El aumento de la productividad regularmente se asocia con extender las jornadas de trabajo en una empresa. Si bien una máquina puede aumentar su producción al incrementar su período de funcionamiento, hay que recordar que los trabajadores no son artefactos de producción continua y, como dice el refrán, “trabajar mucho no es sinónimo de trabajar bien”.
A partir de este planteamiento surge la interrogante: ¿es posible aumentar la productividad sin extender la jornada laboral?
Cada empresa es un mundo distinto, por lo cual un mismo modelo no puede ser aplicado en todas; sin embargo, estos son algunos consejos que facilitarán el balance entre una alta productividad y el respeto a las horas correspondientes de labores.
1. LO QUE NO SE MIDE NO SE PUEDE MEJORAR
El primer consejo de esta sección consiste en saber qué es la productividad y cómo medirla.
Como se ha mencionado anteriormente, cada empresa funciona con una metodología distinta, probablemente para algunas la productividad se rige por la calidad del producto o servicio brindado, mientras que para otras empresas la productividad es asociada con su cantidad de utilidades.
O, en otras palabras, la productividad puede medirse:
a) Por el volumen físico del trabajo realizado.
b) Por el valor generado por los bienes o servicios que se han producido.
Para cualquiera de los casos lo ideal es relacionar los resultados obtenidos con el número de horas trabajadas. El verdadero aprovechamiento del tiempo es conseguido al obtener mejores resultados con la misma base de trabajo, en vez de implementar horas extraordinarias y jornadas laborales infinitas.
Por otro lado, se deben contemplar otros factores no cuantitativos como la actitud de cada empleado. El ambiente de trabajo y las relaciones entre empleados pueden contribuir o perjudicar la productividad de la empresa, ya sea esta medida por calidad del producto o su cantidad.
Además, otra estrategia para evaluar el desempeño es anotar objetivos puntuales y medir al final de un período cuáles fueron alcanzados o en qué medida, si los resultados evolucionan, se estancan o retroceden.
2. RESPETAR LOS DESCANSOS
El reposo, además de ser importante para la productividad, es un aspecto regido por la ley guatemalteca. Vale la pena resaltar que dormir un número adecuado de horas por la noche, descansar en horario laboral y disfrutar de vacaciones no son caprichos, sino derechos y garantías que debe otorgarse al cuerpo trabajador.
Descansos en horario laboral
El Capítulo Tercero del Código de Trabajo de Guatemala establece en el artículo 119 que, siempre que se pacte una jornada ordinaria continua, el trabajador tiene derecho a un descanso mínimo de media hora dentro de esa jornada el que debe computarse como tiempo de trabajo efectivo.
Adicionalmente, el artículo 200 prohíbe a los patronos de empresas industriales o comerciales permitir que sus trabajadores duerman o coman en los propios lugares, donde se ejecuta el trabajo. Para una u otra cosa, ellos deberán habilitar locales especiales.
Por otro lado, en el Capítulo Cuarto, artículo 126 menciona que “todo trabajador tiene derecho a disfrutar de un día de descanso remunerado después de cada semana de trabajo”. Esta semana se computará de cinco a seis días según costumbre en la empresa o centro de trabajo.
Vacaciones
Asimismo, el artículo 130 indica que todo trabajador, sin excepción, tiene derecho a un período de vacaciones remuneradas después de cada año de trabajo continuo al servicio de un mismo patrono, cuya duración mínima es de quince días hábiles.
Según la ley, este período de vacaciones debe gozarse sin interrupciones y sólo están obligados a dividirlas en dos partes como máximo, cuando se trate de labores de índole especial que no permitan una ausencia muy prolongada.
3. PROMOVER LA FORMACIÓN DE LOS TRABAJADORES
Invertir en la constante formación de los trabajadores es una apuesta segura para mejorar la competitividad y productividad de la empresa. Esta iniciativa no solo es fundamental para motivar a los empleados y empleadas, también es una forma de mantenerse a la vanguardia de la sociedad.
Actualmente existen cursos y capacitaciones en distintos formatos, en modalidades presencial y virtual, nacionales e internacionales que apuestan por la mejora de cada profesional.
4. MOTIVAR Y RECOMPENSAR EL ESFUERZO
Sumado a la satisfacción de los empleados, motivarlos ayudará también a aumentar su compromiso con la empresa y desempeño, y, por consiguiente, mejorará también su rendimiento productivo.
Además de la dignificación económica, los incentivos incluyen promover un clima laboral adecuado, el reconocimiento de los logros, la flexibilidad de los horarios o la posibilidad de ascender dentro de la empresa.
5. INVERTIR EN EL BIENESTAR DE LA EMPRESA
Por último, el artículo 197 del Código de Trabajo remarca que los patronos deberán adoptar las precauciones necesarias para proteger eficazmente la vida, la seguridad y la salud de los trabajadores en la prestación de sus servicios.
Estas medidas deben orientarse, entre otros aspectos, a prevenir enfermedades profesionales y eliminar las causas que las provocan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define al estrés laboral como el resultado del desequilibrio entre las exigencias y presiones a las que se enfrenta el individuo por un lado y sus conocimientos y capacidades por otro.
A nivel empresarial, este padecimiento puede llegar a repercutir gravemente. Saber cómo mantenerlo bajo control o eliminarlo es fundamental para prevenir las bajas e incrementar la productividad de los empleados.
Para reducir el estrés, las empresas pueden implementar las siguientes opciones:
- Promover espacios de trabajo saludables, tomando en cuenta que la decoración, el mobiliario, temperatura e iluminación son importantes para la concentración y relajación.
- Patrocinar el deporte, pues un exceso de sedentarismo puede generar problemas de salud, tanto físicos como psicológicos. La implementación de programas de ejercicio físico permitirá mejorar el bienestar de tus trabajadores y, por ende, su rendimiento.
- Medir la satisfacción de estas estrategias directamente con los trabajadores mediante consultas y diálogos abiertos.
