De los 22 mil casos nuevos de discapacidad que atiende el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), el 28 por ciento (6 mil 160 casos) corresponde a problemas de audición, voz, lenguaje y aprendizaje, según datos de la Secretaría de Salud.
Luis Guillermo Ibarra, director general del INR, explicó que la discapacidad auditiva en los niños y niñas se presenta con una alta incidencia en el Instituto y comprende grados variables de pérdida auditiva que van desde la hipoacusia hasta la sordera.
De acuerdo con información de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la hipoacusia -incapacidad total o parcial para oír sonidos- puede ocurrir cuando hay un problema en el oído externo o el oído medio, lo que puede impedir el paso de las ondas sonoras.
Algunos de estos problemas son anomalías congénitas en el oído, acumulación de cera, acumulación de líquido detrás del tímpano, lesión o ruptura del tímpano, objetos atascados en el conducto auditivo externo o cicatrización en el tímpano a raíz de muchas infecciones.
La hipoacusia también puede ser consecuencia de daños a las terminaciones nerviosas que movilizan el sonido a través de la oreja causados por exposición del bebé a ciertos químicos o medicamentos tóxicos y trastornos genéticos.
También por infecciones que la madre le transmite a su bebé en el útero (como toxoplasmosis, sarampión o herpes) e infecciones que pueden dañar el cerebro después del nacimiento, como meningitis o sarampión.
La Secretaría de Salud informó de la inversión de 10 millones de pesos provenientes del Seguro Popular para la adquisición de equipo nuevo con el que se realizarán estudios diagnósticos de hipoacusia en el área de Audiología, Foniatría y Patología del Lenguaje del INR.
Mercedes Juan, Secretaria de Salud, destacó que la adaptación de auxiliares auditivos y el implante cloquear, que hace unos años se consideraban una utopía, hoy permiten que los menores que padecen algún tipo de sordera se puedan integrar a la sociedad.
