¿Ansiedad o depresión? Prueba a comprobar el estado de tu microbioma intestinal

El microbioma intestinal está formado por un conjunto de bacterias y microorganismos fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Hasta hace poco existía un gran desconocimiento al respecto; de hecho se conocía como flora intestinal y no se hacía mucha referencia al tema. Pero desde hace dos décadas, los estudios acerca de la importancia que tienen estos microorganismo no ha hecho más que aumentar, poniendo sobre la mesa su relación con problemas digestivos, neurológicos y psiquiátricos, por poner algunos ejemplos. 

En el tema de los trastornos psiquiátricos, la ciencia ha demostrado, por ejemplo, la relación entre un desequilibrio en el microbioma y determinados comportamientos depresivos. Así quedó de manifiesto en un estudio realizado por científicos del Institut Pasteur, Inserm y el CNRS publicado en Nature. 

Bioquímica

Si hay un desequilibrio en el microbioma, algunos lípidos desaparecen, lo que fomenta la aparición de comportamientos depresivos

Los expertos comprobaron que un cambio en la microbiota intestinal provocado por el estrés crónico puede conducir a comportamientos depresivos, en particular al provocar una reducción de los metabolitos de los lípidos (pequeñas moléculas resultantes del metabolismo) en la sangre y el cerebro. Estos metabolitos de lípidos, conocidos como cannabinoides endógenos (o endocannabinoides), coordinan un sistema de comunicación en el cuerpo que se ve obstaculizado cuando la microbiota no está en buen estado.

 La ausencia de endocannabinoides en el hipocampo, una región clave del cerebro involucrada en la formación de recuerdos y emociones, deriva en comportamientos depresivos. Es decir, si hay un desequilibrio en la comunidad bacteriana intestinal, algunos lípidos que son vitales para la función cerebral desaparecen, lo que fomenta la aparición de comportamientos depresivos. 

Bacterias
Bacterias Getty Images/iStockphoto

‘Es la microbiota, idiota’

‘Es la microbiota, idiota’ es el último libro de Sari Arponen, doctora en Ciencias Biomédicas, experta en psiconeuroinmunología clínica y cofundadora de Slow Medicine Revolution, una plataforma de divulgación sobre salud y estilo de vida, basado en el enfoque de la medicina evolutiva. En este libro, Arponen explica por qué síntomas como el cansancio, el mal humor, el estrés, la irritación o el dolor de cabeza, pueden estar relacionados con un desequilibrio en la microbiota.

Arponen explica en esta obra que los descubrimientos sobre la microbiota constituyen una de las mayores revoluciones de la historia de la medicina. “Los microorganismos están en todas partes: en nuestro intestino, en nuestra boca, en nuestra piel… Y son los responsables de cómo nos sienta la comida, cómo luce nuestro cutis e incluso cómo funciona nuestra memoria”.

Después de ver a muchos pacientes desesperados por problemas cuya causa desconocían, esta doctora comenzó a indagar en uno de los aspectos más desconocidos en el ámbito de la salud humana. Desde entonces, ha dedicado su carrera al estudio de la microbiota y su impacto en el cuerpo humano.

Una dieta equilibrada es fundamental para una macrobiota equilibrada
Una dieta equilibrada es fundamental para una macrobiota equilibrada Getty Images

Disbiosis intestinal, causante de muchos males

En este libro, comparte sus hallazgos para que el lector pueda aprender cómo alcanzar un mayor nivel de bienestar físico y psicológico. “Los microorganismos están en todas partes: desde el ojo de un huracán hasta la pantalla de tu móvil” y añade que “si te falla la memoria alguna vez, quizás sea porque tu microbiota intestinal te está jugando una mala pasada”, porque una disbiosis intestinal es el origen de muchos problemas de salud.

Alimentación y estilo de vida son, a su juicio, herramientas imprescindibles para lograr el bienestar. La salud, dice, consiste en “tener la flexibilidad mental, inmunológica y metabólica suficiente como para afrontar cualquier estímulo estresante ante el que nos encontremos en nuestra vida”.

Llegar a ser supercentenario es posible”

Sari ArponenDoctora en Ciencias Biomédicas

¿Qué marcadores deben estar en equilibrio para contar con una salud óptima? Según la autora, hay doce indicadores que hacen referencia al peso, la alimentación, el movimiento, emociones, el metabolismo, el sistema inmunitario, sistema músculo-esquelético, fertilidad y sistema hormonal, el sistema gastrointestinal, la baja exposición a toxinas y la longevidad, como consecuencia natural de todo lo anterior. Llegar a ser supercentenario es posible.

La composición de la microbiota varía según “el tipo de alimentos que comamos en cada momento”. A su vez, su composición influye en “cómo digerimos y absorbemos los componentes de los alimentos”. Según lo que comamos y las bacterias que tengamos, éstas pueden fabricar metabolitos tóxicos. Por ejemplo, las personas que tienen enfermedad de Parkinson pueden tener una alteración de la microbiota cuando beben leche”. Entonces, “alguien con párkinson quizá quiera dejar de beber leche o bien modificar su microbiota para no producir esa sustancia”.

El cerebro y un sistema neuroendocrino generan una respuesta al estrés
El cerebro y un sistema neuroendocrino generan una respuesta al estrés Yuri Arcurs/iStockphoto

Estrés ancestral versus estrés moderno

En «Es la microbiota», idiota, Sari Arponen dice que contamos con un cerebro y un sistema neuroendocrino que generan una respuesta al estrés: hormonas y reacciones, que nos llevan en busca de una solución al problema que amenaza la supervivencia en ese momento. Sin embargo, “en nuestro camino hasta el siglo XXI, hemos modificado el entorno sin mirar atrás ni pensar en las consecuencias sobre el planeta y nuestra salud”.

A diferencia de lo que ocurría en tiempos ancestrales, ya no tenemos estrés fisiológico. Pero, “a tu microbiota no le pasa nada con el estrés ancestral. Es más, le mola”. Pasar de vez en cuando hambre, “tiene ventajas para la microbiota. Sufrir un poquito de sed ocasional es fisiológico y reduce la neuroinflamación”. Pero nuestro cuerpo no está preparado para el estrés del siglo XXI, “el de la hipoteca, los atascos o estar conectado a un mundo virtual. No sabe qué hacer frente a esos estresores, pero está en alerta constante”. Lee también

El estrés crónico afecta de forma negativa a la microbiota y la clave de muchas dolencias está en el “estrés insostenible que el cuerpo soporta”. La falta de propósito vital “nos lleva hacia delante como pollos sin cabeza”. Y todas las señales “llegan a la microbiota. Tu cerebro se lo transmite a tu intestino”. Y la relación es bidireccional. Por eso, “una microbiota sana te ayudará a tolerar mejor lo que te sucede en la vida”.

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