Cómo prepararte para perder el trabajo: pueden despedirte en cualquier momento

Los jóvenes escuchamos con extrañeza las historias de los jubilados o prejubilados que llevan trabajando en la misma empresa desde que tienen pelo en el pecho, ascndiendo en ella, con la seguridad de que tenían un trabajo para toda la vida. Son historias que alcanzan hoy tintes de leyenda.

Hoy solo hay algo que te garantiza un trabajo de por vida: aprobar una oposición. Y al resto de los mortales más nos vale tener una idea clara: nos pueden echar en cualquier momento. En un principio cuesta adaptarse, pero cuando has vivido varios cierres de periódicos y has presenciado todo tipo de despidos arbitrarios, te acabas acostumbrando. Y aprendes.

Tengas el trabajo que tengas, es mejor pensar que en cualquier momento puedes perderlo, lo que te permite estar preparado para afrontar esta situación sin que se convierta en un drama excesivo. Y para afrontar el despido de la mejor forma posible hay una serie de claves, a acometer antes y después de abandones una empresa dada.

Antes del despido

Guarda personalmente toda la información que puedas. / Pixabay

1. Ten un mínimo de ahorros

Por mucho que tengas derecho a paro, no es lo mismo verse en la calle con ahorros que sin ellos. Todos los expertos indican que es posible ahorrar con independencia de la cantidad que se gane, pero no nos engañemos: es más difícil ahorrar ganando 800 euros que ganando 2000. Sea como fuere, lo ideal es tener unos ahorros que te permitan vivir sin trabajar al menos entre tres y seis meses, un tiempo en el cuál puedes replantearte tu situación.

2. Mantén un archivo privado de contactos y trabajos

Este punto es esencial. Cuando una empresa cierra o te despiden a nadie le importa que guardes en tu ordenador del trabajo información valiosa: no te van a permitir recuperarla. Por eso es muy importante guardar una muestra de tu trabajo, así como los correos electrónicos y teléfonos de tus contactos laborales en un archivo personal, al que no tenga acceso la empresa. Si confías en el correo electrónico laboral como archivo podrás perderlo en cualquier momento.

3. Busca siempre trabajo

A casi nadie se le ocurre buscar trabajo cuando está contento en el actual, pero estar siempre abierto a nuevas ofertas es la mejor forma de avanzar en el terreno profesional. Si estás siempre atento a nuevas oportunidades serás tú el que decida cuando quieres cambiar de trabajo, y no las empresas.

4. Cuida tu red de contactos

No nos engañemos, por muy bueno que sea tu currículum laboral y académico, la mejor forma de encontrar un trabajo es a través de contactos. Y estos hay que trabajarlos. No tiene sentido que te abras un perfil de LInkedin solo porque estás en el paro. Lo ideal es estar en permanente contacto con otros colegas del sector, que te ayudarán a sacar las castañas del fuego si vienen mal dadas.

Después del despido

En casa es fácil permanecer inactivo. / Pexels

En casa es fácil permanecer inactivo. / Pexels

1. Mantén la calma

Ante un despido fortuito, que consideramos injusto, nuestra primera reacción puede ser arremeter contra nuestro jefe, incluso en público. Esta es la forma menos inteligente de actuar. Por mucho que los directivos de la empresa merezcan todo tu desprecio, no ganas nada por enfrentarte a ellos y, sin embargo, si puedes ganar si te marchas de buen tino y con la cabeza alta. Nunca se sabe cuándo vas a necesitar ciertos contactos, por muy mal que te caigan.

2. Pide ayuda

Quizás tu jefe te ha despedido porque no te aguanta o piensa que tu trabajo no merece el sueldo que te paga, pero es mucho más frecuente que los despidos tengan que ver con una cuestión económica: sencillamente, no salen las cuentas. Y en este caso, la persona que te despide puede ser tu mejor aliada. Probablemente, se sienta en deuda contigo, y tratará de ayudarte lo máximo posible. ¿Quién sabe si tiene algún contacto que pueda ayudarte a encontrar un nuevo empleo? ¿Quizás no puede tener trabajadores en plantilla, pero puede encargarte algún trabajo si te estableces como freelance? LO importante, en cualquier caso, es dejar las puertas abiertas.

3. No cojas lo primero que salga

Muchas personas, cuando se ven en la calle, se ponen a buscar trabajo desesperadamente y pillan lo primero que ven. Lo cierto es que, con el calentón, es difícil acertar a la hora de firmar un nuevo contrato. Es mejor darse unas semanas para reflexionar, estudiar bien el mercado, y conocer las opciones disponibles.

4. Pero no te duermas en los laureles

Si coger lo primero que salga, peor es rechazarlo todo. Por mucho que te quede paro, si estás muchos meses sin trabajar perderás los hábitos y, lo que es peor, te desconectarás del mundo profesional, que es lo peor que puede pasar. Si te cuesta encontrar un trabajo trata al menos de no desconectarte, acude a encuentros profesionales, congresos, o cualquier evento en el que puedas seguir al tanto de los movimientos del sector. El paro de larga duración es tu gran enemigo, una zona oscura en la que es mejor no entrar jamás.

 

Original. 

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