¿Tu hijo es miedoso? Es natural, y la ciencia lo explica

Niña

El miedo es un sentimiento que cualquier humano ha experimentado alguna vez en su vida. En los niños pequeños el miedo es muy normal, y aunque muchas veces tratemos de ayudarlos no es algo fácil de evadir. Los padres debemos acompañar a nuestros hijos en este sentimiento y, sobre todo, comprender de qué manera opera el cerebro ante situaciones que le generan miedo.

  • El miedo paraliza y cuando nuestro hijo siente miedo, lejos de minimizar ese sentimiento, debemos apoyarlo y ayudarlo a afrontar ese sentimiento. Pero antes, debemos comprender de qué manera funciona el miedo y cuándo aparece en la etapa infantil. De acuerdo al sitio Fatherly, los científicos han identificado dos tipos de miedo a lo largo de los años: los innatos y los aprehendidos. es decir, aquellos miedos con los que nacemos naturalmente, por instinto de supervivencia, y aquellos otros que se generan por el contacto con el entorno.
  • Qué es el miedo

  • De acuerdo al sitio Science Daily, el miedo es una sensación desagradable de riesgo o peligro percibido, ya sea real o imaginado. También puede describirse como una sensación de extrema aversión hacia ciertas condiciones, objetos o situaciones tales como: miedo a la oscuridad, miedo a los fantasmas, etc.
  • Existen dos miedos básicos e innatos en todas las personas: el miedo a las caídas y el miedo a los ruidos fuertes. Seth Norrholm, psiquiatra de la Universidad de Emory en Atlanta explica que «aunque algunos otros miedos a menudo se categorizan como innatos, como el miedo a la oscuridad o el miedo a las cosas espeluznantes, en realidad se adquieren después del nacimiento». De acuerdo a lo citado en Antropologies, desde el ámbito de la medicina se refuerza la teoría del miedo innato a través del llamado «Reflejo de Moro» en los bebés recién nacidos, que aparece de manera involuntaria como respuesta a un fuerte e inesperado ruido, o cuando el bebé siente que se está cayendo de espaldas.
  • Los miedos innatos son básicamente un instinto de supervivencia de la especie. Un ruido fuerte puede indicarnos el peligro próximo, y una caída nos puede dar la idea de una posible muerte. Como supervivencia de la especie, mantenemos estos miedos a lo largo de la vida.
  • Los miedos aprendidos

  • Stefanie Hoehl, neurocientífica de la Universidad de Viena, dice «El aprendizaje del miedo está asociado con la amígdala, la parte del cerebro que también está involucrada en experimentar y percibir el miedo. Esto se aplica tanto al aprendizaje directo del miedo a través del condicionamiento (como cuando te pica una araña), como al aprendizaje del miedo social, que es aprender a temer al observar las expresiones de miedo de otras personas».
  • Los científicos aún no están del todo de acuerdo respecto de si el miedo a las arañas y bichos en los niños es un miedo innato o adquirido. Todos los niños en general le temen a una araña, así como a otras cosas como las alturas, el fuego o los espacios cerrados. Algunos expertos los denominan «miedos ancestrales», y los consideran innatos. No es descabellado que así sea pues el miedo a una araña, una serpiente o un lugar cerrado tienen que ver, nuevamente, con el instinto de supervivencia.
  • El cerebro procesa el miedo de esta manera

  • Nuestros cerebros operan a lo largo de dos vías neuronales: el camino bajo, que causa una reacción inmediata, y el camino elevado, en el que el cerebro evalúa la situación. «Los circuitos de baja velocidad van desde sus sentidos -sus ojos y oídos- a la amígdala, luego a sus músculos, glándulas suprarrenales y médula espinal», dice el psiquiatra Norrholm. En resumidas palabras, al escuchar un gruñido de algún animal, en tu cerebro se activa la respuesta de «lucha o huida, y si escuchas un portazo o una explosión te sobresaltas de inmediato.
  • Lo que sucede con los niños es que, pueden sentir el mismo estrés o miedo que siente un adulto al escuchar un globo explotar, o una puerta que se cierra fuertemente de golpe, pero aún no tienen la capacidad neuronal de reponerse rápidamente al susto y seguir adelante.
  • La buena noticia es que los científicos afirman que los niños van aprendiendo a través de las experiencias de la vida y su capacidad neuronal va mejorando, por lo que pueden ir superando lentamente sus miedos. A medida que crecen, los niños pueden darse cuenta que las sombras de la pared son sólo ramas de los árboles, y que los monstruos en verdad no existen.
  • Cómo manejar el miedo en los niños

  • Es fundamental que cuando un niño manifiesta miedo, sus padres lo ignoren o minimicen la situación. Cuando un niño manifiesta un miedo, lo ideal es conversar con él acerca de ello y de acuerdo al objeto de su miedo, mostrarle que no hay nada que temer. El miedo a la oscuridad, por ejemplo, es el miedo más común entre los niños, y no debe ignorarse, sino acompañar al pequeño para que de a poco lo vaya superando. Se puede ayudar al niño dejando una luz tenue en su cuarto y contándole que estás allí y nada sucederá.
  • Por otra parte, un punto fundamental es que los padres aprendan a manejar sus propios miedos. Los niños perciben todo. Si ven el miedo en tu rostro ellos también lo aprenderán. En mi casa, cuando hay tormenta, y se escucha un trueno, mis hijos no suelen asustarse. A mí me encantan las tormentas, y cuando está comenzando a llover y el cielo «se hace escuchar», sonrío y exagero un poco la alegría, para que mis hijos no crezcan temiendo a las tormentas. Les explico que es una bendición de Dios que llueva.
  • El sitio Guía Infantil propone una serie de consejos para ayudar a los niños a manejar sus miedos:
    • No asustes a tu hijo con historias de miedo, ni permitas que nadie de su entorno lo haga
    • No lo ridiculices ni te burles de sus miedos. Ello no ayuda a que los miedos desaparezcan, sino que hará que tu hijo deje de confiar en tí
    • No mientas sobre algo a lo que le teme. (Por ejemplo, no le digas que esa inyección no le dolerá)
    • No obligues al niño a pasar por situaciones a las que le teme. Ello, lejos de ayudar, puede intensificar el miedo
    • No transmitas miedos personales a tu hijo
    • No lo llames «cobarde» o «infantil» cuando tu hijo demuestra algún miedo
  • Acompaña a tu hijo a superar esta etapa. El miedo es un sentimiento que nos acompaña toda la vida, pero que puede limarse y superar en gran parte en la etapa infantil. No se trata de no tener ningún miedo cuando llegan a la vida adulta, sino que crezcan con la capacidad de saber enfrentarlos y superarlos. Y tú ¿cómo manejas el miedo de tus hijos?

 

 

 

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