La madre de este niño de cuatro años con parálisis cerebral encontró a Luca en una perrera. El cachorro al igual que su hijo había nacido con una malformación que le impedía andar normalmente.
«Cuando nos miramos a los ojos, me enamoré de él y supe que era el compañero ideal de Jason», contó la mujer a los medios estadounidenses.
Juegan juntos, se comunican de manera especial y es «una alegría verlos compartir, ver el amor que se tienen». Jason no puede hablar, pero su sonrisa y sus expresiones lo dicen todo.
«Jason solo chilla de emoción» y es lo que hace cuando regresa de la escuela y se encuentra con Luca, una escena emotiva que conmueve a la familia.
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