La semana pasada, del 20 al 22 de noviembre, se llevó al cabo en el aula del Sínodo del Vaticano la XXIX Conferencia Internacional sobre las personas con autismo.
Estas reflexiones convocaron a más de 650 expertos de todo el mundo para poner sobre la mesa de debate este padecimiento. Numerosos científicos, investigadores y especialistas en la temática fueron invitados a estudiar los trastornos del autismo desde el punto de vista médico, psicológico, familiar, social, pastoral y religioso.
Durante los tres días de estudio se pusieron en común las diversas políticas sanitarias, las investigaciones, la prevención y las aportaciones terapéuticas, los diagnósticos, los tratamientos farmacológicos y de comportamiento, los aspectos socioculturales y educativos, y las aproximaciones teológicas y pastorales. El Santo Padre Francisco comenta en su reciente exhortación apostólica “Evangelii Gaudium”: “Es indispensable prestar atención para ser cercanos a nuevas formas de pobreza y de fragilidad en la cual estamos llamados a reconocer a Cristo sufriente, aunque esto aparentemente no nos traiga ventajas tangibles ni inmediatas” (n. 210).
El trastorno autístico se empieza a reconocer entre los 18 meses y tres años de edad como un trastorno del neurodesarrollo precoz. También se reconoce en la comunicación e interacción social, en afectaciones del lenguaje y en la debilidad intelectual.
El papel de las familias que tienen un hijo con autismo debe ser siempre el de la inclusión, jamás de la exclusión; se debe brindar un acompañamiento al niño autista de manera afectiva y existencial, es decir, estando presente. Estar junto a él. Los padres deben ser partícipes activos en el proceso de inserción en la vida social.
Probablemente en nuestra familia no tengamos algún caso así, pero tampoco podemos ser ajenos a esta realidad y entonces debemos apoyar a las familias educando a nuestros hijos o nietos a tener una actitud de acogida y no hacer bullying cuando se nos presente un caso.- Padre Alejandro de Jesús Álvarez Gallegos, coordinador diocesano para la Pastoral de la Salud.
