedad ocurre en fases. A veces, los síntomas desaparecen por completo después de un brote, pero a veces persisten parcialmente.

Investigadores estadounidenses han descubierto que algunos nutrientes son particularmente importantes en la EM, tanto en la terapia como en la prevención. Se trata principalmente de antioxidantes que previenen el daño celular que los radicales libres causan en el cuerpo.

NUTRIENTES QUE INFLUYEN SOBRE LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE

Científicos de la Academia Estadounidense de Neurología examinaron los datos de 27 mujeres con esclerosis múltiple y 30 mujeres sanas de dieciocho a sesenta años. Resultó que los pacientes con esclerosis múltiple tenían valores más bajos de cinco nutrientes que las mujeres sanas.

Estos fueron los siguientes micronutrientes o grupos de micronutrientes:

  • Ácido fólico
  • Vitamina E
  • Magnesio
  • Luteína, zeaxantina y quercetina
  • Vitamina D

ÁCIDO FÓLICO

La ingesta recomendada de ácido fólico es de 400 microgramos al día. En el estudio, las mujeres sanas consumieron poco menos de 320 microgramos al día, mientras que los pacientes con EM solo consumieron 240 microgramos. Las verduras de hoja verde y las legumbres en particular son muy buenas fuentes de ácido fólico.

VITAMINA E

La vitamina E es un antioxidante muy eficaz. Como tal, combate la inflamación en el cuerpo. Buenas fuentes de vitamina E son los aceites vegetales de alta calidad, como el aceite de germen de trigo o el aceite de sésamo.

MAGNESIO

El magnesio también tiene un efecto antiinflamatorio, lo que explica la posible influencia del mineral sobre el riesgo de EM. Los expertos recomiendan consumir al menos 320 miligramos de magnesio al día. Por lo tanto, las mujeres sanas del estudio absorbieron suficiente magnesio. En los pacientes con EM, sin embargo, el valor fue de solo 250 miligramos.

LUTEÍNA, ZEAXANTINA Y QUERCETINA

La luteína y la zeaxantina son dos sustancias del grupo de los carotenoides que suelen presentarse en combinación. La quercetina es uno de los flavonoides. Tanto los carotenoides como los flavonoides tienen un fuerte efecto antioxidante. La luteína y la zeaxantina se encuentran en grandes cantidades en las espinacas y el repollo.

Las alcaparras y el apio de monte tienen un alto contenido de quercetina. También hay mucha quercetina en las verduras de hoja verde y las bayas.

VITAMINA D

Muchos estudios anteriores han sugerido que los niveles bajos de vitamina D aumentan el riesgo de desarrollar esclerosis múltiple. Por el contrario, los niveles saludables de vitamina D parecen ser algo protectores.

En octubre de 2015, la revista Neurosciences publicó una actualización sobre este tema. Los investigadores involucrados examinaron todos los estudios de esclerosis múltiple con vitamina D publicados hasta esa fecha y llegaron a la siguiente conclusión: en cualquier caso, un déficit de vitamina D es un factor de riesgo de esclerosis múltiple sobre el que se puede influir.

Por lo tanto, las personas con alto riesgo de EM (por ejemplo, familiares de primer grado de un familiar con EM) y, por supuesto, las personas que ya han tenido un primer episodio harían bien someterse a una prueba de deficiencia de vitamina D.

La enfermedad puede progresar más rápidamente en personas que han tenido EM durante un período de tiempo más largo y tienen menos movilidad porque no pueden salir a la calle para reponer sus reservas de vitamina D bajo el sol. Tomar cortisona y algunos otros medicamentos también puede aumentar la deficiencia de vitamina D y conducir a un mayor riesgo de osteoporosis. Por lo tanto, los pacientes deben controlar sus niveles de vitamina D si es necesario y tomar complementos si es necesario.

Referencias científicas:

Original.

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