‘Si privas a un niño con Síndrome de Down de nacer te privas a ti de disfrutar de su vida’

Es muy crítico con las instituciones, pues asegura que recortar en educación, sanidad o dependencia es hacerlo en la piedra angular de la sociedad: en los más débiles.

Hablar con Pablo es algo parecido a un soplo de aire fresco. Es una de esas personas de las que aprendes a cada palabra, con cada respuesta. Tiene una carrera (Magisterio), está a punto de acabar otra (Psicopedagogía), ha escrito un libro, actuado en una película y ha ganado una Concha de Plata. Además, de manera altruista, acude a centros educativos para contar su experiencia. Ayer visitó el instituto Isaac Albéniz.

Es consultor de la Fundación Adecco, con la que visita empresas para explicar que las personas con discapacidad están de sobra preparadas para trabajar. ¿Qué características ofrecen que no tengan otros trabajadores?

La intención es que los trabajadores vean que somos personas que podemos y debemos trabajar y que por tanto podemos hacerlo. Es un derecho de la Constitución, yo puedo trabajar igual que ellos y son ellos los que tienen que cambiar. Deben ver ese talento, enseñarnos, estimularnos en el día a día. Hay que acabar con esos estereotipos profesionales. Las personas con discapacidad somos personas muy cumplidoras y lo hacemos enseguida, lo haremos mejor o peor, pero hacemos lo que nos piden. Nos adaptamos enseguida a todo, somos personas muy rutinarias y eso a las empresas les viene genial. Somos muy metódicos y muy responsables, alegres, siempre estamos felices y con una sonrisa en la cara. No conozco a padres de hijos con Síndrome de Down que no estén contentos con sus hijos.

Pablo Pineda
Pablo Pineda

Es defensor de la vida. Nunca ha tenido problemas para pedir que las mujeres embarazadas de un niño de estas características no interrumpan la gestación.

Es que completamos a la familia. Pasamos por muchas experiencias, para mi familia he sido una caja de sorpresas, eso ocurre con cualquier Síndrome de Down. Digo a las madres, sin juzgarlas, que si tienen a esos hijos pasarán por experiencias variopintas y magníficas. Si les privas de nacer, te privas a ti misma de todas las experiencias que puedes vivir con él, te estás privando de disfrutar de él y de su vida.

La reforma de la ley del aborto contempla el supuesto si la madre presenta daños psicológicos…

Yo no veo que se vayan a crear dificultades o problemas psicológicos, al contrario, damos alegría. Todos los padres dicen que están locos con sus hijos y no tienen problemas psicológicos. Son personas felices, no sé por qué tienen que alegar eso, no es verdad.

¿Está la sociedad sensibilizada?

Bueno, la sociedad de ahora no tiene nada que ver con la de hace 30 años, te lo puedo decir fehacientemente. Ahora un niño con Síndrome de Down está más o menos integrado, pero queda mucho por hacer, no podemos conformarnos. Hay que luchar por la integración laboral y luchar por temas que no se tocan, como la afectividad. Tenemos nuestro corazoncito.

 

¿Y las instituciones? ¿O solo se hacen la foto?

Bueno, hay de todo. Es verdad, que hay instituciones que están haciendo cosas, pero hay muchas que se hacen la foto. Poco a poco esas que se hacen la foto ven que ya está bien. Deberían comprometerse un poco más, como el Gobierno, que habla de discapacidad pero después nada. Somos los grandes paganos de la crisis.

Hablando de crisis. ¿Qué opina de los recortes en la ley de Dependencia?

Los recortes en general, como en la ley de Dependencia, en educación, sanidad…, me dan mucha rabia porque al contrario, habría que fomentarlo, invertir más en ese tema. Recortar ahí es hacerlo en la parte más sensible de la sociedad, en la piedra angular. Educación, cultura o sanidad son temas muy sensibles, es la calidad de vida de una persona. Hay temas que afectan, y recortar ahí me parece horroroso, pero ellos no se recortan a sí mismos, siempre pagamos los débiles.

Ha dicho varias veces que el Síndrome de Down no se padece, sino que se disfruta.

Se lo digo a los medios, porque tenéis la costumbre, sobre todo los escritos, de poner que se «padece». El Síndrome de Down no es una enfermedad, es una característica más, es como que tú eres mujer. Yo he pasado por momentos y experiencias interesantísimas que no habría hecho si no fuera por el síndrome. He hecho una película, he ganado la Concha de Plata, he escrito un libro y he conocido a gente muy importante. El Síndrome de Down se disfruta.

Síndrome de Down

¿Se ve como el espejo en el que se miran el resto de personas con Síndrome de Down?

Los padres se pasan, quieren que sean como yo, pero no. Tienen que ser como ellos son, no como yo. Yo hice lo que hice porque lo elegí, ellos pueden optar por otras cosas y ser tan feliz o más que yo. No hay que sobrevalorar ni infravalorar a las personas, hay que hacer lo que se pueda. No todos somos ministros.

¿Qué ofrecen las personas con Síndrome de Down respecto al resto?

Somos personas muy transparentes, decimos lo que pensamos y lo que sentimos. Somos muy expresivas, no ocultamos sentimientos ni disimulamos. Nosotros no tenemos nada en la recámara, nos quedamos en lo especial, en lo singular, no en lo convencional, somos muy psicólogos y muy empáticos. Vemos lo que otros no ven.

Se diplomó en Magisterio, pero nunca ha ejercido su carrera, ¿es su asignatura pendiente?

Pues sí. Es mi gran asignatura pendiente, veo el título colgado en mi cuarto y me da una sensación triste al verlo. ¿Para qué lo quiero si no puedo ejercerlo? El problema no es ejercer, sino la injusticia que se comete, ¿cómo dejas a un Síndrome de Down estudiar pero no le permites que sea maestro? Seguro que podría enseñar mucho más de lo que enseñan los profesores.

¿Y qué se puede hacer?

Pues muchas cosas, yo quiero, me veo capaz. Dejen que la ley me permita que dé clases. Y también le pido a los padres que no tengan prejuicios, un Síndrome de Down no es inferior. Piensan que la condición puede más que el título.

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