Cuando los cálculos en la vesícula se convierten en un problema

Los cólicos biliares pueden manifestarse como un dolor muy súbito e intenso en la zona derecha superior del estómago. En algunos casos, el dolor aparece en forma reiterativa, en olas, y se expande hasta el hombro derecho o irradia hacia la espalda. En otros, provoca náuseas y eructos.

11 de febrero de 2022 – 01:59

Los cólicos son de una duración muy variada. Pueden perdurar diez minutos o llegar a atormentar a alguien horas enteras. Lo cierto es que, cualquiera sea su manifestación, hay que tomar los síntomas en serio.

“La persona que ha detectado que sufre de cólicos biliares debería acudir cuanto antes al médico, o incluso a la guardia de un hospital”, advierte el gastroenterólogo y docente alemán Heiner Wedemeyer.

Cómo se forman los cálculos biliares

La vesícula ayuda en la digestión de alimentos de alto contenido graso, y la bilis se compone fundamentalmente de agua como elemento principal, así como de colesterina, ácidos biliares, grasas especiales y proteínas, explica el gastroenterólogo Christoph Schramm, de Essen, Alemania.

En circunstancias normales, esos elementos se encuentran disueltos en agua y en equilibrio. Pero cuando ese equilibrio se pierde, en la vesícula se forman cristales, es decir, cálculos biliares que pueden obstruir la salida de la bilis. Cuando la vesícula no puede “desagotar”, la presión va en aumento y eso es lo que en algún momento comienza a provocar dolor.

Si el conducto biliar está obstruido a causa de uno o más cálculos, la vesícula puede inflamarse. “Eso sería un cuadro agudo”, dice Wedemeyer, porque si el líquido biliar llega a filtrarse por grietas de la vesícula hacia la zona del estómago puede causar una peritonitis que podría derivar en la muerte del afectado.

¿Cómo saber si los dolores se deben a la existencia de cálculos en la vesícula? A través de un análisis de sangre y de una ecografía será posible confirmar o descartar esta hipótesis, explica Wedemeyer.

Dietas radicales y otros factores de riesgo

El especialista Christoph Schramm señala que existen varios factores de riesgo vinculados a la aparición de este tipo de cálculos. La edad avanzada, el sobrepeso y la falta de movimiento son algunos de ellos. “Al parecer las mujeres se ven más afectadas que los hombres”, advierte, además de que puede existir una predisposición genética.

“También puede ocurrir que se formen cálculos en la vesícula cuando una persona sigue dietas muy radicales”, agrega Wedemeyer, que recomienda no proponerse bajar diez kilos o más en un lapso de solo dos a tres semanas.

De todos modos, los cálculos biliares no siempre causan problemas en el organismo. Mientras no generen molestias, no es necesario aplicar ningún tipo de tratamiento.

Extracción por laparoscopía

En aquellos casos en que una persona sufra de cólicos biliares, es decir, de retortijones intensos, lo primero que se hace es suministrar analgésicos. En un segundo paso será necesario extirpar quirúrgicamente los cálculos que obstruyen el conducto biliar. “Esto suele realizarse con la ayuda de un endoscopio, mediante una laparoscopía”, dice Wedemyer.

El especialista recomienda retirar los cálculos con este método y luego, pocos días después, la vesícula entera, en caso de que hayan quedado algunos cálculos sin extraer. Porque estos cálculos podrían obstruir la vesícula nuevamente y provocar molestias o incluso una inflamación. Para descartar este enorme riesgo, suele realizarse una extirpación laparoscópica vesicular, detalla el médico.

“Solo en muy pocos casos se utilizan fármacos para eliminar los cálculos biliares”, afirma Schramm. Por ejemplo, existen comprimidos con el principio activo ácido ursodesoxicólico (ursodiol o UDCA) que pueden disolver los cálculos biliares.

¿Cómo evitar este cuadro?

En líneas generales, para evitar este tipo de cálculos y cólicos es importante tener una alimentación balanceada, hacer ejercicio regularmente, apuntar a tener un peso normal y saludable y, como se señalaba antes, evitar las dietas radicales.

Tomar café también reduce el riesgo de que se formen cálculos biliares, dice Wedemeyer, haciendo referencia a numerosos estudios publicados al respecto. En ese sentido, la regla incluso es: cuanto más, mejor. “Lo ideal es beber entre tres a cinco tazas de café de filtro por día”, dice el experto.

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