Integrantes de la Fundación Jorge Alann crean y comercializan llaveros, portarretratos, plumas y repelente de mosquitos, con el fin de recaudar fondos para que niños en el espectro autista continúen sus terapias.
Infantes, padres de familia, especialistas y el personal del organismo civil contribuyen en la elaboración y venta de estos artículos, comentó Yunuen Hernández Robles, responsable del Área Terapéutica de la fundación.
Los objetos están disponibles en las instalaciones de la fundación (calle Roble, en la Supermanzana 43), pero además son llevados a exposiciones y ferias, para acercarlos más a la ciudadanía.
Uno de los realizadores es Alfonso, de nueve años, quien apoya a su madre en el adorno de plumas, plumones y lápices con piedras y listones, actividad que también sirve como terapia y distracción.
El pequeño requiere de más sesiones; sin embargo esto implica un gasto que su familia no puede costear, pues al precio de la terapia, se deben añadir los 207 pesos de transporte desde Playa del Carmen, que es donde habitan.
“Sin duda, un mayor número de terapias se transformaría para Alfonso en un mejor desarrollo de habilidades y avance”, dijo la madre.
