El eclipse solar del pasado lunes generó un aluvión de búsquedas en Google sobre el daño ocular. La frase «my eyes hurt», (me duelen los ojos) experimentó un pico de búsquedas en Estados Unidos hacia las 02:00 PM, hora en que el eclipse avanzaba por el centro del país y comenzaba en la costa Este. Para entonces, quienes primero pudieron observarlo ya estaban preocupados. En Twitter las quejas no cesaban. Y la mayoría venían de quienes habían observado el fenómeno con gafas especiales homologadas para el eclipse. Aún así, muchos de quienes miraron notaban picor, brillantez o visión borrosa. Además, las numerosísimas advertencias y la pánico colectivo dispararon las búsquedas de la pregunta «¿Estoy ciego?» (Am I blind?) a las 02:00 PM.

Estos suelen ser los efectos a corto plazo que se sienten en las primeras 24 horas tras el eclipse: «es la keratitis solar, algo parecido a una quemadura solar de la córnea (la parte frontal del ojo), explicó a NBC la jefa de la unidad de visión de United Healthcare, Linda Chous. “Se pueden experimentar también daños a la mácula, que pueden manifestarse mucho después. Después de minutos de ver el sol sin protección, la mayoría de las personas tendrá al menos un grado de daño permanente en la retina. El daño puede manifestarse como escotomas centrales (puntos ciegos), disminución de la visión, presentación de rayos de luz en la visión o deficiencias en la percepción de colores”, le dijo por su parte a Univision, Amy Gisbert, miembro de la Asociación Estadounidense de Optometría, egresada de la Universidad de Houston.

“La retinopatía solar es un riesgo que no solo existe durante un eclipse, en realidad es algo que le puede pasar a cualquiera que se atreva a mirar de manera prolongada el sol. Lo que sucede es que como durante un eclipse el poder del sol parece disminuirse se hace más cómodo observarlo y esto hace que durante estos episodios aumente el registro clínico de casos de retinopatía”, le dijo a Univision el profesor de oftalmología del Bascom Palmer de la Universidad de Miami, y director del departamento de Retina de Palm Beach, Jorge Fortun.

En cualquier caso es un fenómeno bastante raro. Aunque Chou aseguró que no hay datos definitivos en el número de personas afectadas por ceguera tras un eclipse sí puso dos ejemplos: tras el eclipse total en Gran Bretaña de 1999 los oftalmólogos reportaron 70 atendidos por daño ocular y la mayoría habían visto el eclipse sin protección. En Canadá, tras el eclipse de 1979 se reportaron 20 casos. De todos los reportados la mitad recuperó la visión en el curso de un año.

Pero, tras todas las advertencias, ¿por qué mirar el eclipse sin filtros? Pues porque a veces una miradita es difícil de evitar, como ya demostró Trump cuando salió al balcón Truman de la Casa Blanca al paso del eclipse y miró al cielo sin protección ante el estupor de los asistentes. También en Twitter los usuarios confesaron sus ganas irreprimibles de mirar al cielo, porque basta que algo sea prohibido para que sea mucho más atractivo.

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