Juguetes para niños con capacidades especiales

Cuando nos referimos a niños discapacitados, nos referimos a cualquier pequeño que no tenga alguna de sus funciones vitales o físicas en plenitud.

Algunas veces, los niños que tienen algún tipo de problema físico o psíquico pueden utilizar con normalidad los juguetes comercializados, pero otras tantas la accesibilidad para este tipo de niños es muy reducida o sencillamente imposible ya que la discapacidad infantil no se contempla en los juegos y actividades lúdicas.

 

Si el juguete no puede ser usado de manera normal por los niños tal y como lo adquirimos en el comercio, lo que si podemos es variar las reglas del juego o crear algunas modificaciones para poder aprovechar de mayor manera el juego en cuestión.

Este tipo de cambios pueden resultar muy simples o por el contrario requerir la ayuda de algún especialista a la hora de llevarlos a cabo.

Jugar con niños sin discapacidad

Son diversos los tipos de discapacidad infantil que existen: motora, intelectual o sensorial, entre otras, y con numerosos niveles de gravedad. Esto genera grandes problemas a la hora de realizar valoraciones o proporcionar juguetes para niños discapacitados.

Para que los niños que sufran algún tipo de discapacidad puedan relacionarse en similares condiciones con el resto de niños, es necesario que los juguetes puedan ser accesibles para todos. De esta forma se pueden unificar por una parte la integración de los pequeños con discapacidad mientras que juegan con los que no la tienen, y además al jugar con juguetes que no sean especiales se reducirá la diferencia que de manera inevitable se realiza con los demás niños.

También es primordial hacer una selección de juguetes de gran versatilidad que puedan ofrecer varias formas de interacción. Así será más sencillo adaptar el juego a las circunstancias de cada niño.

Consultar con los expertos

Los materiales de juego que utilicen niños y niñas mayores deben estar adecuados a su edad aunque éstos se encuentren en una etapa de desarrollo anterior. Por ejemplo, si proporcionamos un centro de actividades de manipulación a un niño de 10 años con discapacidad motora, habremos de adaptar su tamaño y sus propuestas de juego a dicho niño; seguramente, no nos servirá un centro de actividades de los que habitualmente usan los bebés.

Existen unas normas básicas de seguridad a la hora de fabricar los juguetes, por eso hemos de estar seguros de que las posibles adaptaciones que hagamos en ellos no van a suponer ningún peligro para los pequeños. De ahí la importancia de realizar alguna consulta con expertos.

Si el niño realiza algún tipo de rehabilitación, estos expertos podrán orientarnos sobre qué tipo de juego puede ayudar al caso en concreto.

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