Cómo saber si alguien cercano sufre depresión

El trastorno del estado de ánimo puede surgir aparentemente de la nada o puede venir dado por una pérdida personal, por ejemplo, produciendo sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza, impotencia, pesimismo o culpa.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. A nivel mundial, más de 300 millones de personas de todas las edades padecen este trastorno. Y la incidencia de la depresión está aumentando en todas partes, especialmente desde el inicio de la pandemia por Covid-19. Tanto tiempo sin poder salir de casa, teletrabajando, en la mayoría de ocasiones sin ver a nuestros seres queridos, ha hecho que a día de hoy las consultas de psicología estén

 repletas de personas que necesitan ayuda para superar esta enfermedad.

Y aunque en muchas ocasiones es fácil de identificar si la sufrimos, no lo es tanto cuando se trata de alguien cercano. ¿Por qué? Porque por rachas de tristeza pasamos todos y podemos confundirlo con tristeza, pero cuando este sufrimiento persiste quiere decir que se está sumido en una depresión que bien pueden ser episodios sueltos, depresión enmascarada, con síntomas psicóticos, trastorno bipolar…

Cómo identificar una depresión

Paloma Rey, psicóloga sanitaria general, desvela que la depresión es uno de los «problemas más frecuentes en terapia y que puede afectar a cualquier persona», aunque tiene una mayor incidencia en las mujeres. «Puede llegar sin avisar y sin que exista una causa concreta», asegura.

Olga Albaladejo, especialista en psicóloga y miembro de Top Doctors cuenta que prácticamente hay el doble de mujeres que sufren depresión frente al sexo masculino: «en el ‘Libro blanco de la depresión y el suicidio’ se indicaba que el 14% de las mujeres españolas habrían sufrido un episodio de depresión mayor a lo largo de su vida frente a un 6% de los hombres». aunque no existen certezas al respecto, la influencia en el estado de ánimo de los ciclos hormonales; la educación y las diversas vivencias de hombres y mujeres en los diversos entornos socio-culturales; y una mayor predisposición de las mujeres a buscar ayuda cuando sienten que la necesitan podrían ser algunos de los factores.

Algunos aspectos que pueden ser indicadores de que una persona está padeciendo una depresión son:

– Irritabilidad. La persona que, hasta ese momento, parecía ser tranquila y calmada, con la que se podía conversar pacientemente, empieza a mostrarse más irritable, enfadarse con más frecuencia y con mayor intensidad.

– Aislamiento social. Alerta la psicóloga Paloma Rey ( @palomareypsicologia) que hay personas que empiezan a evitar realizar planes sociales, argumentando estar muy ocupadas o no tener tiempo. «Generalmente, los planes que les generan rechazo son aquellos que anteriormente realizaban sin dificultad», dice.

– Olvidos. Una característica común de la depresión son los olvidos frecuentes. Paloma Rey asegura que se observa que las personas con esta dificultad empiezan a «olvidar cosas de su vida diaria repentinamente».

– Distracción. En la misma línea, se puede detectar que estas personas están muy distraídas, se quedan calladas en las conversaciones o a perderse en las mismas. Son personas que anteriormente no presentaban este patrón.

– Menos efectividad. Se observa que las personas con depresión ven disminuida notablemente su efectividad en las tareas que desempeñan, necesitando más tiempo y cometiendo más errores.

– Bajo estado de ánimo y facilidad para el llanto. Sin motivo aparente las personas con depresión pueden recurrir al llanto, o presentar «ojos vidriosos».

Al parecer, reconoce Paloma Rey que la depresión también interfiere en la concentración, la motivación y otros aspectos del funcionamiento diario. «En estos casos es recomendable que las personas del entorno sean conscientes de que la depresión es una enfermedad que requiere de apoyo psicológico e, incluso en algunos casos, psiquiátrico», aconseja. No se debe infravalorar el estado de la persona y deben ir con cuidado con los comentarios y consejos que se le dan a la persona afectada: «Una palabra inadecuada o un mal consejo pueden desencadenar complicaciones en el cuadro de la persona afectada», alerta.

Por tanto, comentarios como: ‘no te pongas así’, ‘no es para tanto’, ‘es una tontería’, entre otros, deben ser suprimidos. Nuestra labor como personas cercanas a la persona afectada es, según Paloma Rey, la de animarle a buscar ayuda psicológica y «comprender que la persona no está atravesando su mejor momento».

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