‘Generación borrosa’: niños marcados por la miopía, posibles ciegos de adultos

Están continuamente híper conectados, haciendo un uso muy prolongado de las pantallas. Tienen cada vez menos relaciones interpersonales directas y, sobre todo, pasan menos de dos horas al aire libre al día. Son la ‘Generación Borrosa’, un grupo de población cada vez más numeroso, marcado por la miopía infantil. Son niños, advierten desde la Universidad de Navarra y Multiópticas, «cada vez más miopes y con afectaciones más severas, que comparten características y un estilo de vida similar, que no verán bien su futuro en caso de no poner atención al control de los motivos que provocan este defecto visual».

Así lo corrobora la socióloga y profesora Elisa Brey, quien determina que esta ‘generación borrosa’ está conformada por menores nativos digitales cuyo uso masivo de móviles y tablets les hace ser «instantáneos y acelerados». Esta docente destaca que en cuanto a su relación con el entorno, «es llamativo como cada vez tienen menos relaciones interpersonales directas con sus familiares e, incluso, con otros niños y adolescentes de sus edades».

Y cuando las tienen, explica, «se caracterizan por estar mediadas a través del mundo digital, por internet y las redes sociales, lo que da lugar a una comunicación corta, sencilla y breve. Al final, todos ellos comparten al aire libre menos tiempo del recomendado porque tienden a estar más encerrados».

Todo esto, determina Brey, «tiene unas implicaciones nefastas para la visión de los menores. Pero el problema es global». La miopía es un defecto visual que ha aumentado significativamente a nivel mundial y se espera que para 2050 más del 50 por ciento padezca esta condición.

La OMS lo ha denominado, de hecho, la pandemia silenciosa del siglo XXI y espera que, en los próximos años, un 60 o 70 por ciento de la población infantil sea miope, y un 10 por ciento desarrolle miopía magna, con terribles consecuencias en la edad adulta. De hecho, «cada dioptría cuenta», advierte Alfredo García Layana, director del Servicio de Oftalmología en la Clínica Universidad de Navarra, quien señala que precisamente más de 6 dioptrías «se asocian conenfermedades graves como la maculopatía miópica, que en nuestro país es la principal causa de afiliación a la ONCE. Lo que pasa es que nunca pensamos en que podemos quedarnos ciegos, pero una dioptría con 7 años en la que no se interviene puede convertirse en 6 con el tiempo y ese número ya sí que puede suponer un riesgo alto en la edad adulta«, señala.

Problemas oculares graves

«Porque no tratar o no prevenir la miopía de forma adecuada en la infancia puede llevar a estos niños a sufrir problemas oculares graves», insiste García Layana, quien recuerda que es entre los 8 y los 12 años cuando se genera esta afección ocular, que se suele estabilizar entre los 20 y los 25 años. «Es verdad que la miopía se produce por una condición compleja y multifactorial donde podemos encontrar factores genéticos y patológicos, pero hay muchos otros elementos donde sí podemos intervenir, como son el estilo de vida y los hábitos visuales. Ambos, sin duda, juegan también un papel esencial en el aumento y progresión de la condición«.

Es en esos factores externos, sugiere este doctor, dondelos padres tienen mucho que decir. «La familia puede reducir la sobreexposición de los hijos a las pantallas, además de aumentar en dos horas al día la estancia de los niños al aire libre». «También debe enseñar a los hijos la regla 20-20-6, que consiste en que cada veinte minutos de trabajo haya un descanso de 20 segundos en el que se mire a una distancia superior a los seis metros y, por ende, potenciar las estancias en luz natural. Prevenir la miopía hoy es prevenir la ceguera del mañana«, concluye.


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