Los perros guía ayudan a los ciegos de muchas formas: para empezar les dan independencia. Muchas personas ciegas no pueden movilizarse sin la ayuda de un perro de guía bien entrenado.
Estos perros realizan una capacitación muy extensiva. Lleva entre 2 y 5 años para que un perro de guía esté listo para comenzar a ayudar a una persona. El entrenamiento incluye pautas básicas de obediencia y servicio. Además, los perros guía brindan compañía y protección a los no videntes.
El entrenamiento de perros de servicio dura 2 años. Los perros aprenden cómo moverse hacia adelante y girar a la derecha e izquierda cuando se los indican. Algunas órdenes más avanzadas incluyen aprender a detenerse antes de cruzar la calle, dirigir a una persona con los ojos tapados alrededor de objetos sobresalientes y otros obstáculos e ir a buscar objetos caídos. Además, durante el entrenamiento el perro aprende a cuidar solo de su dueño. Luego de completar exitosamente el entrenamiento, el perro es entregado a la persona no vidente.
No todos los estados requieren que el perro esté certificado. Pero un perro certificado ha completado un curso aprobado por el estado y está altamente capacitado para ayudar a los no videntes a acceder a aeropuertos, restaurantes, hoteles y lugares públicos. La certificación elimina las compilaciones con los oficiales. Esto le permite al no vidente ser independiente y poder ir a los lugares que desee sin requerir de la ayuda de otra persona.
Cualquier perro bien entrenado puede ser un perro guía, aunque los labradores retriever y lospastores alemanes son los más comunes. Esto se debe a que tienen un instinto muy fuerte de ayudar a sus dueños. Lo más importante para un perro guía es ser lo suficientemente grande como para poder usar el arnés y correa. El no vidente debe poder llegar al arnés cómodamente.
Los no videntes también debe recibir una capacitación. Muchos se sorprenden al saber que deben aprender a caminar nuevamente, y por lo general, las personas ciegas arrastran los pies y no se mueven a una velocidad en la que perro no pueda caminar cómodamente. Los no videntes, en ocasiones, no caminan lo suficiente como para mantener a su perro feliz y saludable inicialmente. Deben ir también a escuelas de capacitación y pasar pruebas de competencia.
Los escritores de mediados del siglo 16 ya habían escrito acerca de los perros de guía. Elizabeth Barrett Browining en «Aurora Leigh» comenta acerca de una conversación que dice: «El ciego iba a donde lo llevará su perro/ Y yo le contesté». En Alemania se fundó la primera escuela de perros de guía durante la Primera Guerra Mundial para ayudar a los veteranos que regresaban. En 1929, en Estados Unidos abrieron otra escuela conocida como The Seeing Eye, en Nashville, Tennessee (hoy en día Morristown, Nueva Jersey). El fundador, Morris Frank, recibió una capacitación en Suiza con su ovejero alemán, Buddy.
