Claves del onboarding: ¿Cómo retener al talento desde el primer día de trabajo?

El proceso de reclutamiento y el primer día de trabajo suelen ser momentos que quedan marcados en la vida laboral de las personas. Un proceso de selección y una mala inducción son en buena medida los responsables de una rotación a corto plazo.

De acuerdo con el Top Employers Institute, dos de cada 10 trabajadores se van de la empresa en los primeros tres meses de haber ingresado. Aunque en algunas industrias la rotación es natural, también es un hecho que cuando las personas abandonan la empresa en poco tiempo, hay algo que está fallando. Es en este contexto en el que el onboarding cobra relevancia.

El proceso de integración, también conocido como onboarding, es toda una estrategia de gestión de talento enfocada en los nuevos empleados con el objetivo de ayudarlos a adaptarse y conectarse con la cultura organizacional.

Según el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), uno de los beneficios de estos programas es la disminución de las renuncias a corto plazo, además de evitar malos entendidos con los colaboradores y promover la sana competencia.

Los programas de onboarding cubren desde el reclutamiento y la selección del candidato, hasta la incorporación del nuevo trabajador. Es decir, el trabajo para integrar nuevo talento no termina con la contratación de la persona, probablemente este sólo sea el inicio de todo un proceso de gestión.

“Resulta vital cuidar cada detalle para los candidatos durante la selección, porque un proceso de onboarding exitoso dará como resultado un empleado feliz y el incremento de un 70% productividad, mejor clima laboral, menos absentismo y menor índice de rotación. Estas son las principales ventajas de hacer algo tan sensato como asegurarnos de que todo nuevo empleado se sienta como en casa”, afirma Gustavo Tavares, gerente regional de Top Employers Institute para Latinoamérica.

En otras palabras, una incorporación exitosa de talento no se limita a que el nuevo empleado conozca con exactitud su rol en la organización, el onboarding facilita que los colaboradores se conecten con la empresa, desde su filosofía hasta su misión, que conozcan a sus nuevos compañeros de trabajo, las herramientas con las que trabajará y lo que se espera de él, entre otros aspectos.

De acuerdo con Factorial, durante los primeros seis meses tras llegar a un empleo el 90% de los trabajadores decide si quiere permanecer en la empresa o buscará nuevas oportunidades laborales. “Por lo tanto es necesario que desde el primer momento, en el que la empresa toma contacto con el posible trabajador, le haga sentir cómodo y le dé un trato excelente para que se lleve una buena impresión”, destaca la plataforma.

Los especialistas de Factorial consideran que las renuncias en los primeros seis meses de trabajo están estrechamente ligadas a dos factores: el primero es un error en el proceso de selección de personal; el segundo, un mal onboarding que ocasiona que el trabajador no conozca la cultura de la empresa o no sepa desempeñar bien sus funciones.

En ese sentido, el IPADE señala que las estrategias de integración ayudan a que las personas se sientan bienvenidas en su nuevo entorno de trabajo desde el primer día, facilita el entendimiento claro sobre las actividades y los procesos dentro de la empresa, y genera arraigo con los objetivos y valores de la organización.

¿Qué se debe considerar en el onboarding?

De acuerdo con las prácticas de las empresas líderes en gestión de talento, el Top Employers Institute destaca elementos como la apertura de los equipos hacia los nuevos colaboradores y acciones de inducción, formativas, de desarrollo y de socialización, como factores clave para una integración exitosa.

Según Factorial, los programas de onboarding deben considerar al menos cuatro etapas.

1. Reclutamiento

El onboarding inicia desde explicar en la oferta de trabajo la filosofía, los valores y metas de la empresa. Durante la entrevista, se debe diseñar un trato personalizado que contempla aspectos como detallar las funciones, mostrar las instalaciones, indicar las normas diarias que deben seguirse y si es posible, presentar a los futuros compañeros.

2. Primer día de trabajo

El primer día en un nuevo empleo es una fecha que suele quedar marcada en la vida laboral y es por ello que la bienvenida debe ser especial, en la medida de lo posible hay que procurar acciones como regalar una tarjeta firmada por todos los compañeros, un mensaje personalizado o un pequeño presente. Otra práctica que puede ayudar, es darle la bienvenida a través de redes sociales.

En el primer día de trabajo también es importante el aspecto formativo, éste es el momento idóneo para recordarle a la persona cuáles son sus funciones, las herramientas con las que cuenta para hacer su trabajo y lo que se espera de ella.

3. Primera semana de trabajo

La primera semana en un empleo es crucial para la retroalimentación. Es necesario disponer de un momento para conversar con el nuevo empleado, preguntarle si tiene dudas o inquietudes, si dispone del equipo necesario y de acceso a todos los sistemas. Pero, además, no sólo basta con consultarle esto al trabajador, es importante que la información que comparta se traduzca en acciones.

4. Después del primer mes

Si hasta ahora piensas que ya con el feedback de la primera semana terminó la chamba, entonces el proceso de onboarding está incompleto. Después del primer mes en la empresa, es importante mantener el ejercicio de retroalimentación con frecuencia e incluir al nuevo colaborador en actividades que lo conecten más con la cultura organizacional, además de platicarle sobre el crecimiento que puede tener en la empresa.

“Cuando un nuevo miembro se suma a tu organización, resulta de gran importancia que se sienta bienvenido y preparado para sus nuevas funciones. Cuanto antes se logre esto, mayores serán los beneficios”, resalta el IPADE.

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