Tratar de concebir, y no tener éxito es una de las situaciones más difíciles y estresantes por las que una pareja (sobre todo la mujer) puede pasar. Mientras miras a tu alrededor y la mayoría de tus amigas tienen bebé tras bebé, y hasta protestan por quedarse embarazadas tan seguidos, estas mujeres reciben esas noticias y comentario con alegría por sus amigas, pero como puñaladas en su corazón, que con cada día que pasa, hay menos esperanza.
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La historia de Ashley
Ashley y Tyson Gardner, un matrimonio de Utah, Estados Unidos, que han tratado de ser padres durante 8 largos años. Inyecciones, tratamientos, esperanzas que se destruían cuando los test marcaban un negativo en lugar de un positivo.
Nada parecía funcionar, y el dinero para pagar por estos costosos tratamientos había llegado a su fin, y este sería su último intento de someterse nuevamente a un tratamiento de IVF.
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Las dos peores semanas de una pareja que espera
Al hacerte tratamientos de fertilidad, las primeras dos semanas, aunque llenas de dolor físico por las inyecciones y los ultrasonidos y estudios, también son como una página en blanco en la que la pareja piensa y quiere con toda el alma que esa inseminación artificial, que ese tratamiento invitro finalmente funcionará.
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Es pura adrenalina que se convierte en una montaña rusa de ansiedad
Luego de que la ovulación tomó lugar y, ya sea la inseminación, o la trasferencia de los embriones se produce, los 14 días siguientes, se convierten en una larga y casi eterna espera.
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Una llamada de teléfono puede cambiar, literalmente, tu destino para siempre
Esperas que la enfermera de tu médico te llame con los resultados de tu análisis, esperas que el nivel de tu HCG (la hormona del embarazo) sea lo suficiente alta como para que escuches esas palabras mágicas que la vida te ha negado hasta ahora:
«Felicidades, el resultado es positivo, estás embarazada»
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Las dos semanas de los Gardner
Los Gardner se había hecho el último tratamiento invitro y dos embriones había n sido transferidos al útero de Ashley que esperaba con ansias que esta vez, aunque sea uno de los dos pequeños se quedara con ella.
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El teléfono sonó…. la noticia no era la que esperaban
Los dos bebés estaban comprometidos con la endometriosis de Asshley y habría que esperar dos semanas más para ver si evolucionaban o no a través de un ultrasonido.
Sabían que aún estaban en su vientre, pero con tantos intentos fallidos, esperaban lo peor
Sin embargo armados de esperanza, fe, coraje y amor, decidieron documentar el ultrasonido y grabarlo, allí llegó la primer noticia:
«Están embarazados»
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Sin embargo, esta no era, ni remotamente, la mejor noticia…
Mientras la cámara grababa, el doctor les anunció lo que sería la mejor noticia de sus vidas, no sólo estaban embarazados con los dos bebés que sí habían quedado en el útero de esta flamante mamá, sino que, a su vez cada uno de esos bebés se habían dividido en dos más, y ahora los Gardner esperaban dos pares de gemelas idénticas.
Esto sólo se da una vez cada 70 millones de embarazos.
Los milagros de amor y vida existen y esta es una sola de millones de pruebas en el mundo.
