El significado de Llorar por nuestros hijos especiales


A veces cuando pienso en la cantidad de lágrimas que he derramado a raíz de conocer la discapacidad de mi hijo, pienso que ha sido un gran desperdicio de energía y recursos no renovables, pero cuando lo pienso un poco más, me doy cuenta que el llorar ha sido uno de los grandes aliados y una de las mejores válvulas de escape para mantener mis demonios a raya. Quiero decir que a pesar de haber llorado tanto, siento un gran alivio al haberlo hecho porque sé que esas lágrimas han podido lavar un montón de sensaciones y sentimientos que de otro modo estaría todavía cargando en mi espalda, las lágrimas han ayudado a darme cuenta de que no es tan importante el motivo por el cual lloro.

Con el tiempo también me he dado cuenta que las lágrimas me vienen a los ojos cuando me acuerdo de mis dolores, no de los de mi hijo; que la mayoría de las veces lloro porque temo, lloro porque tengo rabia, lloro porque estoy cansada, lloro por saber cosas que mi hijo aun no sabe y no estoy segura que llegue a saber nunca; así que me hace sentir mejor el hecho de que mi dolor no sea el de mi hijo. Después de tanto llorar sé que no lo hago por los dolores de mi hijo, que mi hijo es un niño feliz a pesar de ser sordo, que mi hijo ni siquiera se ha planteado nunca las desventajas de serlo, porque no sabe el significado de ser oyente.

El llegar a ese convencimiento fue una revelación para mi, porque sinceramente al principio creía que lloraba por él y que de alguna manera el dolor que yo sentía lo estaba sintiendo él. ¡Gracias a Dios que no es así!

Ahora disfruto mucho mas del llanto, ahora sé que cuando lloro lo hago por y para mi, lo hago porque tengo necesidad de hacerlo y se convierte en una experiencia tan personal como lo sería el darme un masaje o el pasar una tarde de lluvia oyendo música con un café caliente en mi regazo. No es que disfrute llorando, sino que siento que mi llanto forma parte de mi camino en la vida, siento que estoy viviendo intensamente y siento que luego de pasadas las aguas me voy a sentir mejor: más liviana, más humana y probablemente habré aprendido algo que no sabía antes de comenzar a llorar. Por eso ahora, cada vez que me atenazan las lágrimas en la garganta, las dejo salir cuanto antes para tener la experiencia, para tener el alivio y para no olvidar nunca que ante todo soy un ser humano especial que ha sido bendecido con la oportunidad de tener una vida muy intensa llena de lágrimas, risas, miedos, emociones, esperanzas …. y en fin, todas esas cosas que conforman la esencia de ESTAR VIVO!!

Autora: Gloria Pérez Folgueira
Sobre Gloria, en sus propias palabras: Venezolana, Ingeniero de Sistemas. Mamá de Andrés David, con discapacidad auditiva.

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