Depresión por desempleo; cómo evitarla y encontrar tu siguiente empleo

Depresión

No han sido pocos quienes han perdido su empleo entre 2020 y lo que va de este año. Lógicamente, lo primero que preocupa en esos momentos, es que desaparece la entrada de dinero que necesitamos para el día a día y los problemas económicos que van a afectarnos más que antes.

Después vamos a sentir algo más, tan malo como la falta de ingresos: el fuerte impacto psicológico. “Cuando se habla de depresión por desempleo no es algo que nos inventamos los psicólogos, es real y tiene consecuencias devastadoras para gran parte de la población”, dice la Dra. Wendy Rodríguez. Reciba nuestro
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“Eso es algo que se sufre no solo desde la perspectiva del paciente, sino de toda su familia aún si el impacto mayor no es económico”. Una recesión económica puede tener impacto en la salud mental, afirma la experta. Más sobre este tema

Depresión por desempleo

El mundo laboral no está pasando por su mejor momento, la tasa de desempleo en México subió al 4,4 % en el primer trimestre de 2021, comparada con el 3,4 de ese mismo periodo el año pasado. De esos desempleados, el 4,8 % son hombres con las consecuencias sobre el poder adquisitivo que eso conlleva, además del sentimiento de indefensión e inseguridad.

El primer efecto cae sobre la autoestima del desempleado. “Cada vez que mandas una solicitud o tienes una entrevista y nunca te responden, el desánimo hace que sientas que eres un fracasado, que estás fuera del radar de lo que está en demanda y, en resumen, que eres el culpable de estar en ese bache. Eso es depresión por desempleo”, dice la Dra. Rodríguez. 

El perder la estabilidad económica puede estresar a todos.

Los síntomas más visibles comienzan por la baja de la autoestima. Empiezas a creer que eres bueno para nada, que tus capacidades han disminuido y se afecta tu autoconfianza. A eso se agrega que el entorno suele ser muy competitivo y de agresividad; y resientes que no hay nada de “solidaridad” en el resto de las personas en tu entorno y, mucho menos, entre quienes hasta el día que te “liquidaron” eran excelentes colegas en tu antiguo trabajo.  

Otro síntoma es sentirse indefenso. Es la idea de que no importa cuánto te esfuerces no vas a salir de esa situación. Esta fase llega a medida que no encuentras empleo. A ese ritmo, vas frustrándote cada vez más y presentas lo que conocen como indefensión aprendida. Básicamente, esto es la inhibición ante situaciones difíciles, si ves que lo que haces para evitarlas no funciona.
 

La estrategia de supervivencia

Recuerda que tus capacidades siguen ahí. El trauma y el estrés por la pérdida del trabajo es real y casi devastador, pero lo primero que hay que entender es que es algo coyuntural y que las habilidades intelectuales y físicas que te permitieron tener el empleo que perdiste, siguen ahí. 

La experiencia que acumulaste va a ser valorada por alguien. Aún cuando se trate de una situación particular que ha obligado a que te sustituyan porque la tecnología o nuevas estrategias corporativas te hacen aparentemente irrelevante, tu experiencia sigue siendo valiosa para otro empleador potencial que, además, probablemente es competidor del que te desechó. 

Evalúa

Evalúa con sentido práctico y realismo qué puede hacerte más competitivo. En vez de “paniquearte”, investiga en qué sitios pueden necesitar tu aporte. Aprende algo nuevo que te prepare mejor para la pelea y destaca lo que es más valioso en tu perfil y sigue buscando empleo. Si la necesidad obliga, puede ser en algo “para comer y pagar facturas”, mientras sigue buscando lo que te interesa y recompensa.

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