Día Internacional de la Sordera: ‘Colima necesita abrir sus puertas a la inclusión’

Inclusión

Lucía Ortega es la presidenta de la asociación civil, “Nuestras manos, nuestra voz”, además, padece sordera hipoacusia, por lo que percibe un 15 por ciento de lo que una persona escucha en circunstancias normales.

En entrevista para Ángel Guardián, Lucía consideró que en Colima hace falta que las personas que no padecen algún tipo de debilidad auditiva muestren apertura y empatía por las personas que cuentan con algún tipo de condición, pues afirma que en la entidad “falta un modelo, historia, cultura y un gobierno que de verdad abra las puertas a la inclusión”.

“Aquí en Colima algunos se confunden porque es difícil comunicarse con el sordo. No entienden, les hace falta la lengua de señas, la comunicación. Falta comunicación entre padres y maestros, se debe hacer oficial la lengua de señas mexicana (…) faltan intérpretes, actividades que se den en conjunto para comunicarse, por ejemplo, hay unmodelo bilingue para enseñar al sordo, pero falta quien atienda. Hay discriminacióntodavía, falta que haya equidad, que los padres respeten la lengua de señas, no deben golpear o quitarla, las dos son importantes, la oral y la de señas”, explicó.

Yaretzy y Nicole, la debilidad auditiva en el sistema educativo

Olivier Santana es directora operativa de “Nuestras manos, nuestra voz”, pero también es madre de Yaretzy, una niña de 9 años que padece sordera hipoacusia y quien afirma que su hija no tiene ninguna dificultad para relacionarse con los niños, pero que en ocasiones son los mismos padres de los niños quienes se niegan a que sus hijosaprendan lenguaje de señas para favorecer la interacción entre los menores.

“Con otros niños no se le dificulta hacer amistad, pero a la hora de comunicarse si encuentra una dificultad (…) algunos papás no aceptan que sus hijos aprendan lalengua de señas. Te encuentras hasta con maestros que no tienen ni ganas ni interés de aprender lengua de señas para apoyar a estos niños”, afirmó.

Además, resaltó la importancia de que se comience a difundir la lengua de señas en instituciones de gobierno y escuelas para que ellos empiecen a relacionarse, tener educación en su lenguaje y en un futuro puedan tener un empleo que les permita ser más independientes.

Por otro lado, Karina Alcaráz, mamá Nicole, una niña de 8 años que padece sordera hipoacusia, explicó que para ellas el entorno escolar también se torna complicado, pues al pasar de año y cambiar de maestro deben comenzar “desde cero” e instruir al docente acerca de qué es lo que puede hacer para apoyar a Maggy.“La comprensión de lecturas es para mi ahorita lo más complicado de enseñarle, la comunicación con los adultos más que nada, porque con los niños todo bien, los adultos son los que se ponen más trabas”, afirmó.

En este sentido, el maestro en Psicología Óscar Alejandro Tello Miranda consideró que uno de los problemas más grandes del sistema educativo es que no se tienen las metodologías adecuadas y las escuelas a veces no tienen a los profesionistas preparados, situación que impide que las personas sordas no puedan desarrollar su potencial.

“En el sistema educativo hay necesidad de una mejor preparación por parte de los docentes, necesidad de que haya intérpretes en las escuelas, que haya más investigación relacionada con formas de enseñar a leer y escribir y enseñar contenidos de manera generalizada a personas con esta característica y quizá también programas para inclusión laboral”, concluyó.

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‘Inclusión, un mundo posible’

María de Jesús Andrade es la presidenta de “Inclusión, un mundo posible”, un patronato encargado de brindar apoyo a personas con distintos tipos de sordera, donde todas las tardes niños y adultos asisten a alguno de los tres niveles de lengua de señas que imparte esta asociación.

“El grupo de intermedios cuenta con alrededor de seis niños, quienes a través de preguntas lógicas aprenden a comunicarse en lenguaje de señas y lengua oral y escritapara comunicarse (…) Por acá tenemos al grupo de adultos, quienes por alguna dificultad económica o social no pudieron aprender a comunicarse siendo niños”, explicó.

Además, cada viernes brindan pláticas a jóvenes y adultos con temas de interés para ellos, como técnicas para mejorar su español oral y escrito o educación sexual; aunado a esto cuentan con un par de auxiliares educativos que apoyan a niños que padecensordera profunda o hipoacusia, un trastorno sensorial que consiste en la incapacidad para escuchar sonidos, y que por lo tanto, dificulta el desarrollo del habla, el lenguaje y la comunicación.

Andrade indicó que desde noviembre de 2015 el patronato que preside trabaja en conjunto con otro patronato, “Nosotros también contamos” y la la asociación civil “Nuestras manos, nuestra voz” para lograr apoyos, no sólo para la debilidad auditiva, sino para todas las discapacidades, y enfatizó la importancia de abrir espacios para que las personas que padecen estas condiciones puedan desarrollarse intelectualmente de la manera más normal posible.

“En el instituto José Martí tenemos tres mujeres que estudian la licenciatura enEducación Preescolar. Apenas este año se comenzaron a tocar puertas en las instituciones privadas, ya que en las públicas desgraciadamente no hubo eco. Esperamos que ahora que vieron que las privadas aperturaron, nos abran las puertas”, detalló.

Asimismo, aseguró que actualmente 19 jóvenes, de los cuales 13 padecen algún tipo de sordera, se encuentran estudiando en el Instituto de Educación Técnica Profesional (Inetep) la carrera técnica en Auxiliar Educativo, todos ellos son egresados del bachillerato no escolarizado para estudiantes con discapacidad en el Cbtis 19, ubicado en Colima capital.

“El bachillerato no escolarizado es una modalidad flexible enmarcada en un modelo académico de preparatoria abierta, en la que el alumno discapacitado puede estudiar las asignaturas de acuerdo con su ritmo de avances y posibilidades”, afirmó.

 

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