Argentina. – La Fundación Miradas realizó una campaña de concientización en nuestro departamento, en la que muestran los números y la tendencia creciente de la patología en el país y el mundo. «La idea es que la gente esté informada para que el diagnóstico no se convierta en un calvario», explican.
El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por un grave déficit del desarrollo, permanente y profundo. Afecta la socialización, la comunicación, la imaginación, la planificación y la reciprocidad emocional, y se evidencia mediante conductas repetitivas o inusuales. Los síntomas son la falta de interacción social (muestran dificultad para relacionarse con otros niños de la misma edad, poco o nulo contacto visual, evitan el contacto físico, no responden al ser llamados por su nombre, no tienen lenguaje y si lo tienen presenta alteraciones), las estereotipias (movimientos repetitivos), poca tolerancia a la frustración, risas o llantos sin motivo aparente, hiperactividad o pasividad, y falta de juego simbólico o creativo.
La mayoría de estos síntomas pueden aparecer al año y medio de edad, comenzando con retrocesos en el desarrollo del niño.
La concurrencia de estos síntomas es lo que tienen que notar los padres para que la detección sea temprana y el trabajo de los docentes logre recuperar algunas de las funciones para integrar a los chicos al entorno familiar, escolar y social.
En este sentido, el viernes en la plaza San Martín se llevó a cabo una de las tantas actividades que se realizan en San Rafael para concientizar a la población sobre la problemática de los niños autistas.
La gente de la campaña «Hablemos de autismo» repartió cartillas informativas y una escarapela azul para identificarse con la causa que lleva adelante Susana Belloso, coordinadora del equipo interdisciplinario de los Servicios de Educación Social. Ella comentó a este diario que la tarea que vienen cumpliendo ha dado frutos: «Algunos niños nacidos con el trastorno, con el compromiso de los padres y los docentes de educación especial, más la estimulación temprana, han logrado concurrir a escuelas como cualquier otro niño». Esto, que a primera vista parece simple, en realidad es un trabajo que requiere de muchos especialistas.
La coordinadora destacó que la detección temprana del trastorno es fundamental: «La idea es que la gente esté informada para que el diagnóstico no se convierta en un calvario, pues muchas familias recorren distintos especialistas para saber qué le pasa al niño. Ese tiempo que se pierde no se recupera y hace que todo el tratamiento de estimulación se vea demorado», afirmó.
Esta campaña tiene el apoyo y la colaboración de la Fundación Miradas, entidad pionera en el abordaje de este complejo déficit a nivel provincial.
