Más de 131 niños con autismo se han recuperado de este trastorno del desarrollo neurológico en los últimos tres años, un dato que apunta a que esta patología es reversible y se puede curar, coincidieron en Miami expertos y padres.
Sin embargo, la polémica sobre la posibilidad de vencer el autismo divide a la comunidad científica y a las asociaciones de padres de personas con autismo. Muchos califican los nuevos protocolos médicos y tratamientos de una mera ilusión terapéutica.
Pero, frente a la afirmación de una parte de la comunidad médica de que no existe ningún tratamiento que cure el autismo, un grupo de investigadores y organizaciones de padres de niños autistas están convencidos de que se avanza en la cura de este complejo trastorno.
Los niños con autismo son “totalmente recuperables. Hemos visto que con uno de los protocolos que recomendamos van 131 niños recuperados, que llevan una vida normal, y más de 6.000 en vías” de lograrlo, aseguró hoy a Efe Mirna Sterling, directora de la Fundación GM Autism, con sede en Miami.
Destacó Sterling que uno de los principales objetivos de su fundación es dar a conocer a las familias afectadas los avances y descubrimientos para el tratamiento y la cura del autismo, “pese a que hay científicos que no creen en lo que hacemos”.
La venezolana, madre de un niño al que le fue detectado esta enfermedad a los 14 meses de nacido, defendió en la conferencia “Autismo hoy: un camino alternativo hacia la recuperación”, celebrada en Miami, que sí hay cura para esta trastorno en el que se conjugan múltiples factores: genéticos, alimentarios, empleo de vacunas y exceso de antibióticos, dijo.
Es el caso del hijo de Sterling, de 7 años. “Mi hijo hasta los 14 meses nunca había probado la leche, y al dársela, junto con un cóctel de vacunas, comenzó el autismo, de un día para otro”, explicó la madre
De repente, el niño, pasó de ser completamente normal a quedarse mudo. “No me miró más, no me atendió más ni me llamó en medio de la noche”, expresó la madre de forma emotiva.
Sin embargo, hace seis meses, el niño “empezó a hablar y pedir cosas”, una recuperación que la madre atribuye a la dieta, el uso de los protocolos médicos y la posterior terapia, que “sola, esta última, no hace nada”, apuntó.
En concreto, puso en valor el protocolo del CD (dióxido de cloro), desarrollado por el científico Andreas Ludwig Kalcker, y la proteína elaborada por el experto en Biología Molecular Marco Ruggiero, una sustancia química que, “inyectada, regenera el sistema inmunológico” de los autistas.
Es precisamente la recuperación del sistema inmunológico una parte esencial para la cura de los niños aquejados de autismo, niños a los que, dijo, “hay que descontaminarles de toxinas y patógenos, restituirles la flora bacteriana estomacal para que le baje la inflamación del cerebro”, que genera el autismo a la postre.
En ese sentido, explicó a Efe el científico Ludwig Kalcker, existen toxinas capaces de cambiar nuestros genes, una tipo de “parisitosis vaccinaria” alojada en el intestino del menor que, por efecto de las vacunas, sufre una “reacción cruzada”.
“La gente no sabe que el sistema gastrointestinal tiene millones de conexiones neuronales, al igual que el cerebro; de hecho, más del 90 por ciento de la serotonina y el 50 por ciento de la dopamina se produce ahí, en el intestino”, aclaró.
Los niños con trastornos del espectro autista nacen totalmente normales, pero “a los 3 años, cuando se les vacuna, caen en el autismo. He tenido niños que hablaban dos idiomas y caen en el mutismo e ignoran su mundo alrededor, y eso es una intoxicación crónica causada por los parásitos”, cuyas larvas viajan a los órganos, alertó.
