Indígenas mayas los más incluyentes con las personas sordas

Indigenas Myas hablando en lengua de señas.

El estudio de lenguajes de señas para sordos, y miembros delas comunidades, echa por la borda que existe un sistema de comunicación para este sector de la población

Estudios antropológicos detectaron que existen comunidades indígenas que han desarrollado su propio lenguaje de señas para sordos, y por sordos y sus familiares oyentes, y que lejos de discriminar a este sector de la población, los integra a la sociedad.

Olivier Le Guen, antropólogo lingüista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) consigna que es en la década de los 80 del siglo pasado, que se empiezan a detectar entre algunas comunidades indígenas estos lenguajes de signos emergentes, “resaltando que a diferencia de las grandes urbes, los mayas son los más incluyentes”.

Explica que esto se debe a “la propia ideología de los mayas, quienes reconocen que todos fuimos creados diferentes por Dios, unos altos o menos altos, delgados o con sobrepeso, por lo que para ellos en la diversidad es como justamente se da la integración social, totalmente opuesto a la filosofía occidental que marca que al nacer todos somos iguales. Los mayas ponen un estándar de “normalidad” que muchas veces es imposible alcanzar”.

En la actualidad, Le Guen explica que se tienen documentadas solamente 3 lenguas de sordos en comunidades indígenas: Zinacantán, Chiapas; en el grupo étnico Chatino, en Oaxaca y en Chicán y Nohkop, dos pueblos de Yucatán, los cuales fueron creados sin que ningún actor externo los haya ayudado”.

Se sabe de la existencia de una comunidad Purépecha, en Michoacán, pero esta todavía no ha sido estudiada, lo que refleja el amplio campo antropológico que existe para investigar este fenómeno lingüístico.
Uno de los hallazgos más importantes de esta investigación, es que “la identificación de este lenguaje de señas echa por la borda de que existe un sistema universal de comunicación entre este sector de la población”, refiere.

La lengua de señas emergentes: un campo apenas estudiado

Refiere que en Yucatán, la persona más grande que usa esos lenguajes de signos tiene apenas 82 años de edad. En Zinacantán apenas se empezó a estudiar su lenguaje de signos hace casi 7 años, sin que por ellos existan tanto niños como adultos oyentes que aprenden dichos lenguajes de señas para convivir con el sordo de manera incluyente.

Otro interés de estudiar las lenguas de señas emergentes, es que nos permiten entender cómo nace un lenguaje, independientemente que sea oral o manual.

Refiere que con los ejemplos que nos dan los mayas, quienes tienen un sistema gestual muy amplio, se puede determinar cómo pudieron ir evolucionando esos gestos a señas lingüísticas. “Al tener un sistema gestual muy extendido, resulta fácil comunicarse con sordos para los oyentes, ya que los gestos proporcionan mayores herramientas de comunicación, lo que al final deriva en la creación de los sistemas de señas emergentes”.

 

 

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