Personas sordas deben desarrollarse en un ambiente bilingüe

Sordera

Dejamos atrás la ciudad para conocer a la maestra Carina Lagunes Paredes. Poco a poco la vegetación y el paisaje cambian. Los pinos y montañas van quedando atrás y comenzamos a ver sobre la carretera altos framboyanes que tiñen de rosa el paisaje. El calor es húmedo y sudamos. La tierra se ha convertido en una fina arenilla café. Estamos cerca del mar. Llegamos a Cempoala.

La maestra Carina da clases en el CAM 67 Roque Spinoso Fogglia desde hace dos años y lleva uno a cargo del grupo de jóvenes sordos, a quienes les enseña la Lengua de Señas Mexicana.

LA LENGUA DE SEÑAS, UNA LENGUA MATERNA

Una de las prioridades de la docente es que haya un reconocimiento de la Lengua de Señas Mexicana “como su primera lengua, su lengua materna, con la que no se van a frustrar porque van a poder comunicarse de manera funcional”.

Agregó que incluso esta lengua “se considera patrimonio lingüístico, equiparable a una lengua étnica; como cualquier idioma tiene su propia lógica, es muy rica, tiene clasificadores y es una lengua visual”.

Explicó que la persona sorda debe tener el derecho a aprender su lengua y como una segunda opción el español, tal como para nosotros es opcional el aprender inglés. “Hay una idea muy errónea en la cultura oyente de que ‘le escribo al sordo y me entiende’, pero no es una realidad, porque hay sordos que no saben leer ni escribir; no quiere decir que no sepan comunicarse, porque ellos tienen su propia lengua y tienen sus procesos cognitivos, sólo es que no aprendieron el español escrito y no se les puede obligar, así como a nosotros no se nos obliga a prender el inglés, es una elección, así también para ello debería ser una elección. El problema en nuestra cultura es que todo está en español”.

Con su grupo la docente ha brindado a los jóvenes la posibilidad de hacer suya la lengua para que puedan expresar lo que sienten, lo que piensan, y así darles la oportunidad de socializar, pues explicó que muchos de ellos crecen aislados al no poder comunicarse con otras personas.

“Los niños tienen ideas como ‘soy el único sordo’, ‘no voy a llegar a edad adulta’, sobre todo los de comunidades piensan ‘me voy a morir porque no hay adultos sordos´, ‘pensé que yo no podía casarme, que no podía tener una familia’, y son parte de las ideas erróneas que hay. Entonces ellos requieren un modelo en el que digan yo puedo estudiar, yo puedo manejar, yo puedo hacer muchas cosas; también el respeto a su propia lengua, y quitar esas ideas de la oralización, de que a fuerzas tienen que hablar, de que tienen que convertirse en nosotros, y no, ellos tienen que desarrollar el mismo potencial que cualquiera de nosotros, pero con sus capacidades”.

ENTORNO BILINGÜE

Egresada de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, Carina Lagunes indicó que la persona sorda debe “desarrollarse en un ambiente bilingüe, en el que sus compañeros de otros salones, otros maestros, directores, sepan la lengua de señas; pero el contexto bilingüe implica muchas cosas más; se trata también de que la sociedad fuera bilingüe, que instituciones, restaurantes, dependencias se capacitaran para poder atender a esta población. En el ámbito médico hay casos en que no los pueden atender porque tienen que esperar a que llegue un intérprete, y si éste no contesta o no está disponible se genera un problema serio”.

En cuanto a la educación dijo que la persona sorda se ve limitada para seguir estudiando hasta niveles profesionales, por lo que es necesario “apostarle a un programa educativo integral para que un niño sordo pueda estudiar desde la primaria hasta una carrera universitaria; pero si el niño sordo no tiene acceso a este aprendizaje de su propia lengua, entonces llega a joven o adulto y no tiene los basamentos que lo ayuden a lograr lo que quiere. Entonces, en el deber ser es que hubiera un programa de enseñanza en Lengua de Señas para todos los contextos, para que en donde se encuentren ellos puedan ir a secundarias, preparatorias bilingües, donde se habla la Lengua de Señas Mexicana y el español, y vayan a universidades con intérpretes capaces de poder transmitirles toda la información, para que ellos puedan estudiar medicina si quieren… es necesario que haya esto en las universidades, porque obviamente el maestro no puede hablar en dos lenguas”.

ESFUERZO DE DIES

Conocimos el salón de clases de la maestra, sus alumnos nos miran con curiosidad y una de ellas, Sara, sale a nuestro encuentro y nos da un fuerte abrazo que nos hace sentir queridos y en confianza para compartir sus historias.

Son cuatro estudiantes; Sara, Guadalupe Rivera, Guadalupe Quino e Iván; los acompañan dos madres y una abuelita, quienes una vez a la semana toman clases también para saber la lengua y poder transmitirla al resto de la familia y así poder comunicarse.

Llevan un año trabajando con la maestra Carina, y para ellos ha significado un cambio en sus vidas, pues tanto los jóvenes pueden comenzar a salir de su aislamiento como además sentirse más plenos. En las familias nos cuentan que la relación igual es mejor con los demás, pues ya no tienen siempre que depender de la madre que es la “adivina” de lo que quiere, sino que ahora, aprendiendo la lengua, todos pueden socializar.

La maestra Cari además forma parte de la asociación Difusión, Inclusión y Educación del Sordo AC (DIES), donde funge como directora académica y traductora. En DIES el trabajo es llevar la capacitación a empresas de todo tipo, escuelas; organizar foros, pláticas y, por supuesto, apoyar a las personas sordas a conocer la lengua de señas, incluso se le capacita para conseguir trabajo, emprender su propio negocio o seguir estudiando.

En particular ahora se encuentra desarrollando el programa “Unidies”, para que los jóvenes sordos que ya están en bachillerato puedan acceder a la universidad, que cuenten con un traductor para que les ayude a recibir el conocimiento que dan los maestros. “Las universidades tendrían que invertir también, lo cual es muy complejo, porque no se quiere invertir mucho en educación y si es educación para la minoría es menos aún el esfuerzo. Y esto es un problema a nivel país”, indicó la docente.

“Nosotros en DIES buscamos difundir la lengua de señas en todas las instituciones, restaurantes, escuelas, profesionales, bajo una visión bilingüe y bicultural, apuntar a que los maestros sean usuarios al menos de la lengua y formar intérpretes; hacemos reuniones en cafés del centro, nos vamos rotando el lugar para que la gente los vea, pero sobre todo los meseros sepan cómo interactuar con ellos y darles un buen servicio. Y lo más importante para nosotros es capacitar al sordo para que se convierta en modelo lingüístico de niños sordos; que el mismo niño aprenda de ellos, porque nosotros somos sus maestros, pero su modelo tiene que ser un sordo, para que ellos vean que pueden hacer lo que desean”.

Invitan a quienes quieran conocer, aprender y participar a que los busquen vía Facebook como Dies, o bien por correo: diesxalapa@gmail.com

Carina Lagunes está comprometida con esta nueva visión de respeto e inclusión, y en la Normal da clases de Lengua de Señas Mexicana, pero “como si les estuviera enseñando inglés, como un idioma; hay tres niveles básicos, tres intermedios y tres avanzados para los que ya quieren ser intérpretes, y les enseño bajo la estructura de una lengua extranjera”.

La maestra irradia pasión y alegría por lo que hace, sus alumnos y madres de familia la miran con cariño, mientras ella nos explica la importancia de dejar atrás mitos que hacen daño a las personas sordas y realmente comenzar a respetarlas e incluirlas. Ha iniciado el receso. Sara se lo hace saber a la maestra. Es hora de comer un almuerzo. La maestra da permiso y salen del aula.

“Sé que es difícil, pero yo realmente creo que podemos como sociedad realizar el cambio paulatinamente, sobre todo cambiar la vida de las personas sordas, y darle ese reconocimiento a su lengua y fomentar su propia cultura”, finalizó tras una enorme sonrisa.

 

Original.

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