¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan las personas mayores?

Personas mayores

Europa es uno de los continentes donde la población está envejeciendo más rápido. El promedio de edad va creciendo cada año, provocando esto una gran cantidad de personas mayores. Un colectivo cada vez más numeroso y que está expuesto a muchos riesgos.

Conforme se van haciendo mayores, las personas comienzan a perder algunas de sus facultades. A nivel físico, se ve manifestada una pérdida de autonomía que les impide desarrollar todas las cosas sin necesidad de ayuda.

A nivel mental, las enfermedades neurodegenerativas son casi siempre una consecuencia directa del envejecimiento. Teniendo esto en cuenta, los problemas de movilidad y el alzhéimer son dos de los que requieren de mayor intervención.

En España existen cada vez más personas de edad avanzada
España es el tercer país con mayor promedio de edad en Europa, junto con Italia y Francia. En el caso de España, es producto de que nuestro país tenga la esperanza de vida más alta en Europa. Por eso, cada vez hay más personas de edad avanzada en la sociedad.

Aunque a veces no se le tome la importancia, muchos son los problemas a los que se enfrenta este colectivo de personas que por su edad están expuestos más que otros a sufrir riesgos o enfermedades, algo que supone un reto para familiares y cuidadores. Retos que casi siempre tienen que ver por no saber cómo reaccionar ante los principales riesgos que pueden sufrir.

Dentro de estos riesgos, existen dos que cada día van en aumento: los riesgos asociados a la pérdida de movilidad y locomoción; y los riesgos asociados a enfermedades mentales, siendo el alzhéimer o demencia senil la más frecuente.

La movilidad: el problema invisible
La pérdida de facultades físicas que impiden una correcta y segura movilidad por parte de las personas mayores es uno de los problemas más comunes que afecta a este colectivo. Conforme la persona va envejeciendo, lógicamente, va perdiendo facultades físicas que, otrora, eran una de sus principales bazas. Una situación que les coloca en desventaja y hasta en vulnerabilidad.

La pérdida de movilidad no es considerada un problema. La pérdida de autonomía para la movilidad es un problema invisible para la mayoría de las personas de edad avanzada, porque pocas veces es considerado como tal. Sino, más bien, como una consecuencia natural y lógica del proceso de envejecimiento. Lo cual también sería atinado.

Tras esta consecuencia natural se esconden la mayoría de los riesgos asociadas con accidentes domésticos y desencadenantes de afecciones graves de salud en las personas de edad avanzada. Las caídas, la dependencia para hacer hasta las tareas más sencillas, con la carga mental que esto produce en las personas mayores, son algunas de esas consecuencias invisibles de la pérdida de autonomía en la movilidad.

Pequeñas acciones para combatir la pérdida de movilidad. La situación de vulnerabilidad física y de movilidad en la que se encuentran las personas mayores es preocupante, sobre todo ante ocasiones en las que, aparte de valerse por sus propios medios, no tienen otra alternativa.

El ejercicio físico es fundamental. El ejercicio físico, diario, de intensidad media a baja, es una obligación para las personas que acompañan o cuidan de las personas mayores. Incentivarlos a hacer ejercicio, caminatas, movimientos que involucren a los brazos y que, más que nada, demanden de ellos la participación mental, es un estímulo para que el cuerpo siga desarrollando motivos para valerse por sí mismo.

De esta manera, además, se evita una de las causas principales de esta situación de dependencia: la falta de movilidad. Conforme se hacen más mayores, las personas pasan mucho tiempo sentados en un sillón o acostados en sus camas, con muy poco ejercicio físico. Evitar esto, o retardarlo cuanto sea posible, es una de las principales tareas por parte de familiares y cuidadores.

Buscar herramientas de apoyo correctas. Siempre que se note un descenso en las facultades físicas se debe apostar por elementos como andadores para ancianos. Serán el apoyo ideal para que sigan retardando la necesidad de depender de otras personas, y puedan seguir valiéndose por sí mismos, motivando a su cuerpo a seguir activo y tomando decisiones.

Alzhéimer: una enfermedad incurable que aumenta cada día
Se suele hablar del alzhéimer como una enfermedad lejana, que ataca a una o dos personas en nuestro país, y sobre todo, que se muestra muy lejana a nuestras realidades. Sin embargo, nada está más lejos de la realidad.

Los datos de alzhéimer en España son elevados. El alzhéimer es una enfermedad de acción progresiva, incurable además, que afecta actualmente alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo. España es uno de los países de Europa donde las personas tienen mayores riesgos de padecerla. En principio, porque es el país con mayor esperanza de vida en todo el continente.

Es la enfermedad mental por antonomasia, y se caracteriza por ir desmejorando progresivamente a la persona, hasta el punto que puede olvidar su nombre, quién es y cómo ha llegado hasta esa edad, hasta ese instante de su vida. Tal condición perturba y condiciona mucho el accionar de sus familiares, sin duda.

Los pronósticos del alzhéimer. Se estima que para dentro de 50 años, las cifras se hayan duplicado o triplicado en todo el mundo, teniendo un pronóstico de 130 millones de personas padeciendo alzhéimer para el año 2050.

Sin orígenes claros, más allá del proceso de envejecimiento que va experimentando el organismo, y con ello el cerebro, la demencia senil se ha consolidado como el principal riesgo para las personas de edad avanzada.

¿Qué se puede hacer si tienes un familiar con alzhéimer? Esta enfermedad es, junto con el cáncer, uno de los retos más grandes del mundo de la medicina y la investigación. De hecho, algunos avances actuales pudieran dar luz para encontrar tratamientos definitivos que permitan paralizar sus efectos, en un principio, y contrarrestarlos totalmente tras posteriores desarrollos e investigaciones.

Ejercicios para el cerebro. No obstante, las recomendaciones de las instituciones oficiales van más por la prevención y la ralentización de los efectos, evocando siempre a los ejercicios mentales como principal terapia. El cerebro es el principal afectado, perdiendo el conocimiento sobre cómo hacer ciertas cosas o de saber ciertos conocimientos que antes eran elementales.

Evitar que esto ocurra, o retardar la aparición de estas consecuencias, son las recomendaciones que actualmente las organizaciones de salud ofrecen ante una de las enfermedades más temibles que aquejan las personas de edad avanzada.

Los juegos de mesa, crucigramas, incluso la lectura o tocar un instrumento musical permiten que las personas mayores puedan estimular su cerebro de forma regular, evitando que el alzhéimer se manifieste de formas más notorias.

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