Tackle a la vida: rugbiers con síndrome de Down le dieron pelea a los Jaguares

síndrome de Down

“Lo que más me gusta del equipo es poder divertirme con ellos y estar todo el día jugando al rugby. Pumpas para mí significa amor, diversión y todo lo que sea maravilloso”, confiesa Santiago “Rayo” Rueda. Santiago es el wing estrella del equipo y según sus compañeros: “el jugador más rápido de Argentina”. Santiago no puede expresar emociones debido a un bloqueo. Esa pequeña dificultad le trajo problemas para terminar el colegio pero no le impidió seguir formándose. Hoy estudia inglés particular y toma clases de canto, también trabaja como administrativo en una empresa de su familia.

Martín Perego es el capitán del equipo. Como líder, está muy orgulloso y destaca la amistad, las ganas y el respeto que hay en su grupo. Al finalizar el partido ante los Jaguares, Martín recibió un reconocimiento de parte del programa de inclusión que tiene la Cámara de Diputados.

El conjunto que conduce Daniel Fernández también le cumple un sueños a los familiares: les brinda la posibilidad de jugar con sus seres queridos. La modalidad Mixed Ability de rugby se disputa con 15 integrantes por equipo.

Dentro de cada equipo hay jugadores con síndrome de down y “facilitadores”, que ayudan a hacer el juego más fluido. En el caso de los Pumpas, estos facilitadores son familiares y amigos de los jugadores. “Los facilitadores tocan el cielo con las manos porque pueden jugar con sus hermanos, primos, amigos en una misma cancha. Algunos pensaron que nunca lo iban a poder hacer” cuenta Pasini.

El caso más resonante es el de los hermanos Viacava. Matías, Santiago y Gonzalo tienen 22, 21 y 17 años respectivamente. Matías y Gonzalo tienen síndrome de Down. Viven en Villa de Mayo y los tres salieron del Club Universitario de Buenos Aires. Matías forma parte de los Cascos Verdes que es un Programa de Educación Ambiental para personas con discapacidad intelectual. Santiago está cursando el profesorado de educación física y Gonzalo, el menor de los Viacava, está en formación laboral. ParaSantiago, poder compartir cancha junto a sus dos hermanos es un “privilegio”.Se nota en las sonrisas, en las corridas que pegan juntos mientras enfrentan a los Jaguares.

El rol de la familia en el equipo es muy importante, pero ellos también están en el proyecto para aprender. “Todas las familias llegan con miedo, Hay algunas que son demasiados sobreprotectoras y nosotros tratamos de que los chicos rompan esa cajita de cristal”, señala Pasini.

Según el mentor, los jugadores son el mejor ejemplo de que ellos pueden hacer las cosas solos y que pueden ser independientes. En los Pumpas se busca que los jugadores se puedan valer por ellos mismos, que puedan cambiarse solos, que puedan pagar su propia comida y que se puedan tomar el transporte a casa, sin depender de nadie.

Tackle a la vida: rugbiers con síndrome de Down le dieron pelea a los Jaguares

 

Hoy la cabeza de esta gran camada de jugadores está puesta en poder llegar a España. El equipo no cuenta con patrocinadores y todo lo que recauda lo hacen a través de fiestas, sorteos o ventas de calcomanías.

Los Pumpas tienen su objetivo claro, quieren llegar al mundial no importa lo que cueste. Estos jugadores van a empujar juntos para cumplir sus sueños y darle un verdadero tackle a la vida.

 

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