Una simple prueba genética podría evitar la sordera ocasionada por los antibióticos

Los aminoglucósidos son una clase de antibióticos que se utilizan ampliamente para contrarrestar ciertos tipos de infecciones bacterianas, pero también se ha reconocido como un fármaco capaz de generar sordera en ciertos individuos, en estos caso se puede decir que se presenta una reacción adversa al fármaco.

Gracias a investigaciones se ha demostrado que tal reacción adversa se debe a una variante del ADN mitocondrial que predispone a las personas que cuentan con ella a provocarles sordera irreversible derivada del uso de aminoglucósidos como tratamiento.

Actualmente un grupo de investigadores del Reino Unido desarrolló una prueba con la capacidad de detectar dicha variante, cuyo término científico se conoce como “genotipado”. La característica más importante que tiene es que el ensayo genético se realiza en 26 minutos, esto es lo realmente innovador de la prueba puesto que ya existen diferentes técnicas para identificar partes específicas del ADN de interés, pero los tiempos para obtener los resultados tardan días.

Como sabemos ante infecciones provocadas por bacterias no se puede mantener al paciente sin un tratamiento que lo ayude a combatir el padecimiento. En este escenario si una persona cursa por una infección grave y contiene en su ADN la variante descrita se prefería el uso del aminoglucósido a pesar del alto riesgo de pérdida de la audición, puesto que no se podría esperar al resultado del genotipado mediante las pruebas normales para recetar un tratamiento alternativo.

En el caso específico de los neonatos ante una infección como sepsis, se suele recetar una combinación preferida de fármacos en el cual se incluye un aminoglucósido, la gentamicina; una vez que se detecta la enfermedad se tiene hasta una hora para dar un tratamiento. Con la prueba rápida de genotipado una vez diagnósticado, se puede hacer el test y determinar si el paciente es apto para que se le administre un aminoglucósido o alguna alternativa igualmente eficaz como las cefalosporinas que no son el tratamiento de primera línea por su capacidad de generar resistencia a antibióticos.

El estudio que creó el genotipado rápido realizó pruebas en 751 recién nacidos demostrando que se podía obtener el resultado en el tiempo estimado con una sensibilidad y especificidad adecuada identificando a tiempo a tres pacientes con la variante a los cuales se les evitó un tratamiento basado en aminoglucósidos y, por tanto, la probabilidad de padecer sordera.

Asimismo, la prueba se logró realizar en los tiempos óptimos en cada individuo sin interrumpir las prácticas clínica y sin poner en riesgo la vida de ningún paciente. El exitoso genotipado rápido podría incluirse en la atención médica siendo ésta más satisfactoria al prevenir el riesgo de producir una reacción adversa tras un tratamiento inadecuado, sobre todo en recién nacidos.

Tal como mencionan los autores, el uso mundial de los aminoglucósidos se da en 7 millones de recién nacidos cada año, por lo cual, la inclusión del genotipado rápido evitaría miles de casos de sordera producida por el uso de estos antibióticos.

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