Desde antes de nacer ya somos capaces de escuchar los ruidos internos en el vientre de nuestra madre. Con el paso de los meses, aún en el interior de la pansa los bebés ya pueden identificar el sonido de la voz materna. Pero no es hasta el alumbramiento cuando el oído comienza du proceso de maduración. La Organización Mundial de la Salud indica que en México existen poco más de 10 millones de personas con algún problema de sordera y entre 200 mil y 400 mil presentan sordera total.
Se estima que en México tres de cada mil nacidos presentan algún grado de hipoacusia (disminución del nivel de audición por debajo de lo normal). Generalmente los problemas con la audición del menor se detectan después de los tres años, justo cuando deberían de comenzar a hablar, estudios de la Universidad de Harvard indican que no detectar problemas de audición de los niños antes de los seis meses puede ocasionarles serios problemas del habla.
Existen señales que un bebé con afectación auditiva y reciben el nombre de «reflejos no condicionados» como son:
- Succión: Consiste en succionar más rápido o parar de succionar cuando escucha un ruido extraño.
- Colcleopalpebral: Cerrar los ojos cuando escucha un ruido fuerte
- Respiración: Deja de respirar cuando escucha algo extraño.
Estos reflejos suelen desaparecer al cumplir el primer año. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que alrededor del 60% de las pérdidas de audición en la niñez se podrían evitar con medidas de prevención.
Tamiz auditivo
Para detectar problemas auditivos en recién nacidos en México, existe el Tamiz Auditivo Neonatal, esta prueba es, sencilla y rápida que no causa dolor ni molestia; se realiza con Equipos de Emisiones Otoacústicas, o bien, con equipos de Potenciales Evocados Auditivos Automatizados que registran si existe disminución auditiva.
La importancia del Tamiz Auditivo Neonatal radica en el hecho de que un niño que no oye, no desarrolla su lenguaje oral y le será prácticamente imposible aprender a leer y a escribir. El lenguaje que haya logrado desarrollar un niño sordo a los cuatro o cinco años de edad, será el lenguaje con el que se podrá comunicar en el futuro.
Al obtener un diagnóstico positivo a hipoacusia o sordera, es necesario iniciar con el tratamiento, el cual, consiste en terapia auditivo-verbal y/o del lenguaje; y en caso de requerirse, se proporcionan aparatos auditivos y/o implante coclear, con el fin de evitar trastornos en el lenguaje y favorecer un desarrollo adecuado, incorporándolo a las actividades habituales.
Otras causas que producen sordera y pérdida auditiva son los factores hereditarios, infecciones congénitas, edad avanzada, uso de medicamentos ototóxicos y enfermedades infecciosas (meningitis, rubéola), entre otras.
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