Estos son los síntomas del trastorno de bipolaridad

¿Ubicas a esa persona con cambios de ánimo abruptos que pasa de llorar a reír en segundos o la que cambia de decisiones? Esos no son síntomas de bipolaridad.

La bipolaridad es un trastorno conocido también como maníaco depresivo, que se caracteriza por la presencia de dos polos anímicos: la euforia y la depresión.

“Las películas nos han educado mal y por eso llamamos ‘bipolar’ a quien es indeciso. Debemos de dejar de usar a la ligera los términos, porque para las personas con estos trastornos no es nada de risa. Realmente la pasan muy mal”, explica Daniela Nicole Díaz, psicóloga clínica, especialista en neurorehabilitación.

En el Día Mundial de la Bipolaridad, te explicamos qué sí es esta patología que afecta a más de tres millones de mexicanos, de acuerdo con la Sociedad Internacional de Trastornos Bipolares (ISBD).

Síntomas de bipolaridad: entre la euforia y la depresión

Aunque la televisión y las comedias nos han hecho pensar que las personas bipolares cambian de ánimo en segundos, la realidad es que solo fluctúan entre dos estados; y cada uno puede durar días o una semana y se van intercambiando.

La manía tiene fases de euforia y energía que pueden poner a la persona en situaciones peligrosas, entre ellas la hipersexualidad.

La depresión es una fase en donde el estado de ánimo es bajo, con ganas de dormir todo el día y hay pérdida de placer en las actividades que antes disfrutaban.

Y aunque los síntomas son específicos, hasta el momento no se sabe con certeza qué o cuál es la causa de esta enfermedad y hay problemas para su diagnóstico.

En México, el diagnóstico preciso del trastorno bipolar es de los más complicados de definir, a pesar de ir con un especialista de la salud mental, se estima que, en un inicio, alrededor del 70% de los pacientes fueron mal diagnosticados.

Un diagnóstico certero puede tardar entre ocho y 12 años. Esto se debe a que se parece a algunos otros trastornos de la personalidad o se confunde con la edad, por ejemplo, los cambios de la adolescencia o la menopausia.

Tipos de bipolaridad

Existen varios tipos de bipolaridad, los más aceptados son el trastorno bipolar tipo 1 y tipo 2.

Tipo 1

En el primero se pasa por tres fases: un episodio maníaco, hipomaníaco y una depresión mayor. En la primera fase el peligro es que buscan actividades extremas, entre ellas encuentros sexuales de riesgo, por lo que ponen en peligro sus vidas.

“El tipo 1 pasará más en euforia y dos veces al mes fases depresivas. El tipo 2 se diferencia porque dura menos la fase de manía y más la fase depresiva”, explica la psicóloga clínica.

Los pacientes con esta patología tienen una pérdida aproximada de 14.3 años de vida productiva, de acuerdo con el cálculo que hizo Ingrid Vargas Huicochea, psiquiatra de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Tipo 2

Se sufre (al menos) un episodio depresivo mayor y, como mínimo, un episodio hipomaníaco, pero nunca un episodio maníaco.

Ésta no es una forma más leve de trastorno bipolar I, sino un diagnóstico diferente. Mientras que los episodios maníacos del trastorno bipolar I pueden ser graves y peligrosos, las personas que tienen trastorno bipolar 2 pueden estar deprimidas durante períodos más largos, lo cual puede causar un deterioro importante.

La bipolaridad no tiene cura, pero sí tratamiento. Generalmente terapias cognitivo conductuales y el uso de algunos fármacos no adictivos para estabilizar el estado de ánimo.

Labilidad emocional

Ahora, esos cambios abruptos del estado de ánimo donde una persona puede cambiar de llorar sin motivo a enojarse o reír, se llama labilidad emocional.

La labilidad emocional tiene que ver con los trastornos de la personalidad como delirio o esquizofrenia. “Los signos primarios son ataques recurrentes, involuntarios e incontrolables de llanto o risa exagerados y que no están conectados con el estado emocional”, dice Daniela Díaz.

Para estos casos el tratamiento es el mismo que en el trastorno bipolar, se requiere de una terapia cognitivo conductual y de medicamentos según el caso.

“Usar el término bipolar a manera de insulto o burla está mal, hay que aprender a usar las palabras y psicoeducación”, la especialista recomienda seguir a psicólogos en redes sociales y leer información verificada.

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