La genialidad del algunas formas de Autismo que llama la atención de empresas alemanas en la hora de contratar

Berlín, Alemania – A pocos metros de uno de los puntos neurálgicos de Berlín, cerca de la parada de metro de Zoologischer Bahnhof, en el último piso de un edificio en la Hardenbergstrasse, se encuentra una habitación completamente blanca, con un sofá acogedor, unas lámparas direccionadas para no molestar a la vista, una silla de madera con almohadas claras y una ventana que perfora el techo y mira hacia el cielo. En este lugar reina el silencio. La habitación sirve a los empleados de la empresa informática Auticon para descansar de las sobrecargas de estímulos. Y es que Auticon no es una empresa cualquiera.

Fundada en 2011 por Dirk Müller Remus, la compañía -que realiza pruebas de funcionalidad para programas gestionales y páginas web- emplea, en su mayoría, personas que manifiestan una particular forma de autismo, conocida como «síndrome de Asperger».

Su historia llamó la atención pública en Alemania luego de que otra compañía, el coloso germánico de la informática SAP, anunciara el pasado abril que para 2020 cubrirá hasta el uno por ciento de sus empleos con personas que manifiestan este síndrome. Si llega a cumplir con el anuncio, serán unos 650 los autistas que trabajarán para SAP en todo el mundo.

El Asperger está conectado con cierta genialidad. «Este síndrome se diferencia del autismo tradicional en que en los primeros años de desarrollo del niño no presenta algún tipo de retraso en el desarrollo lingüístico ni en el de las capacidades cognitivas. Mientras que sí se manifiesta en retrasos en las capacidades psicomotrices y de interacción», según una descripción de la Sociedad Nacional de Autismo en Alemania. Los expertos del sector de las tecnologías de la información (IT) consideran que las personas con este tipo de autismo tienen algunas habilidades únicas para enfocarse en su tarea y seguir concentradas durante largos períodos de tiempo. También son geniales a la hora de detectar discrepancias en datos.

En el caso de Müller Remus, la idea de fundar una empresa «social» tiene que ver con su historia familiar. «A uno de mis cuatro hijos les fue diagnosticado, a la edad de 14 años, en 2007, el síndrome de Asperger. Desde tiempo antes, mi pareja y yo nos habíamos dado cuenta de que tenía problemas considerables a la hora de organizar su vida de todos los días», explica el fundador de Auticon en una entrevista con LA NACION. Al mismo tiempo, su hijo tenía dos grandes pasiones: las bicicletas BMX y la música. «Se concentraba tanto en estos dos intereses que lo demás dejaba de tener importancia -añade-. Tenía problemas en la escuela y junto con mi mujer no lográbamos imaginarnos cómo lo habría hecho más adelante en la vida laboral. Estaba muy lejos de la realidad.»

Por otro lado, tenía talentos muy fuertes, «en su caso, no en el campo de las tecnologías de información, sino en el arte y la música». A partir de su experiencia personal, Müller Remus tuvo en 2008 la idea de crear puestos de trabajos adecuados a personas con este síndrome, «donde sus capacidades pudiesen ser aprovechadas y sus puntos débiles compensados». Desde la idea inicial hasta la fundación pasaron tres años de investigaciones y consultorías con expertos. En noviembre de 2011 nació Auticon.

Actualmente la empresa cuenta con 22 trabajadores, repartidos en tres ciudades: 16 de ellos son autistas. Estos desempeñan únicamente las funciones de comprobar la calidad de los programas. Además, el equipo está formado por dos «entrenadores de trabajo» (quienes se dedican a asistir a los empleados autistas) y otros empleados en servicios de secretaría, marketing y comunicación, y directivos que no padecen autismo.

«El trabajo de los empleados con autismo depende a menudo del proyecto. A veces tienen que comprobar el correcto funcionamiento del código fuente de algunos programas. La peculiaridad de muchos autistas es que reconocen enseguida la estructura: cuando echan un vistazo al código fuente de un programa, logran individualizar muy rápidamente la idea que yace detrás de él y entender de qué se trata. Al mismo tiempo logran reconocer muy rápidamente los errores que están en este código», explica a LA NACION Tilman Höffken, responsable de marketing y comunicación de la empresa.

Según la experiencia de los representantes de Auticon, los mayores problemas radican tanto en la comunicación e interacción como en la aceptación por parte de algunos clientes «que todavía asocian el autismo con la película Rain Man, con Dustin Hoffman». Aun así, entre sus clientes ya se cuentan nombres destacados como las empresas de telecomunicación Vodafone y Deutsche Telekom y el banco Bayern LB. A fines de este año prevén alcanzar la balanza de pagos y actualmente buscan empleados en Munich y Düsseldorf.

La vida de la empresa prevé ocasiones de intercambio. «Cada dos semanas tenemos acá una reunión con nuestro equipo entero de Berlín. Los empleados autistas también toman parte. Hay generalmente una atmósfera muy tranquila, hay algunos que nunca hablan en la reunión y otros que sí se atreven», explica Höffken. La situación es algo más complicada en el ámbito de las reuniones con clientes o también cuando los empleados tienen que desempeñar tareas de consultores fuera de la sede de Auticon. «En estos casos nuestra empresa prepara a los clientes, les informa acerca de las peculiaridades de los trabajadores y, por lo tanto, de que podrían no hablar en las reuniones o hasta no saludar cuando entran por la mañana. Advierten que no hay que tomárselo en forma personal. Ocurre también aquí cada día», señala Höffken con una sonrisa.

Por lo demás, sin embargo, los responsables de la empresa cuentan experiencias positivas. Para todos los trabajadores éste es a menudo su primer empleo con un contrato a largo plazo y una situación laboral normal. De los 16 trabajadores que padecen autismo en Auticon, 15 estaban desempleados antes de ser contratados aquí. «Nos damos cuenta también por el lado de nuestros empleados de que su autoconfianza ha sido fortalecida», afirma Höffken.

ALGUNOS CUIDADOS

Sin embargo, también son necesarias algunas precauciones: la mayoría de los empleados especiales de Auticon trabajan con horarios reducidos y la empresa impone que no se trabaje fuera de los horarios de oficina o por la noche, «lo que a veces es bastante común en esta rama». Asimismo, los ambientes están amoblados y organizados de manera que los estímulos visuales y sonoros sean reducidos al mínimo. Los «entrenadores» asisten a los empleados y preparan a los clientes para trabajar con ellos. La habitación blanca donde la empresa recibió a LA NACION sirve a los empleados para ir a relajarse en caso de sobrecargas de estímulos. A menudo, estacionan acá después de pasar por la estación de Zoologischer Bahnhof, un lugar que les molesta por la cantidad de personas que circulan y el alto nivel de ruido.

Por su parte, el Estado alemán apoya este tipo de empresas. En este país, cada firma a partir de los veinte trabajadores está obligada a emplear entre el uno y el dos por ciento de personas con documentos de invalidez. Las empresas que no lo hacen, y son muchas, tienen que pagar multas cada año. Este dinero termina en las cajas de las Oficinas de Integración, que reparten los fondos a empresas igualmente llamadas «de integración».

«Nosotros somos una empresa de integración porque empleamos más del 50 por ciento de personas con invalidez», señala el responsable de marketing. El dinero que llega no es mucho, pero es prácticamente suficiente para pagar los dos entrenadores.

«Todas las personas con Asperger tienen una capacidad extraordinaria común y es la de detectar errores», añade Müller Remus. Por lo tanto, a los padres que tienen hijos que padecen este síndrome les aconseja «una atenta observación de sus particulares intereses», que se manifiestan en su plenitud entre los 14 y 16 años.

«Cualquiera que sea su ámbito de interés, mi consejo es observar atentamente qué profesiones pueden tener algo que ver con las pasiones de sus hijos. En este ámbito, lo ideal sería encontrar empleos que tienen que ver con las verificaciones de calidad del producto.»

La pasión para las BMX de su hijo se tradujo de momento con éxito en una formación profesional en el sector de los metales usados para construir los cuadros de estas bicicletas.

Fuente: Lanacion.com.ar

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