¿Qué puedo hacer si siempre estoy de mal humor?

Cuando la irritación, el enfado y las explosiones de “mala leche” forman parte de nuestra rutina, tenemos que pensar que hay un problema que va más allá de nuestro carácter. Estar de mal humor de manera continuada, o tener un cabreo monumental cada dos por tres, puede ser síntoma de que algo no está funcionando bien en nuestra vida.

No estás destinado a vivir tu vida con amargura, rabia o pesimismo. ¡El mal humor tiene solución!

Hoy vamos a ver algunas de las causas más frecuentes que nos llevan a estar irritados y malhumorados y, por supuesto, algunos consejos útiles para cambiar el chip y volver a disfrutar de lo que nos rodea.

Motivos que nos hacen estar de mal humor

Al margen de alguna situación puntual en el trabajo, al hacer algún trámite administrativo o en cualquier otro contexto familiar o sentimental, cuando reaccionamos de forma desproporcionada y experimentamos malestar e irritación constantes, significa que tenemos un problema de gestión emocional.

Las causas de esa desregulación pueden ser múltiples, dependiendo de cada persona. Y los factores desencadenantes del mal humor, al contrario de lo que podríamos pensar, pueden no estar tanto en lo externo como en lo interno… Es decir, en nuestra capacidad para interpretar y gestionar ese malestar o esa irritabilidad.

Seguramente te habrás preguntado por qué hay personas que, ante la misma situación (o en circunstancias muy parecidas), reaccionan de forma tan diferente. Si el mal humor o el cabreo dependieran solo de factores externos, entonces todos los seres humanos reaccionaríamos de la misma manera.

Eso no quiere decir que no existan problemas, circunstancias o incluso enfermedades que desencadenen el mal humor de forma continuada.

Estos son algunos de los detonantes más frecuentes del mal humor o la irritación constante. Mantenerlos a raya reducirán el malestar y te pondrán de buen humor:

Falta de sueño

Si tienes problemas para dormir, es muy probable que estés de mal humor gran parte de tu día. Si por ejemplo te despiertas con frecuencia en mitad de la noche, los tejidos celulares de tu cerebro no se recuperarán como es debido. Ese cansancio cronificado te llevará a cruzar el umbral de la irritación y el malestar mucho antes que si hubieras dormido como es debido.

Como ocurre con otros factores que veremos a continuación, aquí el mal humor es una emoción que nos avisa de que nuestro cuerpo no está funcionando como es debido. Debes escucharla y atenderla. Y buscar soluciones para que tu cuerpo y tu mente puedan descansar como es debido.

Estrés acumulado

Este es otro clásico que debes tomarte muy en serio, y que puede ser el principal desencadenante de diversos problemas y enfermedades.

En el apartado anterior hablábamos de la falta de sueño: pues como podrás deducir, el estrés es una de las principales causas de insomnio y de tener problemas para dormir. El círculo vicioso que genera el estrés tiene consecuencias muy negativas en diferentes ámbitos de nuestra salud, al desestabilizar nuestro sistema neuroendocrino.

Y, por supuesto, el mal humor, el pesimismo y la negatividad son síntomas muy habituales cuando vivimos vidas protagonizadas por el estrés y la ansiedad.

Falta de sol y déficit de vitamina D

La falta de vitamina D en nuestro organismo también afecta mucho a nuestro estado de ánimo. Pasar demasiadas horas encerrados en la oficina o en nuestra casa no solo es perjudicial por el sedentarismo que implica (el cual, por cierto, tampoco nos ayuda nada a estar de buen humor…), sino también por la falta de exposición a la luz solar.

No hace falta que tomes el sol como si no hubiera un mañana (y mucho menos sin protección solar). Con airearte y dar paseos de unos 10 o 15 minutos disfrutando de la luz solar es más que suficiente.

Deshidratación

Beber agua a lo largo de nuestro día es vital para que estemos regulados a nivel físico y psicológico. Le prestamos muy poca atención a esto, pero no estar bien hidratados puede llevarnos a tener fuertes dolores de cabeza, cansancio y a estar de muy mal humor.

No esperes a tener sed para beber agua. Idealmente deberías tomar entre 1,5 y 2 litros al día. Acostúmbrate a tomarla de forma habitual mientras trabajas o estudias. Un truco es que puedes tomar también infusiones sin teína: ¡las hay de diversos tipos y están buenísimas!

Dolor o malestar físico constante

Los dolores crónicos están muy asociados con el mal humor y la irritabilidad. Especialmente en este tipo de casos, la ayuda de profesionales es fundamental.

La psicoterapia combinada con el tratamiento médico adecuado puede ayudarte enormemente a gestionar tus emociones para evitar montañas rusas emocionales que perjudiquen aún más tu malestar y tu salud.

Hambre

Mantener una buena alimentación es fundamental. Muchas veces descuidamos totalmente nuestra alimentación al priorizar otros aspectos de nuestra vida. Y eso implica descuidarnos a nosotros mismos a un nivel muy preocupante.

Pasar largos periodos en ayunas y no consumir los alimentos que necesitamos para que nuestra máquina física y mental funcione como es debido, puede activar el mal genio a la primera de cambio.

Como ves, nuevamente el mal humor es una señal de alerta de que no estamos dedicando el tiempo necesario a cuidarnos como es debido para estar bien.

Malas digestiones, intolerancias, etc.

Si tienes problemas digestivos como hinchazón, gases, estreñimiento o diarreas de forma habitual, además de irritabilidad, fuertes cambios de humor y mucho cansancio, es posible que tengas algún tipo de intolerancia. La más frecuente en este sentido es la intolerancia al gluten.

Acude a tu centro de salud o a tu médico de referencia y plantea esta preocupación. Existen pruebas para descubrir si este problema es la principal causa de tu mal humor y malestar físico.

Pesimismo vital constante

Pensamientos negativos en bucle, pensar que nada de lo que hacemos está bien, que somos los “culpables” de todo el malestar que sufrimos o bien que somos terriblemente desafortunados porque todo lo peor nos ocurre a nosotros y no nos deja avanzar… ¿Te suena?

La terapia psicológica, como ocurre con la terapia cognitivo-conductual, nos ayuda a familiarizarnos con las claves del autocuidado y la autorregulación emocional, tan importantes para vivir nuestras vidas con plenitud.

Y además, nos enseñará algo tan valioso como que un cambio de enfoque, integrado como nuevo prisma con el que mirar nuestra vida, es esencial para expresar con asertividad nuestras necesidades, poner límites y aprender a integrar los cambios que mejorarán nuestra calidad de vida.

La psicoterapia: clave para manejar el mal humor

No te resignes a vivir tu vida con un humor de perros. El malestar y la irritabilidad constantes nos avisan de que algo no está bien. Puedes cambiar muchas más cosas en tu vida de las que imaginas. ¿Quieres despedirte del mal humor pero no sabes ni por dónde empezar? Ponte en contacto con nosotras y déjanos acompañarte.

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