Todo lo que un hombre debe saber de la próstata

Próstata

Muchos hombres ni siquiera saben qué es la próstata. Algunos creen que es un órgano que produce hormonas, mientras que otros lo relacionan con el sistema urinario. Esa ignorancia, dicen los expertos, obstaculiza gravemente las posibilidades de prevenir o detectar signos iniciales del cáncer de próstata. A esto se suma la reticencia de los hombres para hablar de sus problemas de salud y de someterse a exámenes para detectar el tumor a tiempo. Por eso, las organizaciones que trabajan en la lucha contra el cáncer adelantan campañas para que ellos conozcan más de esta glándula y puedan detectarlo oportunamente.

La incidencia de este tipo de tumor ha aumentado, y entre 2016 y 2017 fue el segundo cáncer más frecuente en la población en general, luego del de mama. La incidencia de la enfermedad empieza a los 60 y tiene su pico a los 75 años. Aquellos con historia familiar y ascendencia africana tienen mayor riesgo.

Diagnosticar el cáncer a tiempo es crucial para evitar la muerte por esta enfermedad. Desafortunadamente, muchos solo son detectados cuando ya han avanzado y atacado a otros órganos; por tanto, las posibilidades de sobrevivir bajan bastante. Algunos expertos que resumieron en estos puntos la información que todo hombre debe saber sobre la próstata.

1. ¡Es una glándula!

La próstata contribuye a la reproducción sexual, pues fabrica un líquido que luego se une al esperma para producir el semen. Tiene el tamaño de una nuez y está ubicada en frente del recto y a la salida de la vejiga. En la medida en que el individuo envejece la próstata crece. Como rodea la uretra, el tubo por donde sale la orina, ese cambio de tamaño puede poner presión en la vejiga. Por eso, muchos síntomas tienen que ver con cambios en la forma de orinar. Pero no siempre estos señalan problemas.

2. Un asunto de viejos

La próstata no les da guerra a los jóvenes, sino a los viejos. Eso, en parte, explica el aumento de los casos, pues “la población hoy vive más”, dice Carlos Castro, director médico de la Liga Contra el Cáncer. El experto explica que, si todos los hombres vivieran 100 años, en promedio, muchos morirían no por la edad, sino de cáncer de próstata, “pues un estudio mostró que 25 por ciento de aquellos mayores de 70 años que habían muerto en accidentes de tránsito tenían el cáncer sin que ellos ni sus familias lo supieran”.

3. No siempre es cáncer

El tamaño de la próstata cambia con el paso de los años, y usualmente este proceso se confunde con la presencia de células cancerígenas en dicho órgano. En realidad, la confusión se presenta porque en ambas circunstancias, tanto el crecimiento de la próstata como la aparición de un tumor, se genera presión en la vejiga, lo que hace que el individuo sienta necesidad de orinar con más frecuencia o dificultad para hacerlo. De ahí la importancia de realizar otros exámenes para confirmar de qué se trata. “Lo más frecuente es que haya una hipertrofia benigna, y es lo que explica que el chorro urinario disminuya de tamaño o que la persona sufra al iniciar la micción”, dice Castro. Algunas veces hay que hacer una resección, que consiste en raspar un poco la glándula para que no moleste la vejiga.

4. El antígeno prostático, ¿sí o no?

“Muchos la han fustigado porque genera un sobrediagnóstico”, dice Castro. Sin embargo, el experto está a favor de que los hombres se la hagan todos los años después de los 60. Esa prueba de sangre mide el nivel de una proteína en las células de la próstata. Como la concentración del antígeno prostático es alta en hombres con este tumor, una lectura alta de estos niveles debe considerarse una señal de alarma. Pero esta prueba debe acompañarse de otros exámenes.

 

5. Tacto rectal sin estrés

La exploración manual de la próstata a través del ano no es tan invasiva como muchos hombres creen. “Ese examen no duele. Lo que sucede es que a los hombres nos da pereza ponernos en cuatro a que nos metan el dedo en el fundillo”, dice Castro. Junto con el antígeno, dice el experto, da un mejor panorama del estado de la próstata. Si hay alguna anormalidad, es probable que el médico pida más exámenes como ecografía, resonancia y biopsia.

6. Señales de alerta

Resulta conveniente consultar en caso de dificultad para vaciar la vejiga o de necesidad de orinar constantemente, en especial en la noche. El cáncer de próstata no tiene síntomas muy visibles en un comienzo, pero en algunos casos sí es muy agresivo. “El patólogo, con la clasificación de Gleason, debe decir si es de alto o menor grado”, explica Castro. Cuando hay metástasis, se presentan síntomas como dolor en la espalda y los huesos, dolor en los testículos, pérdida de apetito y de peso inexplicable, y sangre en la orina. La idea, no obstante, es detectarlo a tiempo y no cuando ya el paciente experimenta los síntomas.

7. Que no haya pánico

El cáncer de próstata se desarrolla cuando las células de esta glándula crecen de forma descontrolada, pero en gran cantidad de casos ese proceso es lento. De hecho, la mayoría de hombres diagnosticados con esta enfermedad viven con ella durante muchos años y es muy probable que mueran de otras causas. Muchos de los detectados a tiempo incluso no tienen ningún tratamiento.

8. No siempre hay cirugía

Cuando una persona recibe el diagnóstico a tiempo y no hay síntomas, existe la opción de no hacer nada. En efecto, tratar este cáncer prematuramente puede tener efectos secundarios negativos innecesarios como disfunción eréctil y problemas urinarios. “Pero para ello hay que analizar otros factores. Por eso debe tomar la decisión el grupo multidisciplinario, en el que está el paciente, a quien se le informa todo”, dice Castro. En otros casos de tumores de próstata agresivos sí es necesario remover la glándula por medio de la cirugía. “En Colombia hay robots, como el Da Vinci, que tiene resultados mejores que la cirugía convencional, aunque todo depende del urólogo y de la experiencia que tenga. Lo cierto es que con este robot el corte es preciso, lo que disminuye el tiempo de recuperación, el dolor y las complicaciones”, señala.

Hay otras estrategias para evitar o controlar el crecimiento del tumor, como la terapia de radiación, que puede ser externa, o a través de braquiterapia, una técnica que consiste en implantar semillas radioactivas en la próstata para eliminar las células cancerígenas. Algunos pacientes reciben terapias de privación hormonal, pues se sabe que la testosterona alimenta el crecimiento de la próstata y del cáncer. Por lo tanto, reducir el nivel de esta hormona ayuda a detener el crecimiento de la glándula. Cuando el cáncer ha hecho metástasis, el objetivo ya no es curar, sino prolongar la vida y demorar la aparición de los síntomas.

9. Que no falte el ejercicio

Aunque el cáncer no se puede prevenir, algunas medidas de estilo de vida reducen el riesgo de que aparezca. Entre ellas está una dieta sana y balanceada, con varias porciones de vegetales y frutas diarias, para mantener el peso ideal. Los estudios científicos han mostrado que los hombres obesos tienen más alto riesgo de desarrollar cáncer, por lo cual es conveniente mantener el índice de masa corporal. Pero lo anterior no es suficiente. También hay que hacer ejercicio regularmente varios días a la semana. Todos deberían apuntarle a la meta de 150 minutos de actividad física entre moderada e intensa cada semana. “También se recomienda no fumar, pues el cigarrillo está asociado a esta patología”, señala el experto.

Es importante tener conciencia de los riesgos de este mal y estar atentos para detectarlo a tiempo. Es cierto que para la próstata no hay un examen tan bueno como la mamografía o el autoexamen de seno. “Afortunada o desafortunadamente, aún no sé, a los hombres nos queda difícil hacernos el autoexamen de próstata. Entonces, no hay otra posibilidad que ir al consultorio del médico”.

 

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