Preparando a los muchachos para enfrentar las burlas


El ser objeto de burlas puede matizar la infancia y la adolescencia de cualquier muchacho. Las probabilidades aumentan en el caso de aquellos que manifiestan alguna discapacidad. Tanto los muchachos como sus padres necesitan conocer cómo minimizar los efectos de tales comentarios hirientes.

Si bien la mayoría de los niños en el colegio resultan objeto de burlas en algún momento, las investigaciones indican que los niños con discapacidad son particularmente vulnerables.

Según comenta una trabajadora social (TS) en el Bloorview MacMillan Centre (Ontario, Canadá), el motivo por el cual éste es un tópico realmente importante para nosotros es que los muchachos cuya diferencia resulta visible son sometidos a las burlas con mayor frecuencia, por lo tanto, los niños con discapacidad se encuentran en mayor riesgo.

A corto plazo, un niño objeto de burlas pude sufrir problemas de insomnio o desarreglos alimenticios, quejarse por dolores de cabeza u otros dolores físicos, o parecer retraído. A lo largo del tiempo, las burlas pueden erosionar el autoestima y provocar una depresión u otro problema de salud mental. Aún así, algunos profesionales no reconocen este problema porque pueden desconocer cómo ayudar al niño, o porque eligen minimizar sus efectos. Según la opinión de otra TS del Centro, estos profesionales pueden albergar la percepción que (las burlas) resultan prácticamente beneficiosas para el niño, sirviendo como un rito normal dentro de su proceso de crecimiento.

Según estas especialistas, los miembros del equipo multidisciplinario deben preguntarle a los muchachos cómo les va en el colegio e intentar precisar si son objeto de burlas. Si se llega a identificar un foco de burla, se debe buscar la intervención de una TS. Si bien algunas burlas pueden ser en ton de juego, la burla malintencionada sirve para provocar una reacción (por eje. temor o ira) y para sentir control sobre el niño objeto de la burla. La burla se manifiesta con mayor frecuencia entre niños de 6 a 12 años.

Los especialistas y los padres desempeñan un papel crítico para preparar a los niños con discapacidades para manejar las burlas. Según una de las especialistas consultadas, la curiosidad forma parte de la naturaleza humana, por lo tanto, desde una edad temprana, los niños con discapacidad necesitan manejar la información para responder a las preguntas, las miradas persistentes y los comentarios hirientes.

A continuación se ofrecen algunas medidas prácticas que los padres pueden tomar:

Educar a su hijo en relación a su discapacidad, ofreciéndole información acorde a su edad. Ésto significa explicar la discapacidad en un lenguaje que el niño pueda comprender y proporcionarle ejemplos concretos sobre lo que puede hacer y lo que no puede hacer. En situaciones sociales, los padres deben modelar cómo responder a las preguntas que otros le hagan sobre la discapacidad. Esto permitirá al niño hacerse de las expresiones y las frases que él a su vez podrá utilizar en el futuro.
Educar sobre la discapacidad tanto a la familia como a los amigos, al igual que a los padres de otros compañeros de la guardería o del colegio. Una de las TS del Centro comentó que algunos padres de los compañeros del salón del niño con discapacidad pueden sentirse incapaces para invitar al niño a jugar a su casa. Por eje., puede que no sepan cómo sacar al niño de la silla de ruedas.
Educar a los maestros y los compañeros del niño. Posiblemente el propio niño desée hacer una presentación sobre su limitación ante sus compañeros de salón. Podría inclusive invitar a un terapista o a su papá o papá para sentirse apoyado. Aprovecharía la oportunidad para describir la discapacidad y explicar cómo funcionan sus apoyos técnicos (silla de ruedas, audífonos…). La idea sería lograr resaltar las capacidades del niño y enfocar sus habilidades.
Ensayar con sus hijos respuestas adecuadas, anticipándose a posibles situaciones de curiosidad o de burla.
Animar al niño a practicar delante del espejo un lenguaje corporal que irradie confianza, sosteniéndose derechito, evitando retroceder, expresándose con confianza, estableciendo contacto visual.
Procurar que el niño intercambie ideas con otros niños con discapacidad.
Nota importante: Si las burlas implican una amenaza de violencia, debe acudirse a las autoridades del colegio. En esos casos puede que muchas de las estrategias referidas anteriormente resulten inapropiadas.

¿Cómo responder a las burlas?…algunas posibilidades…

Con sinceridad…


No me gusta lo que estás haciendo y no me voy a quedar aqui a escucharlo. El que inicia las burlas, ansioso por provocar una reacción por parte del niño, sea de llanto o de fuga, se verá frustrado con esta respuesta.

Educando al que inicia la burla…

Ésto significa educar sobre la discapacidad a los que se burlan, pero en una forma humorísitica. Por eje., si se ríen del muchacho por no tener cabello, podría responderles: Tienes razón. No tengo cabello y espero que no me vuelve a salir pronto porque me disfrazaré de Michael Jordan en Carnavales. El utilizar el sentido del humor es muy efectivo, pero no es algo que surja en forma natural a todos los niños.

Asumiendo cierta indiferencia….

Una respuesta sencilla puede resultar mas apropiada. Por eje. ¿Y entonces?, ¿Y qué hay con eso?, ¿A dónde quieres llegar? o Avísame cuando llegues a la parte simpática (del cuento).

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