El síndrome de Down no va a impedir que sea diputado

Candidato con Síndrome de Down

Es de los primeros que llega a su trabajo; por las mañanas se levanta, hace oración, se da un baño, se viste, baja a desayunar y se encamina hacia el Congreso Legislativo de Aguascalientes, espacio donde se desempeña como mensajero auxiliar administrativo. Abraham Muñoz Ortega tiene 32 años y nació con síndrome de Down, padecimiento que no será un impedimento para cumplir su sueño de ser diputado y hacer leyes que favorezcan a los que como él, viven con esta alteración congénita.

Vestido elegantemente, de traje, corbata y lente oscuro, detalló emocionado que tiene apenas un mes en dicho empleo, donde la remuneración económica no le parece mala, sin embargo, la paga más grande es poder servir de ejemplo para otros seres humanos que sufren o no alguna discapacidad.

“Mi padre me dice que siempre respalde mi trabajo, que lo cuide, y que demuestre que puedo”.

Ante tan pocas oportunidades laborales de las que gozan las personas con síndrome de Down en el estado, Abraham se siente verdaderamente afortunado, “yo me siento muy orgulloso de mí mismo, mis padres y mis hermanos también, esa ha sido mi mejor herramienta para salir adelante”, dijo el joven a EL HERALDO.

¿Hasta dónde te gustaría llegar, qué te gustaría ser?

“A mí me gustaría ser diputado, quiero ser diputado para defender a la gente, para hacer leyes, defender a los niños y niñas con síndrome de Down y para dar discursos”.

Durante una plática amena, dijo que de llegar a lograrlo, implementaría más espacios para personas con discapacidad, talleres donde se enseñen oficios y siempre velará por sus necesidades; “ese es el reto más grande de mi vida, yo puedo ser eso porque soy una persona responsable”, mencionó Muñoz Ortega.

Indicó que para él es motivo de gran orgullo y compromiso representar a las personas con síndrome de Down; “yo les quiero decir a los niños y niñas con Síndrome de Down que cuentan con mi apoyo, que se puede ser representante de ellos y que estoy a sus órdenes”.

Comentó que el trato que recibe de parte de sus compañeros de trabajo ha sido de mucho respeto, “me han tratado muy bien desde que entré a trabajar con ellos, me he sentido muy bien y estoy muy contento (…) yo llego a las nueve en punto, porque yo soy más puntual que ellos”, dijo.

Abraham, al parecer es un estuche de monerías, pues sus limitantes cognitivas lo han retado y ha sido el ganador; el joven llegó hasta preparatoria, sabe de computación, un poco de inglés, cocina, carpintería, pintura, mantenimiento de electricidad y reparación de calzado, es decir, no existen los límites para él.

Finalmente, agradeció ampliamente a la organización Fundown, quienes aportaron para que él estuviera desempeñando este trabajo al interior del Congreso, dijo que gracias a esta asociación fue contactado y contratado.

 

 

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