En el trabajo sucede como en el amor: la llama de la pasión se extingue

¿Has oído hablar de ‘la gran renuncia‘? ¿Y del ‘quiet quitting’ (cumplimiento de tareas y horario a rajatabla sin aceptar extras)? Estos dos fenómenos laborales coetáneos no han surgido por casualidad. Son una respuesta al desgaste, al esfuerzo sin recompensa, al ambiente de trabajo tóxico y a la falta de definición que caracteriza a gran parte de las empresas en la actualidad. Pero además hay que señalar que estos fenómenos se han producido en el marco de una pandemia sanitaria, que ha removido los cimientos de la salud mental de muchos trabajadores, disparando los casos de ‘burnout’ (síndrome del trabajador quemado), de estrés, de ansiedad e incluso de depresión.

Replantearse la profesión y dar un cambio radical a la vida laboral se proponen ahora como planteamientos serios y no solo como quejas recurrentes en las conversaciones de pasillo o de café.

Por eso Ana Pedroche, mentora en reinvención y emprendimiento, y coautora del libro ‘ Posiciónate tú primero‘ (Gestión 2000) explica que cambiar de profesión no es un capricho y que encontrar un nuevo camino laboral es una forma de volver a sentirse realizado haciendo algo con lo que se disfruta. Abordamos con ella algunas de las claves para reaccionar ante una crisis laboral.

¿Cuáles son las señales físicas y emocionales que indican que necesitas un cambio en tu vida laboral?

Si nos paramos a pensar, pasamos más de 40 horas a la semana en el trabajo y esto, de manera indiscutible, tiene un efecto en nuestra salud mental y en nuestro bienestar. El estrés, el dolor, padecer insomnio, cierta ansiedad, hacer las rutinas con apatía, o cierto nivel de tristeza son algunas de las señales físicas y emocionales que nos alertan de que algo no va bien, de que algo no nos hace felices en nuestra vida laboral. Pero solo nos preocupamos por ello cuando estos síntomas persisten y nos desgastan.

¿Es fácil identificar en uno mismo el síndrome del trabajador quemado?

Por regla general, pensamos que sufrir un estrés constante por el trabajo es lo normal. Así, identificar en uno mismo el síndrome del trabajador quemado, o burnout, no es fácil. Requiere de un gran trabajo de autoconocimiento. Pero, muchas veces, por miedo a darnos prioridad y escucharnos a nosotros mismos (tan necesario siempre para saber qué necesitamos), seguimos viviendo en piloto automático, y eso no ayuda a conocer quiénes somos, qué es aquello que nos motiva y cuál es nuestro propósito de vida, anulando la oportunidad de ver que hay otros caminos en los que poder crecer y brillar con más fuerza, siendo más felices.

La relación con el trabajo es como una relación amorosa: puede que al principio te motivase, pero si la llama de la pasión se ha ido extinguiendo poco a poco y ahora mismo lo único que sientes cada vez que te sientas a trabajar es una profunda apatía, hacer como si no pasara nada es una mala estrategia. A la larga, eso solo genera más sufrimiento. Tanto para ti (porque vas a estar dedicando un tercio de tu vida a una actividad que odias), como para el otro (con el tiempo, esa apatía acabará afectando a tu rendimiento y tu productividad). En estos casos, a veces lo mejor es cortar por lo sano.

¿Y qué podemos hacer?

Mi consejo, en este sentido, es muy sencillo: date permiso para escucharte, date tiempo para saber qué necesitas cambiar y deja ir aquello que reconoces que no te hace feliz. Hay muchas razones por las que puedes haber perdido la ilusión a nivel laboral, lo importante es que tengas claro cuáles son y que sepas identificar por qué necesitas buscar otro trabajo. Eso te dará claridad y te ayudará a afrontar ese cambio con más motivación. Porque ningún trabajo debería hacerte sentir mal.

¿Cómo se puede tener una relación saludable y constructiva con los compañeros de trabajo?

Para mí todo pasa por elegir cómo me relaciono con el otro y la clave es la comunicación no violenta (CNV). Quizás este término aún sea un gran desconocido entre la mayoría de las personas y empresas, pero su filosofía no es otra que, en primer lugar, escucharte para poder comunicar tus necesidades desde la asertividad y el respeto.

La idea es desarrollar habilidades como la empatía, la comunicación, la escucha activa, la comprensión del momento y las necesidades de la otra persona. De esta forma, se crean relaciones personales y profesionales más cercanas y sanas. Al final, expresarnos desde el respeto hacia los compañeros de trabajo es clave para asentar una relación saludable en la empresa. Ya lo decía Marshall Rosenberg: «En la comunicación, las palabras pueden ser como muros que nos separan o como ventanas que nos permiten ver el interior de la otra persona o de uno mismo».

¿De qué manera podemos comunicarnos con los jefes o jefas de equipo sin riesgos para que nuestras demandas sean asertivas, razonables y claras?

Partiría desde la misma premisa anterior: para hablar con los jefes o jefas tenemos que adoptar una comunicación no violenta y, sabiendo cuáles son nuestras necesidades, comunicarlas de forma asertiva y empática, y sin miedo al qué dirán.

Creo firmemente en una comunicación fluida, tanto de arriba a abajo como de abajo a arriba. Cada vez más, estamos evolucionando hacia organizaciones más transversales que verticales, y esto también favorece mucho la comunicación de las personas en el entorno laboral, incluso cuando hay que comunicarse con un superior.

En cualquier caso, para poder comunicarnos tenemos que partir de la escucha interna, para ordenar nuestros pensamientos y emociones, y poder expresar cuáles son nuestras inquietudes y necesidades en el ámbito laboral por medio de la comunicación no violenta.«La relación con el trabajo es como una relación amorosa: puede que al principio te motivase, pero si la llama de la pasión se ha ido extinguiendo poco a poco y ahora mismo lo único que sientes cada vez que te sientas a trabajar es una profunda apatía, hacer como si no pasara nada es una mala estrategia»Ana Pedroche

¿Es posible identificar lo que necesitamos realmente para sentirnos mejor a nivel laboral?

Soy de la opinión de que conseguir objetivos no suele ser una tarea fácil, porque nosotros mismos lo hacemos más complicado limitándonos, pero eso no implica que haya que rendirse antes de empezar. De ahí la importancia de identificar nuestras creencias limitantes (que todos tenemos, aunque no nos demos cuenta), porque nos coartan a la hora de alcanzar nuestros sueños, y de analizar hasta dónde un reto nos supone una molestia o un empuje de vitalidad hacia nuestros deseos.

En este sentido, aconsejo buscar un momento y un lugar para estar sin ruidos físicos ni mentales y probar a introducirte en el mundo del cambio, haciéndote preguntas sobre cómo te verías más feliz, sobre eso que te haría sentir pleno solo con despertarte por las mañanas… Nada es fácil hasta que se intenta, pero puedes hacer que tu plan de cambio se haga realidad, y sentir que lo que haces, lo que sientes y lo que piensas, te lleva a ese plano de realización personal que a menudo vemos lejos por el simple hecho de no pararnos a pensar en la vida que queremos tener.

¿De qué manera podemos analizar, investigar y localizar cuáles son nuestras habilidades, fortalezas y puntos en los que debemos focalizarnos a nivel laboral?

El primer paso para darse cuenta de lo que se necesita es parar. Parar para seguir, parar para mirar y no solo ver, parar para escuchar y no solo oír, parar para darse cuenta de cada momento, y ahí empezar a analizar cada parte de lo que somos. Así es como seremos capaces de analizar, investigar y localizar aquello que forma parte de lo que nos hace fuertes y grandes personas cada día. Esas fortalezas, habilidades y puntos fuertes que ponemos en marcha en nuestro trabajo son los pilares básicos de nuestra persona.

Es imposible aislar lo laboral de lo personal, y por eso es tan importante que este binomio siempre se trabaje en la misma sintonía y que, desde esas fortalezas y habilidades profesionales que tenemos siempre en primera línea, se encuentre la necesidad de seguir avanzando hacia lo que nos hace sentir mejores personas, con mayor bienestar y, por tanto, felices.

¿Cómo podemos identificar lo que nos bloquea y nos impide tomar decisiones y pasar a la acción?

A veces no sabemos identificar que eso que nos bloquea es simplemente miedo. Miedo a no ser suficiente, a no estar a la altura, al qué dirán, a no ser capaz… El miedo siempre nos acompaña, y tenemos que saber que todas las cosas maravillosas que pueden pasarte se encuentran solo cuando das el primer paso para abrazar ese miedo.

Simplemente pasando a la acción conseguimos que ese miedo que nos bloquea se vaya haciendo cada vez más pequeño, hasta que desaparece, permitiendo que podamos brillar con tanta intensidad que incluso podemos sentir vértigo de nuestro potencial.«Para hablar con los jefes o jefas tenemos que adoptar una comunicación no violenta y, sabiendo cuáles son nuestras necesidades, comunicarlas de forma asertiva y empática, y sin miedo al qué dirán»

¿Y qué pasa con las personas cuya familia depende económicamente de él o ella y no pueden cambiar de trabajo aunque eso les amargue?

Son muchas las personas que siguen madrugando día tras día sin sentir que lo que hacen y en lo que trabajan les supone algún beneficio en sus vidas. Pero, por cuestiones económicas, responsabilidades familiares que implican cierto nivel de ingresos o por deudas a medio y largo plazo, se sienten en la obligación de seguir madrugando, seguir llegando tarde por las noches a sus hogares y olvidando el sentido de la palabra conciliación por seguir sobreviviendo. Su mayor preocupación es dónde conseguir el dinero para poder sacar adelante a su familia, y eso da miedo si en algún momento se cruza el fantasma del amargor laboral.

En este punto es importante tener en cuenta que, si esa esa es nuestra realidad y no queremos que siga siendo la misma, tenemos que dar un primer paso que nos aleje de ella, para poder construir otro camino lleno de posibilidades. Si quieres que pasen cosas, tienes que hacer que pasen cosas.

Sabemos que en la vida las cosas no son ni blancas ni negras, sino grises, pues aquí hay que actuar con esa filosofía… Si algo no me gusta lo cambio poco a poco, si mi trabajo no me llena, me las ingenio para seguir en él con otra gestión del tiempo para precisamente disponer de tu tiempo de la forma en que desees.

Hoja de ruta

  • 1. Rompe con la culpabilidad.
  • 2. Asume que el cambio está en tus manos.
  • 3. Piensa en cómo sería tu vida ideal.
  • 4. No intentes hacer de todo.
  • 5. No tengas miedo a salir de tu zona de confort.
  • 6. Habla con profesionales de los sectores que te interesan.
  • 7. Fórmate si te hace falta.
  • 8. Olvida el ‘qué dirán’.

Una vez que hemos identificado qué es lo que queremos hacer con nuestra vida laboral, ¿cómo empezamos a hacer el cambio?

Simplemente el mero hecho de haber identificado qué es lo que quieres hacer en tu vida laboral ya te inicia en ese cambio. Reconocerlo posibilita que des el paso para comenzar a caminar en nuevo rumbo. Cuando tenemos claro qué es lo que queremos, cuándo lo queremos y cómo lo queremos, todo lo demás viene solo.

Por eso, tomar acción es tan importante. Y por tomar acción me refiero al hecho de darte la oportunidad para dejar a un lado tu vorágine diaria y analizar si eres o no feliz con la vida que tienes, sabiendo que en tus manos está cambiarla. Todos y cada uno de nosotros tenemos un enorme potencial que desarrollar, somos únicos y podemos conseguir todo aquello que soñamos, cada uno a su ritmo y transitando ese camino de transformación, pero sí es posible.

«Si no estás en internet, no existes»

Al calor de esta frase pronunciada en su día por Bill Gates, Ana Pedroche y Fran de Vicente reúnen en su libro ‘ Posiciónate Tú Primero’ (Gestión 2000) las claves para mejorar la visibilidad, autoridad, reputación, credibilidad y confianza mediante estrategias de márketing en posicionamiento SEO. Con un método propio y la creación del concepto #TúPrimero ambos plantean la importancia no solo de posicionar el negocio online en los primeros resultados de búsqueda de Google sino también de ponernos en primer lugar como individuos.

Además, el 18 y el 19 de noviembre de 2022 ambos autores aportarán en la II edición del evento ‘Sí es posible, que se celebra en el Teatro Amaya, las herramientas necesarias para tomar acción y crear un proyecto propio en el entorno digital. Para ello también contarán con la participación de inspiradores como Anne Igartiburu, Ángel Martín, Isra Bravo, María Fernández, Juanma Romero, Dani de la Cámara, Julio de la Iglesia, Inés Torremocha, Vanessa Carrera y Claudine Ibarra.

Su trayectoria

Ana Pedroche es economista, mentora en reinvención y emprendimiento, fundadora y CEO de la agencia de marketing online Tu Posicionamiento Web, dedicada a ayudar a los negocios online a crecer con estrategias SEO y transformación digital.

Es licenciada en Empresariales y Económicas por la Universidad Rey Juan Carlos, Máster en Marketing Online & Social Media por la Inesdi Digital Business School y Máster en Dirección Financiera por el Instituto Superior de Educación, Administración y Desarrollo de Madrid. Además, ha ganado el Premio Mujer Emprendedora del año por la Universidad de Nebrija (2015) y el Premio Mujer Emprendedora de la Zona Noroeste de Madrid (2016).

Original.

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