¿Cuál es la diferencia entre el autismo y el síndrome de Asperger?

Para muchas personas, los conceptos de autismo y síndrome de Asperger pueden parecer confusos. Los dos están ciertamente relacionados, pero no son lo mismo.

En primer lugar, es necesario entender qué es el autismo, también llamado Trastorno del Espectro Autista (TEA).

El autismo se define como una familia de trastornos de la socialización que afectan las relaciones personales, la comunicación, el aprendizaje y la adaptabilidad de los individuos a diferentes entornos.

Esta definición fue presentada en una publicación de la Revista Brasileira de Psiquiatria, de autoría de la psicóloga estadounidense Ami Klin, de la Universidad de Emory (Estados Unidos) y el psiquiatra brasileño Marcos Tomanik Mercadante, de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).

Según datos del Ministerio de Salud de Brasil, “los signos del neurodesarrollo de un niño se pueden notar en los primeros meses de vida, con el diagnóstico establecido alrededor de los dos o tres años de edad. La prevalencia del trastorno es mayor en los hombres.

¿Cuáles son los signos del autismo?

Entre los signos del autismo, según el Ministerio de Salud, se encuentran:

  • Dificultad para comunicarse;
  • Deficiencia en la comprensión del lenguaje;
  • Adopción de conductas restrictivas (por ejemplo, comer solo un tipo de alimento y rechazar los demás) y repetitivas (como mover alguna parte del cuerpo sin parar);
  • Poca o ninguna socialización con otros individuos;

¿Qué es el Síndrome de Asperger?

De acuerdo a la información de la cartera de salud pública de Brasil, el síndrome de Asperger es una forma de autismo de alto rendimiento. Esto significa que los portadores tienen dificultades similares a otras personas autistas, pero a un nivel mucho más reducido.

Una persona con síndrome de Asperger, por ejemplo, no suele tener grandes déficits en el aprendizaje o la comunicación -aunque su capacidad de expresión y socialización también se ve afectada en menor medida-.

Muchos, incluso, son descritos como super inteligentes e incluso se los confunde con “genios” en las áreas en las que trabajan, algo que se ha convertido en un estereotipo.

Debido a estas diferencias, no es correcto decir que el TEA y el síndrome de Asperger tienen el mismo significado. Asimismo, las personas con autismo no necesariamente tienen Asperger.

A pesar de la abundancia de materiales disponibles en internet sobre la temática, el diagnóstico siempre debe ser realizado por un médico especialista, quien evaluará al individuo y aconsejará sobre el seguimiento a realizar.

Original.

(Visited 1 times, 1 visits today)

Etiquetas ,