El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es una condición neurobiológica que afecta a muchas personas en todo el mundo, tanto niños como adultos. Este trastorno se caracteriza por síntomas de inatención, impulsividad y, en algunos casos, hiperactividad. Sin embargo, el TDAH no es una condición homogénea; se presenta de distintas maneras según la persona, lo que ha llevado a identificar diferentes tipos de TDAH. En este artículo, exploraremos los siete tipos de TDAH y cómo puedes identificar cuál podría ser el tuyo.
1. TDAH con Predominio de Inatención (TDAH-I)
El tipo más comúnmente reconocido de TDAH es el que se presenta con predominancia de inatención. Las personas con este tipo de TDAH tienen dificultades para mantener su atención en tareas, especialmente en aquellas que requieren concentración prolongada. Entre los síntomas más comunes se encuentran:
- Olvidar detalles importantes o cometer errores por descuido.
- Dificultad para seguir instrucciones o completar tareas.
- Desorganización y dificultad para gestionar el tiempo.
- Frecuentes distracciones por estímulos irrelevantes.
Si te cuesta mantener el enfoque durante las reuniones, la lectura o tareas que requieren concentración, y si tu mente parece vagar constantemente, podrías estar experimentando el tipo de TDAH con predominancia de inatención.
2. TDAH con Predominio de Hiperactividad e Impulsividad (TDAH-HI)
El TDAH con predominancia de hiperactividad e impulsividad se caracteriza por un nivel elevado de actividad física y mental, acompañado de comportamientos impulsivos. Las personas con este tipo de TDAH pueden mostrar síntomas como:
- Dificultad para permanecer quietos o sentados durante largos períodos.
- Hablar excesivamente, interrumpir a los demás o no esperar su turno.
- Sentir la necesidad de moverse constantemente, incluso en situaciones que requieren calma.
- Tomar decisiones precipitadas sin considerar las consecuencias.
Si te encuentras constantemente inquieto o impulsivo, y tienes dificultades para controlar tus respuestas o movimientos, podrías estar lidiando con el TDAH hiperactivo-impulsivo.
3. TDAH Combinado (TDAH-C)
El TDAH combinado es el tipo de TDAH más comúnmente diagnosticado. Este tipo involucra una combinación de síntomas tanto de inatención como de hiperactividad e impulsividad. Las personas con TDAH combinado experimentan dificultades tanto para concentrarse como para controlar su actividad física y comportamientos impulsivos. Algunos de los síntomas más frecuentes incluyen:
- Desorganización general.
- Dificultad para terminar proyectos.
- Impulsividad que afecta las relaciones sociales y laborales.
- Necesidad de moverse constantemente o cambiar de actividad sin completar las tareas.
Si experimentas una combinación de problemas de atención y control de impulsos, este tipo de TDAH podría ser el más adecuado para describir tu situación.
4. TDAH Inatento-No Hiperactivo (TDAH-I-NH)
El TDAH inatento-no hiperactivo es un subtipo poco reconocido, pero igualmente importante. Las personas con este tipo de TDAH presentan síntomas similares al TDAH con predominancia de inatención, pero sin la presencia de hiperactividad o impulsividad. Esto hace que las personas con este tipo de TDAH puedan pasar desapercibidas, ya que no muestran comportamientos disruptivos evidentes.
- Falta de atención al detalle y olvidos frecuentes.
- Dificultad para organizar tareas o seguir instrucciones.
- Problemas para terminar actividades o concentrarse en conversaciones.
Este tipo de TDAH puede ser más común en adultos, quienes han aprendido a adaptarse a las exigencias del entorno y por lo general no presentan la hiperactividad de los niños con TDAH.
5. TDAH con Predominio de Inatención y Baja Actividad (TDAH-IA)
En este subtipo, las personas no solo tienen problemas de atención, sino que también experimentan un bajo nivel de energía o actividad. A menudo, este tipo de TDAH se presenta en personas que parecen estar «apagadas» o desconectadas. Los síntomas incluyen:
- Dificultad para iniciar actividades, incluso cuando se sienten motivados.
- Baja energía o falta de interés en actividades que suelen ser estimulantes para otras personas.
- Tendencia a procrastinar y evitar tareas que requieren esfuerzo físico o mental.
Las personas con este tipo de TDAH pueden ser percibidas como perezosas o desinteresadas, pero en realidad están luchando con un déficit en su capacidad para mantenerse activos y enfocados.
6. TDAH con Predominio de Hiperactividad Sin Impulsividad (TDAH-H)
Este subtipo es menos común y se caracteriza principalmente por la hiperactividad sin una manifestación significativa de impulsividad. Las personas con este tipo de TDAH suelen mostrar un exceso de energía, pero sin actuar de manera impulsiva. Los síntomas pueden incluir:
- Necesidad constante de moverse, incluso cuando se espera quietud.
- Dificultad para quedarse quieto, ya sea de pie, sentado o en reposo.
- Hablar sin cesar, aunque no interrumpan a los demás.
Aunque la persona no sea impulsiva, su energía puede ser difícil de manejar y puede afectar su capacidad para mantenerse enfocado en una sola tarea por largo tiempo.
7. TDAH de Inicio Tardío (TDAH-IT)
El TDAH de inicio tardío se refiere a un tipo de TDAH que se manifiesta más tarde en la vida, generalmente en la adolescencia o incluso en la adultez. En estos casos, los síntomas pueden ser menos evidentes en la infancia y aparecer después de la pubertad o en la vida adulta. Las personas con TDAH de inicio tardío pueden experimentar:
- Dificultades para organizarse en el trabajo o en el hogar.
- Problemas de atención que interfieren con la productividad.
- Sensación de abrumarse por tareas cotidianas.
Este tipo de TDAH a menudo se diagnostica erróneamente como otros trastornos, como ansiedad o depresión, ya que sus síntomas no siempre son tan evidentes en la niñez.
¿Cómo Saber Qué Tipo de TDAH Tienes?
Determinar el tipo de TDAH que tienes puede requerir una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud, como un psicólogo o psiquiatra especializado en trastornos neuropsiquiátricos. Este proceso generalmente incluye una entrevista clínica, la evaluación de tu historial médico y familiar, así como la aplicación de pruebas estandarizadas para evaluar tus síntomas y su impacto en tu vida diaria.
Si sospechas que podrías tener TDAH, es importante no autodiagnosticarse. Un diagnóstico correcto y completo te permitirá recibir el tratamiento adecuado para tu tipo específico de TDAH y mejorar tu calidad de vida.
El TDAH es un trastorno complejo que puede presentarse de diversas formas, afectando a cada persona de manera única. Conocer el tipo específico de TDAH que tienes es esencial para poder abordar eficazmente sus síntomas y mejorar tu bienestar. Si experimentas dificultades relacionadas con la atención, impulsividad o hiperactividad, busca la orientación de un profesional para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento personalizado que te ayude a manejar los desafíos asociados con el TDAH.
Equipo T2S1.