Escuela para sordos enseña a desarrollarse en la vida

Sordera

En la ciudad de Tijuana existe una escuela para sordos que les enseña a desarrollarse para la vida, a recuperar la seguridad y sobre todo a sentir que no están solos en una sociedad que demanda de sus miembros la mayor comunicación para entenderse.

Las limitadas oportunidades de desarrollo que tienen los jóvenes que padecen sordera, motivó a Graciela Rascón a fundar una escuela de apoyo para ellos, sobre todo para los de escasos recursos.

Aunque al principio no fue fácil debido a que ella también padece sordera y por lo mismo tropezó con algunas dificultades en el aprendizaje por su situación, además de los recursos que se requerían, logró fundar en 1993 la Asociación Tijuana en Apoyo al Sordo.

Su primer contacto con personas sordas fue en 1991 a través de la única escuela que existía en Tijuana, donde le permitieron incursionar en la enseñanza de la lengua a niños durante alrededor de cinco años; ahí aprendió a desarrollar su habilidad.

Sin embargo, constató que en ese centro de aprendizaje no admitían a jóvenes sordos mayores de 7 años, lo que causó no pocas frustraciones a madres de familia que no sabían de la existencia de la escuela y por lo mismo llevaban a sus hijos de forma tardía.

Ello motivó a Graciela a fundar el centro del cual ahora es directora, la Asociación Tijuana en Apoyo al Sordo (APSOR), “un lugar donde pudieran aprender, pues aquí no importa edad, condición social, religión; es para aprender la lengua”.

En ese centro de estudios, los jóvenes se aplican al conocimiento de la lengua a señas, “ellos aprenden por naturaleza 20 señas por hora, algunos nunca han ido a una escuela, y por lo mismo no saben leer ni escribir ni saben leer los labios”.

Ahora, indicó que el reto es hacerlos aprender la lengua, un poco de español básico que les permita solventar algunas necesidades de comunicación escrita, prepararlos de esa forma para algún trabajo, “aquí los integramos, los hacemos sentir seguros de lo que hacen”.

En la Asociación Tijuana en Apoyo al Sordo han recibido preparación hasta 100 personas, incluso en desarrollo previo al ingreso a preprimaria o kínder y secundaria; clases de especialización en lengua y clases para padres de familia.

“Desde que nacen, están grabando sus sonidos y el lenguaje, eso provoca en ellos pensamiento y expresión, pero, ¿y los sordos? Hay personas que, por falta de conocimiento, creen que sufren retraso mental”, concluyó.

Ahora, Graciela también ha pugnado “porque se respete la lengua de ellos, porque es un idioma muy rico y completo, con su propia gramática y su propia cultura; eso tenemos que entender, que es una lengua”.
Una lengua sobre la cual se debe de crear conciencia, sobre su importancia como herramienta para sacar del mundo del silencio a esos jóvenes que luchan también en silencio por integrarse a una sociedad encumbrada en su propia comunicación.

Original.

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