El doctor Josep Quer Sivila es el responsable de hepatitis C en el laboratorio de Enfermedades Hepáticas del Instituto de Investigación del Hospital Vall d’Hebrón. Además, es profesor asociado de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, e investigador del CIBERehd del Instituto de Salud Carlos III, de Madrid. El doctor Quer, que cuenta con más de medio centenar de publicaciones en revistas internacionales, ha sido invitado por la Fundación de Estudios Médicos de Molina (FEM) para impartir hoy una conferencia en el colegio del Paseo Rosales, a las 19.30 horas, en la que hablará sobre los nuevos tratamientos para la hepatitis C.
-¿En qué consiste el tratamiento desarrollado para combatir el virus de la hepatitis C?
-Se trata de una combinación de nuevos inhibidores que se denominan de acción directa. Estos inhibidores van dirigidos contra las tres dianas principales del virus. Hay varias combinaciones, y este año y el próximo irán apareciendo otras combinaciones
-Se habla de un tratamiento personalizado, ¿será, por tanto, más efectivo?
-Hay que tener en cuenta que el virus de la hepatitis C es de gran variabilidad y por ello se pueden identificar hasta siete genotipos diferentes. Y dentro de cada genotipo se pueden encontrar diferentes subtipos, hasta un total de 66. Con los nuevos inhibidores se puede identificar el subtipo de virus de hepatitis C (VHC) que infecta a un paciente, determinar si hay más de un subtipo -infección mixta-, y estudiar la presencia de mutaciones de resistencia. Todo ello hará posible conseguir la combinación de inhibidores más adecuados para cada paciente.
-¿Así se puede evitar el fallo terapéutico asociado a la aparición de resistencias?
-Sería la segunda parte. Con esta gran capacidad de generar variantes que tiene el virus, si el paciente no se trata de forma óptima, puede desarrollar mutaciones de resistencia que escapen a ese tratamiento. Al paciente se le puede recortar el arsenal de inhibidores para el tratamiento
-¿Cuándo se podrá aplicar este nuevo tratamiento?
-Los dos primeros inhibidores ya se estuvieron dando, en 2011 y 2012, en combinación con interferón y ribavirina, pero debido a los efectos secundarios se han sustituido por los nuevos. Se ha creado un comité de expertos en Madrid y se han diseñado varios protocolos para cada paciente. En nuestro país tenemos grandes hepatólogos y lo mejor es seguir las recomendaciones del clínico. Nuestro objetivo es que todos los pacientes tengan acceso a esta prueba en el Sistema Público de Salud
-¿Será esta prueba asequible económicamente?
-En este momento nadie sabe lo que va a costar realmente, es algo que a mí se me escapa. Estamos hablando de que lo cubra la Seguridad Social, está todo en manos del Plan Estratégico de tratamiento de hepatitis C
-¿Están justificadas las reivindicaciones de los pacientes de hepatitis C, que llevaban mucho tiempo esperando un tratamiento?
-Los altos porcentajes de curación reportados por los ensayos clínicos -de hasta un 90%-, han generado mucho interés y esperanza, lógicamente. La aprobación de nuevos medicamentos y los elevados costes han generado inquietud en el colectivo y la demanda de aplicación. De todas formas, creo que el porcentaje bajará y, por otro lado, hay que tener en cuenta la lesión hepática de cada paciente. Hay algunos enfermos que pueden esperar a próximos tratamientos, que serán incluso, más efectivos que los que se aplican ahora.
-¿Cree que será posible la existencia de una vacuna contra el VHC?
-Lo he dicho varias veces: en ciencia nunca podemos decir que algo es imposible, pero la enorme capacidad que tiene el VHC de generar variación hace muy difícil que pueda aparecer una vacuna efectiva. No obstante, tenemos la gran suerte de que la infección crónica por este virus se cura si el tratamiento es efectivo. Esto es muy importante, ya que plantea una posibilidad, que nunca se había presentado en virología, y es que este virus podría erradicarse -la curación al cien por cien es imposible- en la mayoría de países solo por tratamiento, sin necesidad de vacuna. Todos los actores implicados en la hepatitis C tienen como interés primordial curar la infección.
