Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 43% de los mexicanos padece estrés laboral, ocupando el primer sitio a nivel mundial. Ademas, los trabajadores de nuestro país son los que más número de horas trabajan a la semana, pero con los menores índices de productividad.
Las principales razones del estrés laboral son jornadas inflexibles y prolongadas, largos trayectos de la casa a la oficina, sobrecarga de tareas, condiciones laborales inadecuadas, jefes con liderazgo deficiente, acoso laboral, e incapacidad de manejar conflictos.
De acuerdo con Villavicencio-Ayub, se estima que 35% de los mexicanos son adictos al trabajo, y un 85% de las empresas premian este trastorno al considerarlo erróneamente como compromiso y efectividad laboral.
El uso de las tecnologías de la información provoca que la adicción al trabajo se convierta en un rasgo más común entre los trabajadores mexicanos, ya que muchos de ellos están conectados mediante sus dispositivos móviles al correo electrónico y redes sociales durante el día y una parte de la noche, incluso en fines de semana, vacaciones, lo que incrementa, según Villavicencio-Ayub, la jornada laboral entre 5 y 20 horas a la semana.
Como consecuencia de lo anterior aparecen nuevas ‘adicciones’: al WhatsApp, la tecnoadicción, la infoxicación y el tecnoestrés.
“En nuestros estudios encontramos que el tiempo dedicado a estas aplicaciones, mentir sobre cuánto se usan, presentar alucinaciones o vibración fantasma (creer que se reciben notificaciones cuando no es así) y el síndrome de abstinencia si no se tiene acceso al wifi o se acaba la batería, afectan las horas de sueño, el cuidado personal, la alimentación y relaciones interpersonales. Pero es más grave cuando el individuo se aísla, baja su desempeño laboral y no consigue limitar su uso”, subrayó Villavicencio-Ayub.
Urge un cambio de paradigma