En Hablar y Escuchar para Todos Somos Uno, vamos a platicar de el perdón, la gran manzana de la discordia en el mundo, cuantas veces perdonamos sin sentirlo en realidad y nos quedamos con el gusanito de que cuando tengamos la oportunidad de desquitarnos lo haremos “Ojo por ojo y todos nos quedaríamos ciegos” Gandhi.
Uno de los valores que promueven muchas religiones alrededor del mundo es el perdón. No se debe asumir como algo con carácter únicamente religioso, pues realmente tiene mucha importancia en la sociedad y además es algo muy personal.
Perdonar es remitir la deuda, ofensa o falta que alguien hace en nuestra contra en contra de algo que apreciamos. Para que una persona aprenda este valor, es necesario que conozca el significado de la madurez, la tolerancia, el respeto y la humildad.
El perdón puede ser mejor antídoto contra los valores negativos que aquejan a nuestra sociedad, entre ellos la venganza. En este sentido, el perdón alivia el sentimiento de rencor, de enojo, y así podemos encontrar la paz con nosotros mismos. ¿Cuantas guerras hubiera evitado la humanidad si hubiéramos aprendido a perdonar?
A veces es necesario que nos traguemos el orgullo, nos comportemos de forma madura y pidamos perdón por algún error u ofensa cometida, pues, como dijimos antes, lejos de avergonzarnos por nuestros errores debemos estar felices por aprender de ellos. Así, los valores como el respeto y el perdón deben ser recíprocos: si queremos respeto, hay que respetar, si queremos que nos perdonen, debemos perdonar nosotros también.
Al perdonar, debemos hacerlo sin condiciones y de una manera sincera, pues, como dijimos, vale mas estar en paz consigo mismo; de nada sirve las palabras vanas, hay que sentir realmente la necesidad de perdonar, no decirlo de dientes para afuera.
