Otra de las innegables ventajas que obtienes de aceptar tus errores con humildad e inteligencia, es que puedes convertir a cada uno de ellos en una oportunidad. Oportunidad para aprender, como ya dijimos; oportunidad para superarte;  oportunidad para aplicar a los problemas soluciones creativas.

Los errores son parte importante de cualquier entrenamiento. Nos enseñan el camino que no debemos tomar, y nos indican dónde y de qué manera trabajar más para lograr nuestra propia superación personal.

Cuando cometas un error, la estrategia para sacarle el máximo partido es:

• Acéptalo
• Analízalo. ¿En qué te equivocaste? ¿Por qué? ¿Qué fue exactamente lo que salió mal? ¿En donde estuvo tu falla?
• Supéralo. ¿Qué necesitas hacer para que ese error no se repita? ¿Qué debes cambiar en ti mismo o en tus circunstancias? ¿Cuál de tus habilidades, virtudes o capacidades es la herramienta adecuada para evitarlo en el futuro?

Para la gente negativa, un error puede convertirse en un motivo de inseguridad, que a veces coloca en su camino barreras infranqueables; en vez de aprender de él y de intentar superarlo, tiran  la toalla y dicen: “no puedo”.

En cambio, la gente orientada hacia el éxito encuentra, en sus errores, un acicate para hacerlo mejor la próxima vez.

En este sentido, un error puede ser igual o más valioso que un acierto: cada equivocación, bien manejada es prácticamente un seguro contra futuras oportunidades.