​Los 6 tipos de mobbing o acoso laboral

​Los 6 tipos de mobbing o acoso laboral

El acoso laboral (mobbing) es una realidad cada vez más estudiada y reconocida. Sin embargo, aún puede ser difícil identificar el mobbing allí donde se da, especialmente teniendo en cuenta que esta forma de acoso no siempre presenta las mismas características.

Los diferentes tipos de mobbing hacen que, en ocasiones, este fenómeno quede camuflado o incluso interpretado como algo que entra dentro de la normalidad. A fin de cuentas, allí donde se produce esta forma de acoso hay intereses en que lo que ocurra no pueda ser utilizado ante un juez, y esto hace que en cada tipo de entorno de trabajo estos ataques se adapten a las circunstancias.

Sin embargo, distinguir los distintos tipos de mobbing no resulta imposible. En este artículo los repasaremos, pero antes veremos un ejemplo que servirá para reconocer las características de esta clase de acoso.

Una historia de acoso laboral

Cristóbal era un trabajador muy valorado por su empresa dedicada al turismo, pues respondía con eficacia ante cualquier problema de los que pudiesen surgir en el trato con los clientes. Era disciplinado, responsable e incluso realizaba horas extra; simplemente porque disfrutaba de su trabajo. Era un empleado que cualquier empresario querría tener en su equipo, por lo que rápidamente fue ascendiendo dentro de su organización hasta colocarse como jefe de área del aeropuerto.

Llevaba tres años en la empresa y no había quejas sobre él por su buena labor profesional, pero todo cambió para él a partir del cuarto año debido a la reestructuración que había sufrido su compañía, en la que el director había cambiado. Por lo visto, Cristóbal no era de su agrado, seguramente porque apenas lo conocía y no lo había contratado él.

Cambios en la empresa

Tras su llegada, el nuevo director le acusó de trabajar poco, de ser machista sin ningún fundamento (por un conflicto con una empleada que era de la confianza del director y en el que Cristóbal tenía la razón) y decidió que debía llevar a cabo tareas que no eran para nada productivas. Además, el quinto año decidió colocar un supervisor que estaba jerárquicamente por encima de él. Cabe decir que el supervisor no era suficientemente competente, pues no sabía cómo se trabajaba en una empresa de ese tipo.

Fue el propio Cristóbal quien tuvo que enseñar a éste cómo se realizaba el trabajo con eficacia. La estrategia del director era tener a Cristóbal controlado, algo que era innecesario puesto que los niveles de satisfacción de los clientes en su área de trabajo eran los mejores de la compañía en todo el territorio español. La misión era clara: desmotivar a Cristóbal para que presentara la baja voluntaria y así abandonara la empresa.

En distintos momentos puntuales, el director acusó a Cristóbal de crear mal ambiente en el trabajo sin tener ninguna prueba de ello. Simplemente para darle la razón a sus hombres de confianza. Y, además, se inventó mentiras para desacreditar su buena labor profesional.

El resultado fue que Cristóbal decidió abandonar el trabajo por el daño psicológico al que había sido sometido. Como víctima de mobbing, intentó defenderse en varias ocasiones hasta que, fruto del agotamiento emocional al que había llegado con esta situación, renunció a seguir en la compañía.

Mobbing: una realidad presente en el entorno laboral

El ejemplo anterior es un caso de mobbing, también conocido como acoso laboral. Un fenómeno que se da en el lugar de trabajo, y en el que un individuo o varios ejercen violencia psicológica de manera sistemática y repetida sobre otro individuo o individuos, durante un periodo de tiempo prolongado.

Los acosadores pueden ser compañeros de trabajo, superiores o subordinados, y este comportamiento puede afectar a trabajadores de cualquier tipo de empresa.

Además, en muchas ocasiones se trata de confundir a la víctima para que crea que ella es la culpable de todo lo que ocurre, llegándose en ocasiones a cuestionar el sano juicio de quien lo sufre todo. Este fenómeno, conocido como Gaslighting, es muy frecuente en los casos de maltrato de pareja, pero también se da en el acoso laboral. Uno de sus efectos es que la víctima queda paralizada y anclada en las dudas, lo cual hace que se pueda proseguir con las injusticias flagrantes.

Los efectos del acoso

Los ataques sufridos en el puesto de trabajo pueden llegar a causar problemas psicológicos serios en la víctima o víctimas (por ejemplo, ansiedad, depresión, estrés), desmotivación laboral, perturbación del ejercicio de sus labores y, en la mayoría de los casos, un daño en la reputación de esta. Cuanto más persiste esta situación, peor es el malestar que se genera.

Tipos de mobbing

El mobbing se puede clasificar de dos maneras: según la posición jerárquica o según el objetivo. ¿Cuáles son estos tipos de acoso laboral? A continuación quedan resumidos:

1. Acoso laboral según la posición jerárquica

Dependiendo de la posición jerárquica, el mobbing puede ser:

1.1. Mobbing horizontal

Este tipo de mobbing se caracteriza porque el acosador y la víctima se encuentran en el mismo rango jerárquico. Es decir, que suele darse entre compañeros de trabajo, y las repercusiones a nivel de psicológico para la víctima pueden ser devastadoras.

Las causas de este tipo de acoso laboral pueden ser muchas y variadas, aunque las más comunes son: para forzar a un trabajador a conformarse con determinadas normas, por enemistad, para atacar al más débil, por las diferencias con la víctima, o por falta de trabajo y el aburrimiento.

1.2. Mobbing vertical

El acoso laboral vertical recibe este nombre porque o bien el acosador se encuentra en un nivel jerárquico superior a la víctima o se encuentra en un nivel inferior a ésta. Por tanto, existen dos clases de mobbing vertical: ascendente y descendente.

  • Mobbing ascendente: Ocurre cuando un empleado de nivel jerárquico superior es atacado por uno o varios de sus subordinados.
  • Mobbing descendente o bossing: Ocurre cuando un empleado de nivel jerárquico inferior recibe acoso psicológico por parte del uno o varios empleados que ocupan posiciones superiores en la jerarquía de la empresa. Tal y como hemos visto en el caso de Cristóbal, puede llevarse a cabo como estrategia empresarial para conseguir que el trabajador acosado abandone la empresa.

2. Acoso laboral según el objetivo

En función de los objetivos que el hostigador pretenda conseguir con el mobbing, este puede clasificarse de la siguiente manera:

2.1. Mobbing estratégico

Este es un tipo de acoso descendente o “institucional”. Se caracteriza porque el mobbing forma parte de la estrategia de la empresa, y el objetivo suele ser que el acosado rescinda su contrato de forma voluntaria. De esta manera, la empresa no tiene que pagarle la indemnización que le correspondería por despido improcedente.

2.2. Mobbing de dirección o gestión

Este tipo de mobbing es llevado a cabo por la dirección de la organización, generalmente por varios motivos: para prescindir de un trabajador poco sumiso, para llegar a situaciones de esclavismo laboral o para acabar con un trabajador que no se ajusta a las expectativas del jefe (por ejemplo, por estar demasiado capacitado o para dejarle en evidencia).

Además, este tipo de acoso laboral puede realizarse para maximizar la productividad de la empresa a través del miedo, empleando amenazas reiteradas de despido en caso de no cumplir los objetivos laborales.

2.3. Mobbing perverso

El acoso laboral perverso hace referencia a un tipo de mobbing que no tiene un objetivo laboral, sino que las causas se encuentran en la personalidad manipulativa y hostigadora del acosador. Es un tipo de mobbing muy perjudicial porque las causas que producen el acoso no pueden solucionarse implantando otras dinámicas de trabajo mientras la persona que acosa siga en la organización o no sea reeducada.

Este tipo de acosador suele llevar a cabo el mobbing frente a la víctima, sin testigos. Es muy seductor y rápidamente consigue la confianza de los demás. Es habitual que el mobbing perverso sea un mobbing horizontal o ascendente.

2.4. Mobbing disciplinario

Este tipo de mobbing se emplea para que la persona acosada entienda que debe “entrar en el molde”, porque si no lo hace será castigada. Pero con este tipo de acoso no solo se infunde miedo en las víctimas, sino que también advierte a los demás compañeros de lo que podría sucederles de actuar así, creando un clima laboral en el que nadie se atreve a llevar la contraria al superior.

También se emplea en contra de esas personas que tienen muchas bajas laborales, mujeres embarazadas, y todos aquellos que denuncian el fraude de la institución (por ejemplo, el contable que presencia sobornos por parte de la empresa).

Original.

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