Masking autista: ¿en qué consiste?

En el mundo aún hay poca aceptación de la diversidad e imperan ciertos mandatos vinculados con la belleza y la salud. Así, muchas personas se ven forzadas a emplear estrategias como mecanismo de defensa para disimular algún aspecto y «parecerse más» a otros. En las personas con TEA (trastorno del espectro autista), el masking autista puede ser una forma de supervivencia, aunque no sin consecuencias en la salud y el bienestar. Conozcamos un poco más.

Sobre los Trastornos del Espectro Autista (TEA)

Conviene recordar que se habla de TEA con el objetivo de englobar bajo una etiqueta general a una serie de trastornos de tipo neurológico. Estos presentan algunas características en común, pero también difieren entre sí. Aquellas que son compartidas se refieren a dificultades en la interacción y la comunicación y a la presencia de intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Según de qué tipo de trastorno se trate, podrán aparecer otras características diferenciales.

También, se habla de autismo de alto y de bajo funcionamiento, que implica una menor o mayor interferencia de las dificultades propias del caso. Es oportuno destacar que el masking autista se presenta con mayor frecuencia en el primero de los casos.

  • Alto funcionamiento: el niño suele tener menos dificultades para comportarse socialmente.
  • Bajo funcionamiento: el pequeño, quizás, no logra comprender algunas señales sociales o gestos faciales.

Qué es el masking autista

Los niños que practican el masking autista se exponen a un desgaste y a una presión que les supone un esfuerzo adicional, lo cual puede tener diferentes consecuencias en su salud.

Cuerpos, emociones, estilo de vida, intereses. Sobre casi la totalidad de las diferentes esferas de la vida, la sociedad ha establecido algo como «la norma», que se plantea como lo deseable. Sin embargo, es preciso reconocer que no todos tenemos el mismo punto de partida ni las mismas posibilidades. Entonces, poder adaptarse se convierte en una exigencia y en un desafío.

Para las personas que tienen algún Trastorno del Espectro Autista (TEA)el masking autista – o enmascaramiento- implica disimular u ocultar algún aspecto de sí con el afán de agradar, de pasar desapercibido o de no llamar la atención. Es así como ensayan determinados comportamientos, por ejemplo, para intentar mantener el contacto visual en conversaciones con otras personas o de controlar el impacto de ciertos estímulos.

Por otro lado, el masking autista también suele ser más frecuente en mujeres que en varones. Ellas pueden encontrar más fácil el hecho de simular el comportamiento «neurotípico». Por ejemplo, los intereses restringidos se focalizan en aspectos o temas que son socialmente aceptables, como el maquillaje o la preocupación por la estética.

Consecuencias en la salud del masking autista

Ahora bien, ¿a qué costo? Así como hay personas que se someten a estrictas dietas para tener un cuerpo hegemónico y sufren, lo mismo sucede con las personas con autismo. En este sentido, algunas de las consecuencias del masking autista son las siguientes:

  • Síntomas de ansiedad y depresión.
  • Sensación de no encajar y de vivir una doble vida.
  • Incomodidad ante entornos desconocidos.
  • Búsqueda de aprobación.
  • Inseguridad y disconformidad consigo mismos.
  • Impacto en la autoestima con tendencia a la baja.
  • Tensión continua por mantener cierto comportamiento.
  • Cambios en el estado de ánimo y en el comportamiento: irritabilidad, frustración y agresividad.
  • Dolores físicos y corporales, como dolores de cabeza o estomacales.
  • Pérdida de interés de asistir a lugares que antes les interesaban o disfrutaban.

Por último, vale la pena recordar que la práctica del masking autista impacta en el diagnóstico temprano. Si bien los TEA suelen ser diagnosticados en la infancia, su ocultamiento puede implicar una demora en ponerle un nombre. Sin dudas, esto impacta en la intervención oportuna y en la calidad de vida de las personas.



Muchos especialistas creen que la diferencia en la proporción de varones versus mujeres diagnosticados con TEA se debe también al masking.

Recomendaciones sobre el masking autista

Algunas de las recomendaciones para tener en cuenta en personas con autismo son las siguientes:

  • Mostrar aceptación y destacar sus logros. Algunas acciones a nuestros ojos resultan sencillas. Sin embargo, para una persona que tiene algún trastorno del espectro autista, conseguir realizarla quizás requirió de mucho tiempo y esfuerzo. Es necesario que, sin mostrarnos condescendientes, valoremos su dedicación y empeño.
  • Transmitir mensajes positivos respecto de la diversidad. Enseñemos a mostrarnos tal cual somos, sin pretender ser una copia exacta de otros.
  • Ayudar a pensar en aquellos aspectos en los que se consideran más fuertes. Por ejemplo, al compartir nuestra propia experiencia, podemos mostrarles que todas las personas tenemos virtudes y defectos y que no hay nada de malo en ello. Dentro del espectro autista, hay quienes necesitan distinto tipo de ayuda.
  • Visibilizar la diversidad. Por ejemplo, a través de películas, de búsquedas de referentes o de libros sobre el tema.

¿Y si fueras tú quien tiene que fingir?

El mundo necesita más empatía y respeto. Detengámonos un momento y hagamos una prueba: intentemos usar unos zapatos de talla menor o subirnos a unos tacones de aguja. Luego, avancemos algunos pasos. ¿Cómo nos sentimos? Algo incómodo, ¿cierto?

Esta es la sensación permanente de «no encajar a pesar de intentarlo» que experimentan las personas que llevan adelante el masking autista. En lugar de poder disfrutar y de estar plenamente presentes en una situación determinada, todo su ser está comprometido en camuflarse. Si a nosotros nos han molestado 5 pasos en un calzado inadecuado, imaginemos lo que es llevar un disfraz de manera permanente.

Abramos paso a la aceptación y a la compasión. El mundo puede ser un lugar más amigable para todos.

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