La fragilidad de los bebés prematuros

La fragilidad de los bebés prematuros

Cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros en el mundo y cerca de un millón muere o sufre discapacidad física, neurológica o educativa. Según la OMS, tres cuartas partes de esas muertes podrían evitarse con intervenciones actuales, eficaces y poco onerosas, incluso sin necesidad de recurrir a servicios de cuidados intensivos.

La doctora Alicia Mirada Vives, coordinadora de la Unidad de Neonatal del Hospital Universitari Mutua Terrasa y el doctor Manuel  Sánchez Luna, jefe del servicio de neonatalogía del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, explican qué es un niño prematuro y a qué problemas se enfrentan.

Causas de la prematuridad

Según explica la experta, existen numerosas causas de prematuridad pero habitualmente suele darse por una infección provocada por la rotura de la placenta antes de tiempo, aunque también una de las causas más frecuentes son los partos múltiples provocados por las técnicas de reproducción asistida.

Al incremento progresivo de la reproducción asistida hay que añadir el aumento de la edad de las madres y los embarazos gemelares, “otro de los mayores causantes de prematuridad y un gran desconocido para la sociedad”, señala el doctor Sánchez Luna.

Según la OMS, también puede deberse a infecciones y enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión o la influencia genética; ahora bien, a menudo no se identifica la causa.

Se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional:

  • prematuros extremos (<28 semanas)
  • muy prematuros (28 a <32 semanas)
  • prematuros moderados a tardíos (32 a <37 semanas)

El parto inducido y el parto por cesárea no deben planificarse antes de que se hayan cumplido 39 semanas de gestación, salvo que esté indicado por razones médicas.

¿A qué problemas se enfrentan los bebés prematuros?

Estos recién nacidos tienen los órganos a medio fabricar, por lo que cuanto más prematuroes un bebé, menos preparado está su organismo para enfrentarse al mundo exterior. Según la OMS, se enfrentan principalmente a las siguientes adversidades:

  • Conservar el calor:Los niños prematuros pierden más fácilmente el calor corporal, lo que podría provocarles una hipotermia, poniendo su vida en peligro.
  •  Alimentación: Los bebés prematuros pueden tener dificultades a la hora de alimentarse debido a que la coordinación de su reflejo de succión y deglución no está del todo desarrollada.
  • Respiración: Muchos niños prematuros empiezan a respirar de forma autónoma desde el momento en que nacen, pero otros necesitan reanimación. Si los pulmones no han terminado de desarrollarse y les falta surfactante, los niños prematuros podrán tener dificultades para respirar. A veces los que empiezan a respirar de forma autónoma no tienen fuerza suficiente para seguir haciéndolo. Se agotan y pueden dejar de respirar (apnea).
  • Infecciones: Las infecciones graves son más frecuentes en los bebés prematuros. Su sistema inmunitario no está totalmente desarrollado, y corren un mayor riesgo de morir si contraen una infección.
  • Cerebro: Los bebés prematuros pueden sufrir hemorragias cerebrales durante el parto y en los días inmediatamente posteriores a este. Aproximadamente uno de cada cinco bebés que pesan menos de dos kilos al nacer sufre ese problema. Además pueden sufrir lesiones cerebrales debido a la falta de oxígeno. Las hemorragias o la falta de oxígeno en el cerebro pueden provocar parálisis cerebral, retraso en el desarrollo y problemas de aprendizaje.
  • Ojos: Los ojos de los bebés prematuros no están preparados para el mundo exterior. Pueden verse dañados por un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos de la retina. El problema puede ser aún más grave en los muy prematuros y los expuestos a niveles de oxígeno demasiado altos. Esto puede provocar deficiencias visuales o ceguera.

Podemos ayudarles en muchas cosas pero en otras, tienen que valerse por si mismos. Por ejemplo, “el tubo digestivo no lo tiene formado pero si le damos leche materna en muy pocas cantidades se va acostumbrando hasta que finalmente puede comer; Al pulmón le ayudamos con sustancias externas, en concreto gracias a un soporte de respiración para provocarle el mínimo daño y que le genere el mayor beneficio; el cerebro se va a desarrollar con estímulos muy distintos ya que en el vientre materno estaba en silencio, flotando, oscuro … y en el exterior se encuentra ante estímulos diferentes por lo que los especialistas intentamos imitar gracias a las tecnologías lo máximo posible el útero materno”, explica la especialista.

Los bebés prematuros corren el riesgo de desarrollar discapacidades que les acompañarán toda la vida. El grado en que esto puede afectarles en su vida depende en gran medida del grado de prematuridad, la calidad de la atención y los cuidados recibidos en el parto y el periodo inmediatamente posterior a este, y en los días y semanas subsiguientes.

¿Consecuencias a largo plazo?

El grado en que esto puede afectarles en su vida depende en gran medida del grado de prematuridad, la calidad de la atención y los cuidados recibidos en el parto y el periodo inmediatamente posterior a este, y en los días y semanas subsiguientes.

Según explica el doctor Sánchez Luna, la displasia broncopulmonar es la secuela más frecuente en recién nacidos prematuros, sobre todo en aquellos que nacen con menos de 26 semanas y 750 gramos de peso.

“Los problemas pulmonares pueden darse durante los primeros años de vida, pero a largo plazo estos problemas desaparecen y pasan a la normalidad aunque a lo mejor ese niño no podría en un futuro dedicarse al deporte de élite”, explica Alicia Mirada.

En algunos casos pueden ser niños con dificultades de aprendizaje, problemas cognitivos, en el desarrollo de la vista o en el comportamiento, pero pueden llevar a cabo una vida normal. No todas las secuelas son graves, remarca.

¿Dónde está la solución?

El doctor Sánchez Luna destaca “un control nutricional exquisito para mejorar el crecimiento de estos niños”, de tal forma que en casi todos los casos es necesario  aportar nutrientes de calidad y cantidad ajustada a sus necesidades.

Según la OMS, más de las tres cuartas partes de los bebés prematuros pueden salvarse si se les prodiga cuidados sencillos, eficaces y poco onerosos. Por ejemplo, administrar inyecciones de esteroides prenatales (a las embarazadas que corren riesgo de parto prematuro, para fortalecer los pulmones del bebé); aplicar la técnica de la “madre canguro”(la madre sostiene al bebé desnudo en contacto directo con su piel y lo amamanta con frecuencia); y administrar antibióticos para tratar las infecciones del recién nacido, sin que haya que recurrir a cuidados intensivos neonatales.

 

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