‘Tus hijos no son tus hijos’, el bello y necesario texto de Khalil Gibran

Khalil Gibran

Volarán, lo tenemos claro. Nuestra misión es acompañarles en sus primeros pasos, asegurarles unas raíces fuertes y apretarles bien las manos cuando nos necesiten, pero eso es, cuando nos necesiten porque llegará un día en el que no lo hagan.

Maternidad de Tamara de Lempick

“Maternidad” de Tamara de Lempick

Ese será el día en el que desplieguen sus alas y vuelen como puedan y quieran. Y allí nos quedaremos nosotros, abajo en la tierra, regando esas raíces para aegurarles un feliz vuelo.

Hoy, más que nunca, rescatamos este texto de Khalil Gibran, un poeta y pintor libanés cuya obra se define por una búsqueda mística de las materias más clásicas del comportamiento y sentir existencial desde una impresión de bonhomía y conexión natural.

Su obra maestra es El Profeta” (1923), aunque también destacan “Espíritus Rebeldes” (1903), libro censurado en su país por revolucionario y pernicioso, “Alas Rotas” (1912), texto autobiográfico, “El Loco” (1918), obra influenciada por Nietzsche, “Arena y Espuma” (1926), o “Jesús, El Hijo Del Hombre” (1928), título en el que setenta y siete personajes dan su opinión sobre Jesucristo, incluido el propio Gibran.

Las Tres Edades de la Mujer de Gustav Klimt

“Las Tres Edades de la Mujer” de Gustav Klimt

Nos parece un acierto entender que los hijos no nos pertenecen, no son nuestras extensiones y no deben satisfacer necesidades de los padres y madres, sino encontrar su propio camino.  Y nuestra misión es acompañarlos, respetarlos y prepararlos para este camino. Aquí va el texto:

«Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.

No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
Pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad”.

Recuperamos también el emocionante discurso del gran Fernando Fernán Gómez en La Lengua de las Mariposas, un canto a la libertad,  a la educación y a la igualdad, valores tan necesarios para hacer de nuestros hijos e hijas seres independientes, fuertes y felices.

Original.

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